No soporto a la gente. No soporto a las masas. Y mucho menos al rebaño que se queja de las masas y cree no estar sumergido en ellas. Los odio con todo mi ser.
Odio a quien lo presupone todo, a quien se crea sus propias teorías conspirativas de la nada y mucho más a quien se las acaba creyendo y las toma no sólo por su verdad, si no por la verdad absoluta de la cual cree ser poseedor. Pobres ilusos...
Aborrezco de corazón a todo aquel dictador que se queja del fascismo.
Siento lástima de los que no pueden mirar más allá de su burbuja de mierda, de los cobardes que no se atreven a salir de ella y de los que la comparten. Les odio a todos ellos. Pero con cariño, pues son necesarios.
Os quiero :*