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De nada sirve
Te encuentras tumbado en la cama, viendo a una araña congelada, y te preguntas si acaso su vida es más interesante que la tuya.
El aburrimiento parece no tener fondo. La soledad y el aburrimiento son el duo dinámico de la apatía , son los asesinos del tiempo.
Tienes un hambre que te llega hasta el estomago del alma y comienzas a comer, a comer cosas ricas y sigues teniendo ese hambre y no sabes cómo saciarla. Comes helado y se te derrite el corazón.
Haces zapping y das la vuelta al mundo de la televisión en 80 minutos y aun tienes energía embozada en las piernas y en el alma.
La soledad te corroe, no sabes que morder, y te muerdes las ganas de follarte el mundo.
Abres tu frigorífico, encuentras tu corazón helado y te lo comes para saciar ese abismo existencial situado adentro tuyo.
Tienes ganas de, aunque sea, hacer algo genial para sentir que has legado algo a la posteridad, un pequeño autografo a la historia, al tiempo disecado.
No sabés que mierda hacer. Te cortas un poquito el brazo a ver si estas despierto o vives en un sueño crónico.
El unico amigo que te llama es el baño para darle de comer.
En tu desesperación invocas al diablo, le pides que te compre el alma a cambio de unos gramos de acción, de unas pepitas doradas de felicidad.
Escuchas discos de Bob Dylan, de los Beatles o de Mick Jagger y ya no le saben a nada a tus oídos.
Buscas temas paranormales en internet. Encuentras conspiraciones Iluminatis, del fin del mundo y de otras yerbas.
Te masturbas hasta escupir el ultimo chorro de dignidad.
Tienes lastima de ti mismo y te preguntas: "qué cosa peor se puede sentir?" como dice la canción.
Lees el libro que ya has leído mil veces y no descubres nada nuevo, sólo hastío.
El silencio se hace más fuerte, y piensas: "Ésto sentiran los presos?"
Comienzas a escribir cosas sin sentidos, a ver si te sale una historia espectacular o cualquier cosa digna de ser leída.
Piensas: Tendre vocación de mediocre? Tendre alma de mediocre? Existe el alma?
Te alegras de no tener vástagos. Piensas que es una responsabilidad mayor. Le tienes respeto, como al mar. Un oceano de incertidumbre.
Te pones a mirar viejas fotografías de cuando eras pequeño y tu unico dilema era elegir entre un helado y otro.
Te pones a revisar todo lo que hay en tu ordenador, tus imagenes, tus documentos, tus blocs de notas, tus conversaciones guardadas. Tus pequeñas hazañas virtuales.
Te metes a chats, y te pones a hacer chanzas y a burlarte de los usuarios desesperados. Siempre te burlaste de ellos. Pero ahora tu estas igual, la tortilla se dio la vuelta y se te queman los huevos.
Y sientes que el tiempo para ti pasa más rapido, que no le importas tanto como a los demás y ya le das igual. Sin embargo a la vez, y en otra faceta de la realidad, sientes que el tiempo no pasa para ti, que esta congelado. El limbo del tiempo. El reloj se ha detenido, se gastaron las pilas y no encuentras otras. Buscas por todos lados, revuelves todo pero no encuentras las malditas pilas.
Te pones a cantar en la ducha, y piensas que es donde a uno se le escucha mejor la voz y que debería se ahí donde se graben los unplugged de MTV o los conciertos.
Te sientes más solo que un sacerdote sin monagüillo.
Divagando piensas que quizá, si existiese la reencarnación, en la proxima tengas más suerte. Pero recuerdas que no crees en la suerte.
Te sometes a disyuntivas extravagantes, preguntandote si preferirías vivir sin pene, a cambio de erradicar el hastío y la ansiedad, o si preferirías vivir lobotomizado a cambio de lo mismo.
Te preguntas por qué qué carajo viniste a este mundo si no lo pediste, y luego te acuerdas del cuento "La Nada" de Leonid Andreiv.
Y las respuestas estan en el viento, pero sientes que tu barco no tiene velas, aunque haya mucho viento en el alma con ganas infinitas de zarpar.
Y te preguntas si a caso Internet no es una gran paradoja o si la vida misma no lo es.
Y piensas en las personas, en sus estilos; en los intelectuales, los ascetas, los hipsters, los aventureros, los de estilo casual. Todos pertenecen a un sector y comparten algo en comun.
Te preguntas a cual estilo perteneces tú. Te sientes incasillable, pero caes en la cuenta que de ser así no tendrías casillero en la vida. Y quizá las personas no se estructuren en casilleros compartidos ideologicos sino simplemente se trate de gustos e ideas compartidas en espacios sociales invisibles y/o desparramados.
Piensas que hay cierta vanidad aun en los estratos culturales o intelectuales más altos, Todos se burlan de todos, con cierto desdén.
