Cita:
Iniciado por Batiscafo
Hoy ponen una buena película en la filmoteca de mi ciudad. A pesar de lo mucho que me gusta el cine no voy a ir. Y no es por esto de la fobia. Voy sola al cine desde la adolescencia y ya estoy más que acostumbrada a las miradas de extrañeza que me dirigen las parejitas y los grupos de amigos que llenan la sala.
No voy a ir porque estoy cansada de ir sola. Me gusta discutir la elección de la película, me gusta soltar alguna que otra pedantería sobre la influencias estilísticas, me gusta quejarme de la gente que come palomitas (y que me den la razón), me gusta comentar la peli delante de una cerveza...
en fin, que me quedo en casa.
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Esto sí que me parece grave. Me sorprende que alguien se "canse" de estar solo. Puede fastidiarle, provocarle incertidumbre, sensación de vulnerabilidad, incomodidad en según que sitios...pero, ¿cansancio? El cansancio requiere de un esfuerzo físico y mental que en soledad es muy difícil que se dé. Al menos en el caso del que suscribe.
Es más natural (elijo el término más apropiado) que la gente se acabe cansando de estar con otra gente. Esto pasa no a quien tenga problemas de relaciones sociales, sino a todo el mundo. Por ejemplo, y sin ir más lejos, muchas personas de este foro se han quejado de que en algún momento de su vida sus teóricos amigos se cansaron de ellos. También he visto muestras a la inversa.
No, no creo que sea cansancio en el sentido de disminución de las facultades para realizar actividades, simplemente es la continua, manida y estúpida manía de establecer comparaciones con lo considerado como "ideal" u "óptimo". Sino se cumplen esas expectativas, todo lo demás es desconsiderado y digno de desprecio (autodesprecio, obviamente).
Tengo clarísimo que la soledad absoluta no existe, aunque uno trate de conseguirla. Se trata de una fútil batalla porque el combate está decidido de antemano. Pero, es para mí, igualmente, evidente que quien no sabe disfrutar de la soledad será un desgraciado durante toda su vida.
Dice ese viejo aforismo que rico no es quien más tiene, sino el que menos necesita. De ello se puede deducir que cuanto más te las ingenies para manejarte solo en la vida, ésta será más rica en todos sus sentidos. No tendrás que someterte a esa cruel forma de esclavitud posmoderna que son los dictámenes de un grupo o de otra persona. No reparamos muchas veces en que nuestros conflictos nacen del encuentro (mal encuentro :mad
con los otros. Cualquiera que ha probado el gusto que se tiene estando solo, no podrá negar que es el mejor estado posible: ausencia de ansiedad, libertad de movimientos, facilidad para hacer lo que uno desee sin dar explicaciones, evitar tediosas discusiones, no soportar lamentos y quejidos, no tener que fingir una felicidad que es una falacia, descubrir que uno mismo es capaz de enfrentarse a los retos más complicados sin necesitar de
un colchón que amortice tu caída...
Otra cosa es la interpretación que se hace de la soledad. Desde luego, si uno empieza a privarse de actividades por el hecho de que no existan personas con las que compartirlas, pues convertirá esa soledad en algo malo, triste, digno de lástima. De allí a la desesperación el margen es casi inexistente. En cambio, si decide disfrutar, pese a todo, de esa película que nadie quiere ver, de ese museo corroído por las musarañas, de ese parque donde respirar aire puro, de esa biblioteca donde todo el saber está sincopado en millares y millares de libros, de esa caña en la barra del bar mientras ve a su equipo marcar un gol de bandera, de ese simple paseo que, como cantan,
los Múñoz de
Estopa,
"como los de antes. Donde nadie se busca, nadie quiere encontrarse"...entonces, la soledad se vuelve mágica. Es paz, tranquilidad, diversión, impulso creativo, un abanico lleno de posibilidades con una sola persona que sostiene el mango.
Por tanto, la pregunta está mal formulada. La soledad ni provoca amargura ni felicidad. Es la persona la que es amargada o feliz y ese carácter lo proporciona a cualquier circunstancia de su vida. Para más INRI, no son conceptos siquiera antónimos, porque uno puede ser feliz
per sé, pero si se es una persona amargada es porque algo o alguien (más lo segundo que lo primero) provoca esa reacción. En definitiva, que estoy feliz....y estoy solo