Mi mente es mi propia prisión, como me dijeron una vez: "Vos sos tu mejor amigo o tu peor enemigo".
Siempre me pasó de ser el callado escuchando y observando a los demás, y por dentro tenía las palabras para decir en el momento, pero no me animaba a decir nada. Una vez una psicóloga me dijo: "Tenés miedo que te acepten tal cual sos".
Me sentía raro porque nunca me gustó juntarme con gente de mi edad, de hecho me gustó siempre hablar con gente más grande que yo en edad.
¡Saludos!
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