Señor –Conductor- responderé gustoso a la cuestión que plantea usted. Pregunta usted literalmente: “¿De qué vives?”
Bien, es obvio y palpable que mi persona se sustenta básicamente del arte de los grandes genios; Emily Dickinson y los grandes compositores de música barroca. Tan conspicuos y elevados alimentos me proporcionan la energía vital que requiere mi persona, pero hay un pequeño inconveniente, un insignificante óbice que debe de ser solucionado, el cuerpo también necesita alimentos somáticos. Porciones y pedazos de seres orgánicos inertes, carroña de origen vegetal o animal, pútridos fragmentos que tienen que ser ingeridos a través del pozo que llaman garganta, lamentablemente este ritual se tiene que repetir cada día. Bien, señor –Conductor- creo inferir que su interpelación va encaminada hacia esto último, creo entender que usted se interesa por las artes que mi persona utiliza para conseguir este tipo de alimentos somáticos, por ello, le informo que mi mamá me tiene asignada una paga semanal, cuando yo contaba con la edad de 8 años, mi paga semanal ascendía a la nada despreciable cantidad de 100 pesetas españolas, ahora recibo por parte de mi mamá una paga semanal considerable:
Todos los domingos a primera hora de la mañana recibo de mi mamá 60 euros europeos en billetes de 10 euros. Además, tengo asignadas pagas especiales de 100 euros, la paga del día de navidad, la paga del día de año nuevo y la paga especial del día de mi cumpleaños. Bueno, espero que su duda haya quedado resuelta.
En cuanto a la hembra –perdidadelasmanosdedios-, le informo a usted que la segunda acepción del término “hembra” del latín “fémina”, es precisamente “una persona de sexo femenino, mujer”. Les recuerdo nuevamente que los diccionarios no sólo sirven para coger polvo en las estanterías, también sirven para poner a su disposición términos y acepciones que la cultura recibida no puso antes en sus egregias quijoteras.
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