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Antiguo 25-may-2004  

Es muy bueno y recomendable leer buena literatura, para combatir la fobia social y para vivir.
 
Antiguo 25-may-2004  

Lo preguntaba porque a mí me da una cierta sensación de cansancio tener que leerme novelas donde los personajes sufran tanto como yo o de forma parecida. Me pasa igual con ciertas películas. Creo que hay que desconectar y buscar otro tipo de cosas.

Hace algún tiempo sí me metía de lleno en todas las desgracias. Supongo que buscaba a alguien o algo que se identificara conmigo. También las películas muy dramáticas me parecían muy buenas, cuando quizá no fueran gran cosa.
 
Antiguo 26-may-2004  

Tienes razón al dudar de si es bueno o no conocer historias de gente con fobia social. A mí en particular, estaas novelas de Houellebecq me dejaron un sabor de boca indefinible: por un lado el placer o consuelo de la identificación; por el otro la angustia de que esos personajes estén igual o peor que uno.
Por eso, cuando recomendé las novelas, aclaré que su lectura era aconsejable sólo para los que buscaban identificación. Además, en literatura no sólo se busca y encuentra identificación, sino revelación. El arte debe revelar, como dice Jakobson, si no me equivoco. Entonces es nuestro deseo de entender el mundo lo que nos mueve a crear o a apreciar el arte. En realidad, más que una simple identificación, buscaríamos comprender.
 
Antiguo 26-may-2004  

No creo que sea malo leer novelas cuyos protagonistas sean seres malditos, sufrisores o marginados o lo que sea, yo lo que busco en los libros es calidad, si están bien escritos es lo importante,
y aparte no creo que al leer una novela te vayas a volver como el personaje; cuando leí el quijote no veía gigantes ni me cogí un caballo y me fui por ahi de cruzadas...
 
Antiguo 26-may-2004  

Sí. ¿Alguien ha comprado ya los libros de Houellebecq? ¿O alguien que los haya leído tiene alguna opinión?
A mí me impresionaron muchas frases del narrador. En especial durante las últimas páginas de "Ampliación del campo de batalla", cuando el narrador dice, por ejemplo, "he fallado el blanco de la vida". También ciertas ideas suyas, como cuando sugiere que la decadencia de Occidente ha provocado que hoy día se tengan prejuicios como el del sexo; que mientras más y mejor sexo tengas, serás superior en la jerarquía. De hecho, se compara la jerarquía social de poseer dinero con la de poseer varios momentos sexuales. Se dice, en esa novela, que el sexo, actualmente, más que placer, es jerarquía, una especie de poder. El que ha tenido una vida sexual muy intensa, es una especie de "rico" frente al pobretón que ha tenido pocas experiencias. Y, pues, quienes son vírgenes, serían una especie de indigentes, según esta manera de ver las cosas.
El narrador de "Ampliación del campo de batalla" además, casi no sale para nada los fines de semana. Es, como muchos de nosotros, un completo encerrado. Y alucina a veces. De hecho, una de sus obsesiones es cortarse los genitales.
 
Antiguo 27-may-2004  

Hacía tiempo que no ocurría: una tempestad literaria se ha desencadenado este otoño de 1998. No por ello se ha alterado el curso normal de los acontecimientos. La tradicional competición por los premios literarios se terminó con el coronamiento de libros estimables, aceptables o sólo potables. Pero nadie se ha dejado engañar: en la cosecha del 98 quedará la huella de las Particules élémentaires de Michel Houellebecq.

ibro imposible. Fuente de polémicas. La crítica dejaba a un lado tibiezas y alabanzas de circunstancia y se dividía en incondicionales y despreciadores absolutos. Todo o nada: cinco estrellas o ninguna. Muchos lectores se han sentido ofendidos por la brutalidad pornográfica de Houellebecq, lo que ya de por si constituye una hazaña: ¡no resulta fácil, hoy en día, provocar un escándalo en torno al sexo! Es como si hubiéramos vuelto, salvando las distancias, a las querellas que provocaron Madame Bovary de Flaubert o Lolita de Nabokov.

Algunos de sus amigos rompieron abiertamente con él por considerar que sus Partículas son políticamente muy incorrectas. Mientras, se vendían 15.000 elemplares del objeto del delirio y corría el rumor de que Maurice Pialat (A nos amours, Bajo el sol de Satán) pensaba adaptarlo al cine. Sólo faltaba para completar la reciente gloria de este escritor de cuarenta años no ganar el premio Goncourt: algunos de sus partidarios recordaron entonces que en 1932 los miembros del jurado prefirieron Les loups del olvidado Guy Mazeline a Viaje al final de la noche de Louis-Ferdinand Céline...



