Hola!
Bueno como dice el título estaba pensando en el efecto que produce el lugar en que vivimos a nuestros
problemas. Haber si me puedo explicar con claridad.
En mi caso tengo 21 años, vivo con mi vieja, un hermano y la pareja de ella. Desde hace ya varios años las cosas
están "estables" en el sentido de que se da un orden en la casa que se repite día a día, mes a mes,
año tras año. No hay muchas variaciones que digamos porque la forma de ser de cada integrante de la
casa no cambia. Como consecuencia de ello se dan siempre las mismas situaciones. Los mismos conflictos
surgen entre nosotros. Problemas por esto, problemas por aquello, acuerdos en esto, acuerdos en
aquello, etc.
Y no exagero cuando digo que es repetitivo. Es que cada integrante ha adoptado una forma de vida y
eso se suma a que chocamos entre nosotros, no nos amoldamos (Y me refiero a la relación entre yo, mi
hermano y mi vieja). Entonces me pregunto como repercute esto en mi.
Al observarme dentro de ese círculo cotidiano, veo como esas situaciones se repiten y me afectan
continuamente. Entonces si yo hoy me enojo por una pelotudes de mi hermano o por la mala onda de mi
vieja, mañana me volveré a enojar por exactamente la misma situación. ¿Se entiende? Es una rueda de
negatividad que afecta mi sensibilidad cíclicamente, para cada día de la semana le espera su situación
particular que ha de hacerme envenenar.
Entonces alguien me diría que me tome las cosas con calma. Que aprenda a identificar las cosas que
me afectan para conversarlo con los miembros del grupo o bien tomarmelo de otra forma (con humor tal
vez). Pero es que ¿Puede uno tomar un vino avinagrado y pretender que está muy bien estacionado?
Es complicado. Yo no puedo cambiarlos a ellos para que actuen en función de mi estabilidad mental.
Ellos tampoco harán lo propio conmigo.
El efecto que producen esas situaciones generan emociones muy negativas en mi, que me llevan a actuar
igual y a alimentar esa bronca mutuamente. Mi hermano no colabora con la limpieza, le digo que haga
algo, no lo hace y terminamos a las puteadas. Y mi vieja dándome a entender todo el tiempo que yo
estoy de prestado en esta casa. Ejemplos como esos hay más.
Todo eso me lleva a retraerme de nuevo. A vivir encerrado en el tiempo que estoy en la casa. A hacer
todo lo que este a mi alcance para estar afuera. A detestar los días en que no se que hacer para
salir de esta casa. Siento una gran frustración cuando no se que diablos hacer para estar unas horas
afuera. Y me tira abajo una y otra vez.
Es un círculo vicioso en el que estoy inmerso. Es el mismo ordenamiento que unos meses atrás
posibilitó que yo estuviera sumido en la más prufunda depresión, donde pasaba horas y horas encerrado
mirando el techo. Si ahora estoy mejor es porque empecé a pasar más tiempo alejado de acá, el problema
es que no han dejado de afectarme las cosas.
Ahora estoy más activo y tengo energías que me permiten ir operando pequeños cambios en mi, sin
embargo, no dejo de obsesionarme con esta cuestión de mi casa, ya no soporto más este habitat. Temo
volver a caer en lo mismo si sigo haciéndome mala sangre con lo que me toca vivir semanalmente por
las diversas situaciones que se repiten dentro de esta casa.
Pienso que si sigo acá estaré a los 30 años en esta habitación de la misma manera en que estoy hoy.
No soporto la idea de que mi futuro sea ese, voy a hacer lo imposible por evitarlo.
Ahora que ando con más plata y tengo trabajo ¿No creen que es hora de levantar la carpa e irme de
una vez por todas para poder seguir en la lucha de dar por tierra con mis miedos e inseguridades
relacionadas intrísicamente con el miedo a socializar y el ánimo depresivo?
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