Yo al final también acabé haciéndome un pequeño gimnasio en casa. Entre que el gimnasio al que iba era caro, que se ciclaban sin reparos, que el encargado sudaba un poco de mí y que me sentía fuera de lugar... en fin, todavía no planeo mi autodestrucción
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Al principio yo conseguí quitarme unas cuantas paranoias sociales porque preguntaba a cualquiera cosas sobre los ejercicios, método, alimentación... Llega un punto que te acomadas al contexto y consigues cierto grado de flexibilidad social.
Saluda a todo cristo cuando llegues, por ejemplo, asegúrate de ser cordial. ¿Se te ponen unas desconocidas detrás? Pues saludas. Saludar nunca es un error. Una vez cambies o generes una primera impresión agradable o neutra, lo demás rueda solo.