Avivar la herida

El hombre que ha desencadenado tal jaleo no es ningún alborotador. Pero tiene el don de exponer con una atroz lucidez los males de nuestra época avivando la herida hasta que aceptemos afrontar nuestros trapos sucios. Lo que explica la violencia de las reacciones. Por añadidura da ejemplo, ya que es el primero en mostrarse desnudo. Sus libros se nutren de momentos esenciales de su vida: nacimiento en 1958, ausencia de sus padres que se desinteresan de él, infancia junto a su abuela adorada, destino comparable de su hermanastra, estudios de ingeniero, depresión, ansiolíticos, hospital psiquiátrico.

En 1991, Michel Houellebecq dedicó un notable ensayo a uno de sus autores predilectos, uno de los maestos americanos de la literatura fantástica, H.P. Lovecraft. En él se encuentra ya una frase que resume su obra: "El valor de un ser humano se mide hoy en día por su eficacia económica y su potencial erótico". Combate esta omnipotencia del sexo y del dinero a través de sus poemas y sobre todo de su primera novela publicada en 1994. Los personajes de Extension du domaine de la lutte ("Ampliación del campo de lucha") podrían ser nuestros vecinos. Trabajan en el sector informático, viven en apartamentos, comen platos congelados individuales, las soledad les ahoga, son el producto de una civilización que se agota. Los dos protagonistas encarnan ya los polos opuestos de una misma angustia: el frío y el calor, la incapacidad de amar y la obsesión sexual.

Este mismo contraste subyace en Les Particules élémentaires. Michel Djerzinski, abandonado por sus padres, nunca ha sentido nada profundo por nadie, salvo tal vez su abuela, que lo crió y que simboliza para él una especie en vías de desaparición: "Seres humanos que trabajaban toda su vida, y que trabajaban duramente, sólo por devoción y por amor; que daban literalmente su vida a los demás por devoción y amor".

Michel es investigador en biología y lleva una vida gris entre el supermercado y el laboratorio donde efectúa experimentos punteros sobre la clonación animal. La única persona de la que no se siente a años luz es su hermanastro Bruno. Éste ha sido un niño mártir, un adolescente en crisis, un adulto perseguido día y noche por el deseo. Se mueve en los ambientes de los sex-shops, del teléfono erótico... En resumen, en nuestro universo de anuncios que destilan un erotismo omnipresente y el mito de la eterna juventud. Mientras la frustración lleva a Bruno a las puertas de la locura, Michel se sumerge en una reflexión solitaria que provocará una revolución científica comparable a la obra de Einstein: al disociar radicalmente reproducción y placer, permitirá que la humanidad alcance por fin la paz.



Una novela total

Les Particules élémentaires comprenden tanto detalles autobiográficos como consideraciones filosóficas. El desasosiego que corroe el mundo occidental se analiza desde un punto de vista glacial: "Los sentimientos de amor, ternura y fraternidad humana habían desaparecido en gran parte; sus contemporáneos solían ser indiferentes o incluso crueles en sus relaciones humanas". El filósofo Kant se cruza con el físico Heisenberg, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, y Aldous Huxley, el escritor que denunció el totalitarismo de las sociedades modernas en Un mundo feliz, y las discotecas en las que se intercambian las parejas aparecen junto a ordenadores Cray.

La sociología, la etnología, la física desembocan en la ciencia ficción. A uno le puede chocar la franqueza de Houellebecq, puede condenar sus ideas, pero hay que estar ciego -o tener mala fe- para no admitir que la literatura francesa se ha enriquecido con una nueva voz, tan disonante como singular. Por supuesto, es demasiado pronto para saber si se trata de una simple llamarada o de un gran escritor. Pero somos ya muchos los que esperamos con gran curiosidad la publicación de su próxima novela.

Didier Sénécal
Periodista de la revista Lire


"El asunto Houellebecq"

A menudo, ha cobrado más importancia el "asunto Houellebeq" que las legítimas críticas que pueda merecer el libro, y no se ha hablado más que de las impulsivas declaraciones del autor en los medios de comunicación. Se le han echado en cara al autor cosas que no estaban en su novela y se ha querido saber en qué medida piensa que la clonación transmite más valores humanísticos que el aborto, o cómo puede, sin ser en absoluto comunista, aprobar el destino que reservaba Stalin a anarquistas y trotskistas. Todo esto queda muy lejos de las cuestiones que plantea Les Particules, donde se ha creido leer, poque no lo han leido, obsesiones y rarezas que no tiene.

