Compararse con otros, es una acción un tanto cutre.
La única vez que he perdido casi todo tipo de complejo, y más realizado me he sentido y casi sin miedo a nada, fue hace un año, que me gustaba una jamba (chica, mujer, tía, pava, jeva). Sentía mariposas sanas en el estómago, nervios sanos. Al final se dió el piro a otro país y me quedé a dos velas. Poco a poco las inseguridades han vuelto a aparecer.
En resumidas cuentas, me lo he tomado como un buen ejercicio de sociabilización y me quedo con lo aprendido durante mi época de bonanza emocional y seguridad.
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