Hola. Soy Matías, tengo 17 años y quería contarles un poco sobre mis problemas relacionados con la ansiedad, especialmente el TOC.
Siempre he sido extremadamente perfeccionista, con una cierta obsesión con el orden y la limpieza, que hasta hace unos años nunca llegó a más. Era muy aplicado en el colegio (digo 'era' porque ya no lo soy más) y sacrificaba salud con el fin de obtener las mejores notas en mi curso. Un buen día, gracias a reiterados picos de stress, reacciones alérgicas, mareos y demás cuestiones relacionadas con el dormir mal y la sobreexigencia, decidí cambiar radicalmente el rumbo de mi vida. Me propuse ser mucho más relajado con mis estudios y llevar una vida más hedonista: cuidar más mi apariencia (sólo por dar un ejemplo, hasta ese entonces era gordísimo y he bajado unos 15 kilos). En fin, la cuestión es que desde aquel día mi vida se ha convertido en un absoluto infierno. La terrible ansiedad que me generaban los estudios, lejos de difuminarse, se fue trasladando, con el paso del tiempo, a distintos aspectos de mi vida y con cada mutación se tornó cada vez más incontrolable y destructiva. Vale aclarar que recibí una educación sexual muy homofóbica y pues, soy gay, por lo que me generó conflictos internos espantosos, especialmente cuando era pequeño, y toleré abuso físico (golpes) y psicológicos respecto al tema.
Mis primeros pensamientos del TOC, y los más persistentes incluso hasta el día de hoy, fueron de tipo sexual. Me perseguían ideas espantosas relacionadas con el incesto y la zoofilia, que para ser sincero, no me dejaban vivir y me generaban sentimientos de culpa, asco y verguenza. Incluso llegué al punto extremo de ponerme a rezar, pidiendo que pudiera volver a 'vivir en paz'. Como cosa curiosa, desarrollé una obsesión espantosa con el semen. Me daba pánico manchar algo o a alguien con mi semen; entonces limpiaba exageradamente cada superficie que consideraba que pudo haber estado en contacto con él. La realidad es que la gran mayoría de esas superficies estaban perfectamente limpias y yo sólo me dejaba llevar por mis obsesiones ridículas. Posteriormente tuve una etapa de TOC en la que los pensamientos sexuales no eran predominantes, si no una obsesión con que 'me están controlando / persiguiendo'. Era tan fuerte esa sensación que, cuando caminaba por la casa, llevaba un trapo para limpiar las huellas del piso; también me ocurría que cuando entregaba una hoja en el colegio, la tenía que revisar de arriba a abajo para asegurarme de que no había escrito nada 'que no quería que los demás supieran'. Ni hace falta aclarar que para este entonces, mis promedios del colegio habían bajado dramáticamente. Había pasado de ser uno de los mejores del curso, a apenas aprobar las materias, e incluso ni siquiera eso. Esta situación me generaba muchísima impotencia, y ocasionalmente me ponía a llorar a los gritos en el colegio o cuestiones similares. Sin embargo, seguía adelante con las comprobaciones porque internamente tenía la convicción de que eran mucho más importantes que cualquier otra responsabilidad que pudiera tener. De hecho, nunca me atreví a contarle estas cosas a nadie excepto desde hace unos pocos meses, y sólo a gente de absoluta confianza.
Posteriormente tomaron rienda de nuevo las obsesiones sexuales, pero esta vez con mayor intensidad. Ya no era sólo limpiar las superficies -tenía que memorizar con lujo de detalles qué día, a qué hora y en qué circunstancias me había masturbado. Sentía que había perdido por completo el control de mi cuerpo y que me masturbaba sin darme cuenta. Vamos: una locura total. Tenía la convicción de que me había tocado cuando no lo había hecho, y entonces aplicaba mis rituales -los de limpiar todo- a un montón de objetos, sin siquiera haberme tocado.
Este año fue el peor de todos. Se fusionaron mis dos grandes TOC -el sexual y el de miedo a ser observado-, y llegué al punto de pensar en el suicidio. Sinceramente, no sé como no lo hice. Mi vida se había convertido en una auténtica pesadilla. Fue en este año cuando decidí buscar ayuda y, para colmo de males, mi madre me aseguraba que todo lo que hacía era un gran show para llamar la atención y no cumplir con mis responsabilidades. En cuanto a mi padre, no me hablo con él desde fines del año pasado porque me cansé de recibir constantemente insultos y menosprecio (Sí, mi estructura familiar es una mierda). Finalmente, mi madre accedió a que realizara una consulta psicológica en un centro de 'fobias y obsesiones' muy conocido. A los pocos minutos de hablar con el profesional a cargo del lugar, me indicó que era evidente que lo que sufría era TOC y que debía comenzar un 'proceso integral de terapia y medicación'. A mi madre no le convenció el diagnóstico y se excusó con que los costos del lugar eran muy elevados; claro que yo se lo discutí a capa y espada porque el tratamiento estaba destinado a mí, y no a ella. Finalmente comencé un tratamiento con un psicólogo, que a los dos meses dejé porque nunca me atreví a contarle lo que me pasaba realmente. Sólo le decía que tenía una obsesión con la limpieza y que temía perder el control, pero nunca especifiqué nada, y sinceramente, trabajar de esa forma no me servía. Fue una absoluta pérdida de tiempo y reconozco que fue mi culpa por no poder 'abrirme' con un profesional.
No quiero extenderme mucho más. La conclusión es que al día de hoy estoy sin ningún tratamiento psicológico, y descubrí que me volví más fuerte replanteándome muchísimas situaciones por mí mismo. De todos modos, en estos días me voy a realizar análisis neurológicos (nivel de determinadas sustancias en sangre, resonancias del cerebro, etc.) ypara comienzo del nuevo año estoy convencido de tratarme con un psicoanalista, y eventualmente, si me indican que debo tomar medicación, lo haré.
Estaría agradecido de recibir comentarios mientras que éstos sean realizados con respecto y tacto; así me resultan constructivos. Gracias