ariadnazamora

Por si acaso, ýo fuí la del anterior post.

Chao.

Victorache

¡Hola Ariadna!. Yo se que el libro lo recomendó Dálmata(saludos a tí también). Como escribí en otro post yo soy como el gato, y en alguno de esos paseos caí bien parado en la sección de libros recomendados. Me puse a ver de que trataban algunos y como ese era del autor (o algo así) de "Despertares" me llamó la atención. Es muy interesante, incluso está un caso como el de la de la película de Drew Barrymore y el que la tiene que enamorar todos los días porque se olvida de él...

Pero bueno, en realidad lo dejé de leer no porque me aburriera (es MUY interesante) sino porque preferí relajarme... Sin embargo, el libro es un ejemplo de actitudes de valor y heroismo muy grande. Y en todo caso, mi caso no tiene que ver con problemas de percepción o memoria o miembros fantasmas, sino que va a la zona del llamado "cerebro límbico" que es el de las emociones y cuya principal manifestación aparte de no poder manejar bien situaciones de alto stress fue una FS severa. Pero bueno, ahí voy, "despertando" poco a poco...

Y sí, lo seguiré leyendo!!!!

SALUDOS

ariadnazamora

Victorache: Yo quería que el reclamo se lo hagas a Dálmata jajaja

La de infinidad de veces, que me he encontrado libros con los que se me hace una especie de "nudo mental", y por más que he intentado, no he podido con ellos.

xoshuega

Pues yo me encuentro algo mejor por haber decidido seguir en este foro que tanto me ha dado. Por cierto, sigo con lo del ejercicio diario, aunque siendo sincero, alguna cocacola sigue cayendo a mi estómago

Victorache

¡Que bueno Xoshuega que decidiste volver! Ya pudiste ver la que se armó cuando anunciaste tu ida. Por cierto, que no he escrito más nada aquí sobre cual es mi nuevo reto. Tengo que hacer esa tarea.

Angi

Bien haces de seguir en el foro si te está sirviendo de ayuda. Lo de alguna cola que caiga da igual si es que no existen dietas perfectas. Es más importante lo del ejercicio diario.

ariadnazamora

HOLA AMIGOS (AS):

Quiero enviar un cálido saludo por Navidad a este grupo encantador de personas que están participando en este sub-foro, al creador del mismo, Xoshuega por tan brillante idea, deseándote que logres en la vida todo aquello que necesitas para ser feliz, lo deseo de corazón, y a ustedes amigos, la fuerza y el aliento necesario para cumplir cada pequeña o grande meta que se propongan, unidos será más fácil alcanzarla. Un abrazo a todos y que la magia de estas fiestas, envuelva sus corazones con la fuerza más poderosa del mundo: EL AMOR.

SALUDOS, BESOS, ABRAZOS.

xoshuega

GRACIAS, ARIADNA. Todo el bien que deseas te será devuelto a ti multiplicado por 10, vas a ver.....
Este va a ser una año especial para ti, especial en el buen sentido.
No me preguntes porqué, pero lo sé. :P
CUÍDATE Y SIGUE HACIENDO EL BIEN QUE HACES SIEMPRE SIN OTRO INTERÉS QUE EL DE VER FELICES A LOS DEMÁS.

dalmata

Hola a todos en el día de Navidad! Ay... que se acerca la hora de la cena... bueno, intentaré mostrar lo alegre que estoy!

El libro del hombre que confundió a su mujer con un sombrero, realmente presenta casos graves y extremos de lesiones cerebrales y cómo afectan a la percepción, al movimiento, a tantas otras cosas... pero lo hace de un modo muy sensible y hermoso. Me ayudó a comprender que esto de la percepción es muy, muy, muy frágil. (Yo tampoco lo terminé!) Hermoso pero durillo.

Gracias Xoshuega por estar por aquí! (No me había enterado que pensabas plegar velas) Me alegro de leer tus aportaciones... y las de todos! Tienes razón, Ariadna, este sub-foro anima.

Un abrazo para todos.

Victorache

¡Gracias Ariadna por tu buenos deseos!. Extiendo mis buenos deseos también a todas las personas en este foro que con espíritu de lucha y esperanza avanzan paso a paso.

