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Iniciado por isaver
Tienes razón Matumatías, pero cuando las mujeres niegan algo, ni ellas mismas saben muchas veces por qué lo hacen.. y entonces habría mucho más juego de posibilidades y el cuento podría ponerse demasiado interesante. Y eso no es bueno,así tal cómo está de simple sirve para descartar por poco participativos y aguafiestas a aquellos entrevistados que nada más leerlo dicen de primeras, lo que todos pensamos..." el cuento es una chorrada y paso palabra", no os parece?
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Por estos lados es verano, pero pronto vendrá el otoño... que cuando uno ha tomado su justo descanso estival, es para mí la estación más hermosa… no hay más que mirar la tierra de los parques alfombrados de ocres y rojos haciendo contrapunto con el cielo de un atardecer cualquiera. También es la época, en que los que tuvieron la fortuna de encontrarse… arrebatados por las pasiones que se encienden, cuando se está alejado de los trajines diarios, y el calor, la poca ropa, y la urgencia…dejan que los cuerpos asuman el mando de sus actos, con más facilidad que cuando están en medio de sus responsabilidades. Y entonces, ya de vuelta, con esa cadencia intimista que se despierta cuando en las noches silva un viento más fresco… tal vez, sólo ahora… ese encuentro veraniego, se funda, se cohesione, en algo duradero.
Pero a veces, como me está sucediendo, el verano puede ser el momento en que alguien acosado por sus deudas reciba una “oportunidad”, y deba aprovecharla sí o sí, para salir a flote. Y, como una nación vencida, se rinda: Incondicionalmente.
El trato firmado contendrá cláusulas leoninas, responsabilidades casi imposibles (lo de casi es una ingenuidad mía), condiciones que rozan lo humillante.
Actualmente trabajo catorce horas diarias, algunas veces los siete días de la semana. No lo dice el contrato, pero si dice que tengo un plazo que debo cumplir. No había otra salida.
Puede que la historia de la mujer me haya tocado en este punto. Ella no tenía salida.
Y aunque yo pueda tenerla, mi situación actual propende a que me tome aún las cosas más simples de la vida, con un regusto amargo. Que se trasunta lógicamente en mis enfoques y opiniones.
Cuando los caminos se estrechan tanto, que ya se avanza sin la posibilidad de medir las consecuencias, la encrucijada es, en su sentido más lato una emboscada. Así debió sentirse ella… Algo así siento yo.
Puede que no sólo esté poco participativo y aguafiestas, puede que esté demasiado amargado, y viendo lo divertido de muchas respuestas, me di cuenta que nada podía aportar sin arruinarlo. Pero hubiera sido mejor no haber hecho comentario alguno, y disfrutar del juego desde un rincón, como lo hacía en mi infancia.
La mujer del juego no había reparado en que ya no tenía un amigo, porque era su enamorado. Y un(a) enamorad@ no correspondid@, puede, muchas veces, parecerse mucho a un(a) enemig@.
Tampoco había tenido en cuenta que si ella buscaba atención y cuidados, lo ideal no era buscarlo con el perfil de un amante ocasional, sino en alguien, al menos en su actitud inicial más afín a su supuesto amigo.
Quien busca el lucro con una barca o con un banco, buscan eso: El lucro.
Debo detenerme para aclarar que me estoy ateniendo a la versión propuesta por Victorhache (la del loco), porque con la otra, por ahora, me resulta angustiante.
Los maridos contenedores y atentos no trabajan demasiado (en estos momentos, yo sería un mal marido como es lógico)
Un demente es inimputable.
No tengo solución, porque no puedo verla… Aquí también me rindo.
Además de amargado, estoy más tonto.