Noresignado.

Esos pequeños y preciosos momentos en los que, resortado por un pensamiento, generas una sensación positiva, esperanzadora. Eso me paso hoy.

Hoy tenía que ir a mi primer día del curso de Hostelería como parte de un programa formativo laboral de la Cruz Roja, y anoche, no sé porqué, no tome las precauciones necesarias para despertarme a tiempo, no puse mi alarma. No sé si fue un autoboicot, alguna argucia de mi subconsciente para no hacer algo que en realidad no quiero hacer. Quizá simplemente me quede dormido antes del momento en el que pretendí poner la alarma. La cuestión es que hoy me llamó la que se ocupa de esa cuestión del curso y de mi caso, y no contesté porque no sabía bien qué decirle, así que no contesté. Luego le llamé y le dije la verdad, o parte de ella, que ayer había sido cumpleaños de mi hermano. Ella me dijo: Mira, Miguel Angel, valoro de verdad tu sinceridad, pero te dijimos la importancia de la responsabilidad y el compromiso para con este curso, y hay dos personas en la lista de espera de este curso. Voy a consultarlo con la JEFA del curso y mañana o pasado te llamó para decirte si continuas o no en el curso" "Yo le dije: Lo entiendo, gracias, adios"

Quería decirle algo más, pero no sabía bien qué y cómo. Así que en la tarde, decidí ir para la Cruz Roja y hablar personalmente con Isabel, y le dije que simplemente quería disculparme en persona, y ella me dijo de nuevo, que valoraba de verdad mi sinceridad, pero que, como me había dicho, no consideraba que sea una excusa justificable para faltar, y menos siendo el primer día. A lo cual no añadí nada más, aunque de nuevo quería decirle más cosas para que me entienda, pero no me salio nada. Luego regresé a casa, comí y estuve pensando en sacarme la espinilla de la explicación que no le di, entonces recordé que una vez me llamaron de la Cruz Roja en la tarde, y entonces supe que tenía la oportunidad de desahogarme y quizá conseguir que no me dieran de baja del curso. Tomé el bus y me fui para allá, me baje por error de memoria, en un paradero anterior, y caminé. Entonces cuando estaba a 10 metros para llegar a la entrada de la Cruz Roja, sonó mi móvil, conteste, era Isabel, y me dijo que lamentablemente me tenían que dar de baja del curso. Entonces se me vino instantáneamente a la mente la "Provi" (que es como llamo a la Providencia), a las señales en las que yo siempre quiero creer que son verdaderas señales cósmicas, como las narradas en "El Alquimista". Entonces, me quede un rato parado en el lugar donde recibí la llamada, y luego decidí caminar un poco para ir pensando en el asunto. Caminé un poco cuesta abajo y me senté en una baranda a pensar. Veía pasar a la gente y pensaba, y pasaron dos muchachos, a uno de los cuales me quede mirando como hago con mucha gente al azar, sin saber bien por qué, y comenzamos a hablar. Eran testigos de Jehova, me preguntó qué hacía ahí, y le dijé que esperaba a un amigo para ir a la piscina, a lo cual el me contó que en Chile, su país natal, participo en torneos, etc. Luego hablamos del inglés, como idioma, de Canadá, que es de donde era su compañero. Y luego me pregunto si quería saber el porqué de la locura y alegría de los cristianos, lo cual me hizo cuestionarme internamente, en el momento, si en realidad el cristianismo era la verdad y su Dios era el verdadero dios. Luego se fueron, y, quizá ayudado por la confianza y distendimiento que me brindo aquella conversación con esos dos chicos, y por algunos pensamientos positivos que me surgieron relacionados con la absurdidad de los miedos que impiden cosas que en realidad no son problemáticos, porque no crean ni el más mínimo ambiente tenso o crispación, y la necesidad de ser resoluto y valiente o temerario, para conseguir sacarnos las espinillas y tranquilidad de conciencia, y me fui, con decisión, a sacarme la espinilla. Entonces, entré resoluto, y sorprendiéndome a mí mismo, me sinceré con Isabel y le hable distendidamente -supongo que porque no tenía nada que perder- le pregunté si cuando me llamó por segunda vez para informarme que ya no continuaba en el curso, me había visto por la ventada encaminándome hacía la Cruz Roja, puesto que -le conté- yo creo en la Providencia, y esa llamada la interpreté como una señal de la "Provi" para facilitarme la decisión de si me quedaba en España o me regresaba a Perú, que era lo que pensaba hacer si al terminar el curso no conseguía quedarme en el trabajo en el que haría las practicas en la ultima etapa del curso. Luego le dije: Creo que fue un autoboicot psicológico, la razón por la cual me levante tarde hoy y no ir al primer día del curso. Quizá en realidad fue una manifestación de mi inconsciente que me indicaba que en realidad no quería hacer el curso. -que dura 7 meses- Ella, sonriente, me preguntaba: Dónde había sido feliz... y me dijo que ella no creía en la Providencia, sino que más bien creía que era lo otro que yo había indicado, una argucia de mi psique, un autoboicot. Luego le pregunté si hubiera cambiado la decisión final sobre mi continuación en el curso, si le hubiera expuesto otro argumento, como: El hecho de que no haya ido al primer día de clase no es un indicativo de mi irresponsabilidad como persona, sino que fue algo puntual, producto de mi indecisión o de mi autoboicot, o argucia de la psique.


Luego, me sentí motivado para trepar, y camino a casa, en aquel parque, que tiene una cuesta, me trepe por la cuesta de piedras al lado de las aceras. y luego vi aquella cuesta que pintaba bien para explorar, por su vista y cosas que tenía, entonces me encaminé a ella y descubrí una especie de Atalaya militar, y más allá una zona de lo que parecían fabricas abandonadas, en una de las cuales entró un hombre con traje de trabajador del ayuntamiento. Luego seguí uno de sus vertientes de asfalto, y desemboqué a unas rejas que daba a una especie de descampado, desde el cual se veía la autopista y las calles, y que además daba a uno de los laterales de una especie de Iglesia o Capilla. Me puse a explorar por allí y caminando encontré un palo grande y grueso, casi de mi tamaño, con el que jugué a saltar de un lado a otro, entre unas piedras grandes que había, y una de las aceras que bordeaban la Iglesia. Grabé el lugar y algunas pintadas que decían "Fuck Police, Prohibido Follar" y un condón. Y seguí jugando a saltar con el palo y a lanzar el palo cual si fuera una Jabalina, y luego trepe las rejas y salí, me encaminé hacía el segmento que no había visto de aquella aparentemente deshabitada zona de fabricas o naves, y desemboqué en el camino cuesta arriba de la entrada del parque. Para eso ya estaba lloviendo, lo cual me indico que debía irme, naturalmente, y quizá providencialmente, y bajando la cuesta había una furgoneta con aparatos dentro. Me acerqué y le pregunte a uno de sus habitantes, si eran de un canal o algo, pues eso parecía, y me dijo que sí, que eran del Canal de Castilla La Mancha, y que transmitirían una procesión relacionada con estas fechas de Semana Santa, y también con aquel tipo calvo hablé distendida y risueñamenté. Seguí bajando la cuesta y me subí al pasamanos ancho de piedra, y me detuve en una de sus pequeñas elevaciones con terminación de columna, y me pare a contemplar la calle y la lluvia cayendo sobre la gente y los coches. Todo estaba sombrío, como me gusta, y me puse a bailar en esa elevación del pasamanos, como una especie de autoimposición pro-deshinibitoria, de los que a veces tengo.