En el año 2010 alguien de otro foro de salud mental me mencionó este foro, porque le pareció que yo podía tener fobia social, sin embargo no me registré por miedo a que me rechazaran.
Ahora después de dos años, mi vida ha empeorado, y antes de retirarme del mundo de los foros de Internet, necesito conocer otras opiniones, y si tiene solución.
Cabe aclarar que tengo recuerdos desde poco antes de cumplir un año, así que espero no recibir críticas, ya que a veces a unas personas les es imposible creer en los recuerdos que uno posee, y cuando alguien no cree mi realidad , comienzo a sentir desesperación que termina en depresión.
Trataré de resumir todo lo que influyó para que hasta el día de hoy, con 27 años, sea un fracasado sin trabajo que no vale para nada, ya que hay aspectos que tengo que omitir, como por ejemplo el que tenga problemas con los alimentos, debido a su textura, sabor u olor, puesto que no tiene nada que ver con socialización.
Desde que tengo memoria (aproximadamente un año de vida), siempre fui muy tímido, todo me causaba ansiedad y preocupación, y desde aquel entonces comenzaba a tener problemas, ya que mi madre no entendía lo que yo decía, como en una ocasión cuando tenía un año de edad y mi madre me metió a una alberca de esponjas, y por más que le decía que me sacara por la desesperación, no me hacía caso, porque supuestamente no sabía hablar, aunque con mi hermano gemelo si lograba comunicarme.
A los tres años, ingresé al kínder, y ahí fue cuando mi madre comenzó a percatarse de mis problemas, ya que no me relacionaba con ningún niño, no hablaba y me aislaba, por lo que me mandaron a C.A.P.E.T., para que supuestamente pudiera desenvolverme mejor, lo cual no resultó, porque mi timidez persistió y yo comencé a tenerle miedo al ridículo.
Ese mismo primer año de kinder, se hizo un festival en el kínder en donde cada grupo realizaba un número de baile, yo comencé a temblar y me paralicé totalmente, a causa de que sentía que todos me veían, por lo que trataba de ocultar mi cabeza subiendo mis hombros.
En ese mismo curso tuve mi primera experiencia con el bullying, ya que un niño me comenzaba a maltratar, como en una ocasión en que me torció cruelmente mis pequeños dedos.
En esos primeros años mis miedos se iban desarrollando más, ya que tenía miedos como el que se incendiara mi casa, tener un accidente automotriz, que me secuestraran, que un animal venenoso me inyectara su veneno, hasta miedo a que mis padres y hermanos se murieran, incluso en mis sueños nocturnos, esos miedos se cumplían.
Los años pasaron y antes de comenzar a cursar tercero de primaria, nos tuvimos que mudar a otra ciudad, lo que provocó que en la nueva escuela mi timidez aumentara.
Desde que mis padres comenzaron a buscar en que escuela me inscribirían, ya comenzaba a sentir el miedo al rechazo de los nuevos compañeros, sentía mucha ansiedad por tener que ser el nuevo del salón.
Mi vida empeoraba cada día, ya que en tercer grado de primaria me pusieron un apodo/mote que tuve por el resto de mi vida estudiantil. En esta primaria hubo muchos niños que sin ninguna razón me pegaban y me hacían sentir mal.
Ese año me sentaron con una niña que me gustaba, y no podía dejar de pensar en el ridículo que me provocaban los otros niños frente a ella.
Cuando cursaba quinto año, hice un amigo que hasta el día de hoy lo conservo (aparentemente lo conservo, porque el último año en que lo vi fue en 2010), ya que estudiamos en la misma secundaria, preparatoria (bachillerato) y la misma Ingeniería.
Ese año en que cursé quinto de primaria mi vida empeoró, primero porque tuve una fuerte depresión al ver la película “Soylent green”, y la segunda causa debido a que vi la película de “Outbreak” con Dustin Hoffman, ya que cambió una parte de mí porque comencé a tener miedo excesivo de los virus, gérmenes o bacterias, por lo que comencé a tener obsesiones compulsivas de lavarme las manos, y lo peor es que le contagié esas ideas a mi hermano gemelo.