A los que no les ha gustado el libro tras haberlo leido, se limitan a él y sienten no haber vuelto a encontrar la inspiración desesperada e iconoclasta de Extension du domaine de la lutte, mucho más libertario y poético que Les Particules. Novela torpemente escrita donde reina un vacío abismal, un sórdido chapoteo en el que se ahogan existencias inciertas, sin amor, que se mueven por desbocados impulsos sexuales, a veces solitarios, casi nunca satisfactorios. Por supuesto, no se trata de predicar el retorno a un orden moral, lo que sería aún más ridículo que los esfuerzos realizados en estas cuatrocientas páginas de aburrimiento para convencernos, ¡cómo si no lo supiéramos!, de que nuestra época va mal. Releamos a Sade, Mirabeau o Apollinaire, autores de este mismo registro pero que sabían lo que significa escribir.

Daniel Bermond
Periodista de Lire






Bibliografía

Novelas:
Extension du domaine de la lutte (Extensión del dominio de lucha), ed. Maurice Nadeau, París, 1994, ed. J'ai Lu, París, 1997.
Les Particules élémentaires (Las Partículas elementales), ed. Flammarion, París, 1998.

Ensayos:
H. P. Lovecraft. Contre le monde, contre la vie (H. P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida), ed. Le Rocher, París, 1991.
Interventions (Intervenciones), ed. Flammarion, París, 1998.

Poesía:
Le Sens du combat (El sentido del combate), ed. Flammarion, París, 1996.
Rester vivant (Estar vivo) seguido de La Poursuite du bonheur (Buscando la felicidad), ed. Flammarion, París, 1997.







© Ministerio de Asuntos exteriores / Label France, la revista
 
Antiguo 27-may-2004  

Habrá que leerse "Las partículas elemntales" ya que tanto lo recomiendas, lipuk.

Yo ahora estoy con el Ulises de Joyce, después de 2 intentos fallidos por hincarle el diente, esta vez voy en serio. Es muy buen libro, pero no apto para no iniciados en los vericuetos de la literatura, puede hechar para atrás.
 
Antiguo 28-may-2004  

Hola a todos
Yo os aconsejo "La escala de los mapas" de Belén Gopegui, está publicado en Anagrama.
 
Antiguo 28-may-2004  

y "el lobo estepario"? creo que si tenia fobia social, no? era un tipo que detestaba a la burguesia y a la sociedad, era un hermitaño, por fuera se veia bastante normal para todo el mundo pero por dentro era todo un mundo de sorpresas....como todos creo.
encima el pobre lobo tenia esquizofrenia, la verdad yo me identifico mucho con muchas de las cosas que estan en ese libro....en un parte dice algo como que la "personalidad" es un mito y que es tonto querer pensar en el ser humano como una unidad, osea dice que tenemos un solo cuerpo pero cientos, miles de almas viven dentro de nosotros, como que somos un tejido compuesto de muchos hilos ......yo creo un poco en eso, osea despues de todo cada persona es tan compleja que es dificil pensar en ella como una unidad de algo, sea lo que sea ese "algo"..........

esta muy buena la idea esa de irse al sudeste asiatico a buscar sexo facil, me anoto!!!!, cuando partimos ..........son ese tipo de cosas que aveces uno piensa pero nunca realiza..........
 
Antiguo 28-may-2004  

Ja ja! Sí, tienes razón en lo del turismo sexual, aunque supongo que a los latinoamericanos nos queda más cerca Cuba. Aunque no lo haría porque creo que no es lo mío y porque, a fin de cuentas, cualquier país tiene lo suyo en ese aspecto.
Recomiendo mucho "las partículas elementales", pero la verdad, recomiendo que antes de lean "Ampliación del campo de batalla" porque se trata de un personaje bastante fóbico, es una novela más breve y así podrán decidir si se lanzan con las otras de Houellebecq. No he leído "el lobo estepario" (aunque sí lo tengo en espera), pero lo que es "Demián", es de mis novelas favoritas y también hay rollos muy ad hoc para nosotros. Incluso se sugiere el ascetismo.
Ahora estoy leyendo a Richard Ford (·el periodista deportivo") y, aunque el narrador es medio fóbico a veces, se esfuerza por tener una visión "serena" de las cosas. Me llama mucho la atención la personalidad de este narrador. Él, por ejemplo, formó un Club de divorciados donde 5 tipos se reúnen periódicamente, aunque no llegan muy profundamente en su amistad.
Buscaré los libros que han recomendado. Gracias.
 
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