Y ya que ustedes saben que yo me salí de la máquina del tiempo, aquí les coloco mi tarjeta de felicitación y una bonita reflexión sobre la Navidad de una revista de los 50´s (esa fue mi tarea hoy):



"Es La Navidad símbolo de esperanza. Mas ¿qué esperanza ha tenido aparentemente menos probabilidades de convertirse en realidad que aquella que alumbró en Belén una oscura noche de diciembre hace cerca de 2000 años? Contraste por demás patético: ¡un niño recién nacido llamado a amenazar el poderío del dilatado Imperio Romano! ¡La humilde mansedumbre de Jesús frente a la soberbia majestad del César!
Y sin embargo ¿qué resta del César? De sus legiones, solo memoria; de su Imperio, ruinas; de su influencia, vestigio apenas. Pero las cosas de que habló Jesús —ideales intangibles, mensajes de esperanza— han sobrevivido al mundo material en que fueron dichas; han cobrado siglo tras siglo mayor fortaleza. He ahí el fundamento de la esperanza que vuelve a renacer cada Navidad.

Cuan vano parecerá a veces esperar que el amor y la buena voluntad logren imponerse en este mundo de nuestros días al odio organizado, a las formidables fuerzas del mal. Son tan desiguales los contendores. ¿ Cómo, frente a las torvas realidades de la era atómica, hallará asidero nuestra esperanza en el hermoso pero en apariencia inactual significado de la Navidad ? ¿ Por dónde empezar ?
Por donde empezaron quienes acudieron al pesebre de Belén. ¿Que está desquiciado nuestro mundo? También lo estaba el de ellos. Tanto hemos poetizado la Navidad, que perdemos de vista lo sanguinario, inmisericorde y violento de la época en que nació el Niño Jesús. Si quienes en corto número se congregaron en redor del pesebre de Belén hubiesen mirado cuánto había de fealdad, cuánto de injusticia en el mundo de aquella época, acaso hubieran clamado descorazonados: «¡Ved a lo que ha llegado el mundo!» Mas no fue así. Antes bien, mirando al Niño que dormía en el pesebre, exclamaron con esperanza jubilosa: «¡Mirad lo que ha llegado al mundo!»

¿Cómo trascenderá a nosotros tal esperanza? ¿Cómo obrará en nosotros para encaminar el mundo hacia días mejores?
Empecemos como empieza Dios: por lo pequeño. Cuando Él quiere que nazca el árbol, echa la simiente. Para crear el Universo, comienza por el átomo. Para mudar el corazón del hombre, envía a la Tierra un niño que nace en un pesebre.
Hemos de principiar con lo cotidiano, lo corriente, lo que está a nuestro alcance. Esencial es soñar con grandeza; empero no tan solo de sueños nace la esperanza. Unidos han de hallarse el sueño y la acción. «Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas,» dice la Escritura.
Humilde comienzo tuvieron todas las grandes obras. Quien compuso la Quinta Sinfonía empezó por practicar las escalas. El inventor de la fabricación en serie de automóviles se inició en la mecánica componiendo relojes en una granja. El autor de la teoría de la relatividad comenzó por aprender la tabla de multiplicar. «Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo.»
¿Incurriremos en optimismo tan fácil como vacuo al creer que el individuo cuente por algo en la solución de los magnos problemas de nuestro tiempo? En época como la presente, en la cual avasalla el número y absorbe la masa a la personalidad ¿ concederemos influencia alguna al anónimo individuo?
Para responder a esta pregunta, consideremos el caso de los que siguieron a Jesús cuando, ya hombre, dio comienzo a su predicación. Hov son santos venerados en los altares. Mas ¿qué eran cuando los llamó Jesús? Eran típicos ejemplos del hombre medio: pescadores, recaudadores de impuestos, hombres «del común del pueblo que le oían de buena gana.» En nada sobresalían de entre los millones que les rodeaban... hasta que conocieron a Jesús. La fe que Él depositó en ellos les infundió fe en Dios; y esos hombres hasta entonces desconocidos acometen la obra que trasforma al mundo desde los cimientos, la obra que cambia el curso de la Historia.
¿Se deduce de lo anterior que a cualquiera de nosotros le es dado influir en el concierto universal? Sí, por cierto. En todo hombre hay capacidades, hay fortaleza de que él mismo no se da cuenta. Y es la fe lo que nos revela la que poseemos y nos presta ánimo para emplearla.
Por insignificantes que seamos en apariencia, por irrealizable que se nos presente la obra, el recuerdo de aquel pesebre, cuna del Niño venido al mundo en los dominios de un gran imperio, infundirá en nosotros esperanza y nos enseñará a no menospreciar los comienzos humildes."