Las obsesiones compulsivas comenzaron a afectar mi autoestima, ya que me avergonzaba de lo que me estaba pasando, por lo que tenía que ser muy cuidadoso para que el resto de niños, no se enteraran de mis locuras.
Ese mismo año, mi autoestima bajó porque siempre que había un partido permanecía en la banca en los cursos de futbol soccer a los que mi madre me había inscrito, ya que era pésimo para jugar, y me ponía a temblar de nervios cuando alguien me pasaba el balón, ya que hacía el ridículo por patear mal el balón.
También temblaba de nervios cuando me ponían a leer en voz alta.
Cuando cursaba sexto año, nos diagnosticaron a mi hermano gemelo y a mí, Trastorno Obsesivo Compulsivo, y la psicóloga que nos lo diagnosticó no nos quiso volver a ver, porque le dijo a nuestra madre que supuestamente no poníamos de nuestra parte. Cuando nos sangraban las manos de tanto lavarnos las manos, nuestros padres amenazaban con llevarnos al manicomio.
Ese mismo año, comencé con otra obsesión de cuidar mi cerebro, ya que mi profesora de sexto año, nos habló del Alzheimer, por lo que quedé muy preocupado de perder los recuerdos de mis vivencias.
Al ingresar a la secundaria, el bullying que me provocaban las personas, comenzó a incrementarse, y por esa causa, el miedo al ridículo y que los demás hablaran mal de mí, también aumentaba.
A causa de mis buenas calificaciones en los exámenes, muchos intentaban aprovecharse, ya que prometían defenderme si permitía que me copiaran en el examen, y como yo quería tener amigos aceptaba, pero de nada sirvió porque al final los que me copiaban también solían humillarme.
En esta etapa de la secundaria, comenzaron las exposiciones dadas por los alumnos, y el día en que yo debía exponer, mis nervios se excedían a tal grado que no podía hablar, comenzaba a sentir el cuerpo caliente y a marearme, fue tanto el ridículo que hice, que me deprimía cuando regresaba a casa.
En tercer año de secundaria, fui humillado por gran parte del grupo, seguía con el mismo apodo y me llegaron a quitar los pantalones dentro del salón en donde todos me observaron, en esa ocasión salí corriendo y llorando, era uno de los peores ridículos que había hecho en mi vida.
Otro de los grandes ridículos que tuve en la secundaria, fue cuando en un concurso realizado por una orientadora, gané como el tipo más apático del salón, fue muy deprimente saber lo que los demás pensaban de mí.
Cuando ingresé a la preparatoria, las exposiciones iban en aumento, desde que el profesor se presentaba y mencionaba que habría que exponer a lo largo del semestre, comenzaba a temblar de miedo, y cuando el día llegaba, siempre era lo mismo, me temblaba la voz, cerraba los ojos para recordar lo que tenía que decir y comenzaba a sentir mucho calor en mi cuerpo que provocaba que sudara.
En ese año, también tuve la mala fortuna del acoso escolar, todo esto me provocaba traumas, ya que me sentía mal por lo que las mujeres pensaran de mí, sentía que me veían como un imbécil por la forma en que me trataban los hombres.
Desde el último año de primaria, yo anhelaba una novia, pero era incapaz de hablar con las mujeres, incluso sentía que me veían con rechazo, y en la preparatoria no fue la excepción.
Los exámenes me provocaban mucha ansiedad, no podía controlar mis nervios, y a pesar de que sacaba buenas notas, sufría mucho en temporada de evaluaciones. Por otra parte no podía dejar que me afectara la depresión, porque también le tenía miedo al fracaso.
En tercer semestre de preparatoria, conocí a un compañero que me dijo que con el tiempo se me quitaría la timidez, comencé a confiar en él, pero después de de varias semanas y de que vio lo mal que se me daban los deportes, sucedió lo de siempre, se comenzó a burlar de mí y en general a tratar mal, el junto a otros dos sujetos, comenzaron a humillarme en el salón. Hacían dibujos de mí haciendo alusión de mi apodo que había trascendido por los años, me pegaban en la cabeza y me tiraban al suelo.
