Cuando era muy joven mi vida se complicó mucho, parecía que la vida estaba interesada en que me convierta en un suicida adolecente. Luego mis circunstancias se complicaron aún más, si es que eso era posible.
Siempre me decía que la vida no esperaba nada de mí, que en ella no hay absolutamente nada para mí, que lo mejor era poner fin a todo de una vez. Pero, para llevarle la contraria, decidí vivir.
Vivo para demostrarle que puedo llegar a ser alguien, que no importa cuanta mierda que me lanze día a día; yo seguiré adelante, robandole cada minuto de felicidad que pueda.
Y soy feliz disfrutando de las cosas pequeñas, cosas muchas veces superfluas pero que me ayudan a pasar el día a día. Como series, películas, juegos, largas caminatas por la ciudad, un buen desayuno.
Ultimamente me dedico a escribir y he descubierto que el poder crear algo de la nada me es completamente satisfactorio, se siente realmente bien.
Y aunque no es lo mio, he tratado de hacer más fácil la vida acercandome a mi familia. No nos llevamos bien, pero trabajo en ello.
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