Ahora lo veo claro. Debería haber optado por ser más valiente en su momento, pero no lo fuí. Ahora he crecido y veo que podía haber afianzado más relaciones que mantengo y mantener las que perdí. Me obsesioné en tratar de confiar inútilmente en una gente que no se merece mi bondad. Ahora lo veo.
Si tuviese que volver atrás, tomaría otras decisiones. O mejor dicho, tomaría decisiones.
Pero el pasado no volverá y hay que vivir el presente para construir el futuro. Llegado a este momento, no puedo decir que me arrepienta del camino que tomé, porque sino, no habría evolucionado de la manera en la que he evolucionado. Me he perdido cosas en el camino, pero he aprendido otras que me han hecho estar más cerca de la persona que quiero. Cambiaría algunos momentos? Pues sí, pero es lo que tocó vivir.
Lo importante es vivir el presente. Y creo que, a pesar de que hoy no tenga un buen día, lo mejor es disfrutar de las cosas que me da la vida. Hace poco, a una amiga especial se le pusieron las mejillas coloradas cuando me vio. Su trato hacia mí, su delicadeza, lo que se preocupa por mí, etc. Es una sensación que os imagináis y que es precioso vivirla. Porque nunca es tarde para vivir tu vida.