En quinto semestre de preparatoria, una profesora de biología humana, prometió que me quitaría la timidez, sin embargo sus actos me provocaron más traumas, ya que me ponía en ridículo frente a toda la clase, me obligaba a participar, me nombraba a cada momento y lo peor fue cuando en una clase me puso como ejemplo de cómo las personas se ruborizaban, se acercó a mí y me obligó a verle a los ojos a una mujer, yo bajaba mi cabeza y la profesora me la subía, todos los alumnos se reían, mi sufrimiento me estaba provocado mareo, al finalizar la clase me dijo que yo sería el protagonista de una obra de teatro que tenía como tema el sexo.
Los siguientes días estuve sumamente preocupado, ya que no sabía cómo evitaría dicha obra, sin que me bajara calificación, al final y al percatarse que me era imposible hablar frente al público, me perdonó actuar en la obra, de lo cual hoy en día me arrepiento, porque pude tener la oportunidad de besar a una chica.
Cuando estudié la Ingeniería, el bullying desapareció, sin embargo las exposiciones en clase continuaban, por lo que mi sufrimiento no acababa. Llegué a tener profesores que me ridiculizaban por la manera en que exponía, lo que ocasionaba que entrara temblando de nervios a esas clases.
A finales de 2007, acabé con mis materias, y comencé con la residencia profesional en una empresa en donde lo pasé muy mal a causa de la ansiedad.
En el 2009 por fin logré obtener mi título de Ingeniero, y no sabía que mi vida de fracasado estaba a punto de comenzar.
Fiestas y quedadas
Toda mi vida he evitado todo este tipo de eventos, y cuando me lograban convencer de ir alguna reunión familiar o a una reunión para jugar videojuegos, no podía dejar de pensar en que me quería retirar, siento que todos me ven y piensan mal de mí.
Hasta el día de hoy, jamás he entrado a una discoteca, jamás he podido bailar porque siento que voy a hacer el ridículo, de igual forma jamás he entrado a un bar.
Cuando juego videojuegos con algún amigo, comienzo a temblar, ya que me da miedo que si pierdo se burlen de mi y que se percaten que no valgo nada.
Relaciones de pareja
Jamás he tenido novia, soy un tipo con un aspecto debilucho y con una baja autoestima que mi cara me avergüenza, por ese motivo siempre he sentido que las mujeres me ven con rechazo. Una vergüenza que con 27 años, siga siendo virgen, incluso me da miedo ir con una prostituta porque pienso que eso provocaría que las demás mujeres me rechazaran peor de lo que ya me rechazan.
En mis tiempos de estudiante, tenía la esperanza de que una mujer se me acercara y me propusiera salir con ella. Siempre que leía o veía alguna historia romántica, me hacía ilusión de vivir algo similar, pero desgraciadamente eso quedó en una simple fantasía porque jamás ocurrió.
Cuando una mujer me atraía, no podía acercarme porque sólo de pensarlo comenzaba a temblar, por vergüenza y miedo al ridículo.
En los foros de Internet soy incapaz de hablarle a una mujer, porque tengo miedo de que piense que soy un acosador.
En páginas para conocer pareja, comienzo a temblar cuando una mujer me quiere conocer, lo que ha provocado que nunca logre formar una relación.
Estoy condenado a permanecer solo, sin una mujer que me acepte en esta miserable vida.
Experiencias en foros de Internet y redes sociales
Los miedos me persiguen hasta en los foros de Internet, ya que cada vez que trato de enviar un mensaje, lo reviso incontables veces, para que no vaya a cometer algún error. En muchas ocasiones termino cancelando el mensaje escrito, porque mi forma de escribir es ridícula.