Piensas que quizá lo unico que importa en la vida es reir, hacer reír, cantar y otras yerbas existenciales.
Te preguntas si lo mejor es vivir por los demás o por uno mismo. Si lo mejor es tener una vida ascética o hedonista. Lees libros que defienden ambas partes y te das cuenta de que los escritores se aprovechan de ti, que tienes que leer cada vez más para encontrar tu propia verdad, pero eres demasiado flojo para leer y un procrastinador nato. Que la vida esta atiborrada de influencias proyectadas en las distintas artes, y que uno tiene que ir discerniendo.
Te da miedo la mediocridad, pero sientes que tienes un espiritu debil. Aunque quizá sea un pensamiento inducido por la ansiedad y su bucle sintomático.
Te preguntas si la diferencia entre los grandes hombres de la humanidad y tú radica unicamente en la voluntad y el esfuerzo o hay algo de innato.
Intentas justificar el rumbo de tu vida con la influencia de las circunstancias existenciales.
Te preguntas si cómo dice Truman Capote: "Dios nos condedio un don y un latigo". Y piensas que quizá tu don es el de buen autoflagelador.
Te preguntas cual sera el don de los regaetoneros, pandilleros y similares. Y te cuesta imaginartelos cómo personas talentosas, haciendo grandes obras de arte en su respectivo campo. Y te das cuenta que esos también son prejuicios y que la sociedad esta escalonada por la porción de prejuicios y aversiones existentes en cada estrato social, economico, cultural, intelectual, etc.
Y crees que a tu edad eres capaz de entender cualquier cuestión de la vida, de la existencia, y que no tienes prejuicios. Y que si no tuvieses esta ansiedad y este hastío serías la persona más justa del mundo y que serías el mejor hombre que puedes ser.
Te preguntas sobre la importancia de los libros. De la imprescindibilidad de leer, por ejemplo; a los griegos, los romanos. Leer los errores del alma humana plasmada en libros, y que quizá los libros sean como la progresión de la conciencia humana registrada en los ojos del tiempo, en la memoria del tiempo. Piensas que quizá sea tan importante cómo el descubrimiento del fuego. Quizá tengan una utilidad y beneficialidad polifacéticas que sirvan tanto para evitarte errores como para adquirir nuevas aptitudes y recursos conductuales.
Y te preguntas si el intelecto, el talento o la brillantez tal y como lo entiende la mayor parte de la sociedad es la de concebirlo como la capacidad de des-escribir, dibujar, o proyectar realidades o verdades antropológicas en un marco temporal, cultural o circunstancial, tal como en la serie "Curb Your Enthusiasm", que no es otra cosa que la proyección serial de la absurdez de ciertas convenciones sociales y de la diplomacia. Así como la mostración de ciertas reglas no escritas transgredidas comunmente por personas ingratas, y malentendidos dables y circunstanciales en esta misma sociedad. O de proyectar esas mismas realidades plasmadas mediante otras formas artisticas.
Y te gustaría adquirir la cultura e inteligencia suficiente como para ser capaz de, en el hipotetico caso de quedar relegado a ser un vagabundo, poder resurgir, dignitivamente hablando y poder recuperar el estatus social, moral, etc.
Y así se te pasa la vida buscando las gafas de la felicidad cuando dichas gafas estan puestas en tu frente.
Quizá le concedas demasiada importancia a la vida, y como dice en "El alquimista": "la unica tarea de uno es lograr su leyenda personal" o dicho de otra forma: el unico objetivo de uno es procurar ser, en la medida de lo posible, uno mismo.
Volviendo al tema aquel de la concepción social de la brillantez, la inteligencia o el talento. Quisiera agregar que el ego, la vanidad o una de sus manifestaciónes sería la ya mencionada mostración y proyección de las realidades o subjetivas verdades (objetivamente planteadas) de ciertos sectores sociales o ciertos individuos, como en el caso de este texto pseudo-ensayistico, pseudo-profundo, pseudo-hipocrita.
Y al escribir un texto divagante como éste, te das cuenta que, extrañanamente, te sientes mejor. Sin saber si es por saber que has escrito algo con cierta valía autoconcebida o porque ha tenido algun efecto terapeutico o porque te gusta escribir e hiciste algo acorde a los acordes del alma.
Y al final apretas "ENTER" y descubres que se fue el internet por un momento. Y cuando vuelve te das cuenta de que se ha suprimido tu texto, y te sientes jodidamente frustado e impotente. Y a raíz de éso piensas que quizá tu complacencia de antes se debía a la vanidad. Pero luego sigues cavilando y caes en la cuenta de que dicho sentimiento es normal ya que parte de ese placer de escribir es la de ser leído. Pero luego piensas que quizá sea simple vanidad. Y luego piensas que si sigues cavilando nunca pararás. Y por ultimo, piensas: "No puedo saberlo todo. Sólo tengo 80 años".