Cuando logro enviar un mensaje, comienzo a temblar por recibir alguna crítica, si recibo la critica me comienzo a deprimir, sin embargo si soy ignorado, también me deprimo.
En todos los foros por los que he pasado, me siento ignorado, pareciera que no existo, y mientras percibo como muchos logran hacer amistades y comienzan a contactarse, yo siempre me quedo solo, porque todos me ignoran.
En fechas como Navidad, todos se comienzan a felicitar, empiezan a nombrar a sus amigos, mientras que a mí nadie me nombra, en cualquier foro siempre soy olvidado, y si logro tener algún contacto en MSN, al final termina borrándome de su lista de contactos porque dejo de conectarme.
Obviamente jamás digo lo que siento en otros foros que no estén relacionados con la salud mental, porque si no todos pensarían que soy un Attention Whore o incluso un Troll. Muchas veces también tengo miedo de que la gente en Internet piense que soy un troll, siendo que siempre sigo estrictamente las reglas de un foro.
Me siento fatal cuando alguien me elimina de su lista de contactos, yo jamás he eliminado alguien de mi lista de contactos, a mí no me importa si se conectan o no, nadie es un estorbo entre mis contactos, pero yo sí soy un estorbo en los contactos de otros.
Hablando con otras personas.
Con mis padres puedo hablar sin miedo, sin embargo me cuesta demostrar sentimientos, como si me avergonzara hacerlo.
Si estoy con mis padres y otras personas, como un amigo u otro familiar, pierdo la voz.
Si estoy con un amigo puedo hablar, pero si el grupo comienza a crecer, pierdo la voz.
Si estoy con mis padres o con un amigo, pero a su vez hay un desconocido, pierdo la voz.
Toda mi vida me ha costado trabajo pedir las cosas a desconocidos como en un restaurante, tienda o cualquier tipo de negocio que haya.
Me avergüenza pedir ayuda, por lo que siempre trato de evitar pedir ayuda.
Por otra parte, me agobia tener que ayudar a otros, ya que temo equivocarme, decepcionarlos y que se enteren lo inútil e ignorante que soy, por lo que casi siempre evito ayudar a otros. Por ejemplo cuando estudiaba en la Ingeniería y alguien me pedía que le explicara algún problema de ecuaciones diferenciales o cálculo vectorial, mi típica respuesta era que todo se explicaba en el libro y me apartaba de ese lugar.
También he tenido muchos problemas con mi voz, ya que suelen burlarse de esta, me arremedan y dicen que parece la de un robot.
Si tengo una opinión que decir, suelo callarme, porque siento que es estúpido lo que tengo que decir y que nada más haré el ridículo.
Cualquier tipo de crítica que se me haga, me hace sentir extremadamente mal, no importa en qué tono me lo digan, me dan ganas hasta de llorar, sin embargo no lloro porque me da mucha vergüenza que la gente me vea llorar. Por ejemplo, en el trabajo que renuncié, cuando el jefe me decía que tenía problemas de comunicación, me comenzaba a sentir mal.
Cuando voy caminando en la calle y veo a alguien que no he visto en mucho tiempo, trato de esconderme para que no me vea, y si voy con mis padres y veo a un conocido, también intento esconderme.
¿Por qué no asisto con un especialista, dígase psicólogo o psiquiatra?
Porque le temo al ridículo.
Podría darse el caso de que le cuente toda mi vida al psicólogo y me diga que exagero, y que abandoné mi trabajo por vago, lo cual provocaría que me sienta ridículo por haberle contado todas mis cosas.
Otro caso podría ser que me diagnostique alguna cosa que me incomode, por lo que no sería capaz de vivir con la etiqueta.
Tampoco soportaría que me medicaran, ya que mis recuerdos estarían en riesgo a causa de los daños que podría ocasionarle el medicamento a mi cerebro.
Trabajo
En 2009 obtuve mi título de Ingeniero, sin embargo no me sentía capaz para trabajar, me sentía un inútil, pero tenía que buscar un trabajo para que mi vida continuara.
Lamentablemente todo comenzaba mal desde el momento en que las empresas comenzaban a citarme para realizar entrevistas de trabajo, ya que desde el momento en que me llamaban o me mandaban un correo electrónico, la ansiedad comenzaba y comenzaba a sentir miedo, un miedo que provocaba que me temblara la voz y no pudiera hablar correctamente por teléfono.
Cuando llegaba a la entrevista, llegaba con todo el cuerpo sudando, me sentía mareado y sólo podía responder con monosílabos. Al final todas las empresas me rechazaban y estuve más de un año sin trabajo, hasta que a mediados de Julio de 2010, una empresa que sólo hizo un examen sin entrevista, me contrató.
Por fin tenía mi primer trabajo como Ingeniero, sin embargo desde el primer día comencé a sentir ansiedad, todo el tiempo pensaba en que me equivocaría y no sería capaz de realizar bien mi trabajo, cada que alguien solicitaba mi ayuda me era imposible no ponerme nervioso.
El gerente general no dejaba de aconsejarme que fuera más comunicativo, incluso me llegó a decir que fuera con un psicólogo porque me veía con graves problemas de comunicación.
Después de trabajar 19 meses, ya no soporté tanto sufrimiento y renuncié. El 29 de febrero de 2012, fue el último día en que laboré.
En todo el tiempo en que trabajé, jamás salí a comer, prefería aprovechar mi tiempo libre para navegar en Internet, esto a su vez me deprimía porque no me gusta estar solo.
Gran parte del tiempo desempeñaba mi trabajo totalmente solo, y aún así no soporté la ansiedad, debido a mis pensamientos pesimistas de que podía cometer algún error, tenía miedo de decepcionar al jefe, ya que él pensaba que yo era muy capaz debido a mis calificaciones en la Ingeniería, palabras que jamás pude creerme, ya que por alguna extraña razón me sentía un fraude.
Lo más irónico es que cuando buscaba trabajo estaba deprimido por no encontrar, después lo encontré y de igual forma me deprimía.
Actualmente ya ni siquiera busco trabajo, trato de evitar ese sufrimiento que sentía en las entrevistas de trabajo.
Actualmente, después de jugar un videojuego, me siento culpable porque no soy nada en esta vida, me siento un parásito porque no me pude independizar de mis padres. Mi dinero que ahorré cuando trabajaba poco a poco se está acabando.
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Por culpa de mi TOC acumulativo, el espacio de mi habitación está desapareciendo, que cada día que abro los ojos, me deprime ver todo amontonado. Con el TOC de lavarme las manos pasé mucha vergüenza en mi trabajo, porque me llegaron a ver cuando me echaba gel antibacterial.
Otra cosa que me pasa, es que en muchas ocasiones me avergüenzo de ser un ser vivo, a causa del sistema digestivo que poseemos, no soporto todo lo que implica dicho sistema, por lo que fantaseo en que me transformarán en un cyborg sin sistema digestivo y con una forma más óptima para adquirir energía.
También me avergüenza mi trasero, siempre uso camisas largas, para cubrir todo lo que hay debajo de mi cintura, y tengo que caminar de una forma extraña para evitar esa forma ridícula que en se mueven los glúteos al caminar.
Desde niño decidí que jamás tendré hijos, ya que mi personalidad no es compatible para ese hecho, siento que haría el ridículo por el resto de mi vida si fuera padre.
Suelo evitar mencionar en qué país vivo, porque tengo miedo a ser discriminado.
Sinceramente ya no sé qué hacer con mi vida, los pensamientos suicidas se están incrementado y temo el día en que tenga el valor para hacerlo. Cuando era un adolescente nunca me imaginé que seguiría en la misma situación ridícula, ahora temo que siga en la misma situación cuando llegue a cumplir 40 años.
Estoy casi seguro que nadie leerá mi mensaje, ya que los usuarios suelen ignórame cuando me extiendo demasiado, pero me es imposible no extenderme porque comienzo a pensar que si no soy más específico, los demás podrían imaginar cosas que no son.