Buen tema, Superación (y buen nick
).
Yo lo que he hecho primero ha sido cambiar mi manera de ver el mundo. Acepté que las cosas no tiene por qué ser como yo quiero que sean, que los demás no tienen por qué tratarme como a mí me gustaría que me tratasen y, muy importante, que yo no tengo por qué hacer las cosas de la forma en que desearía hacerlas.
¿Qué se deduce de lo anterior? Se deduce, entre otras muchas cosas, que no importa prácticamente nada lo que los demás opinen de uno . Las opiniones que los demás tienen de uno normalmente tienen más que ver con ellos que con nosotros. El observador juzga valiéndose de la pobre información que posee sobre nosotros, de sus prejuicios, etc. Entenderéis racionalmente que es una estupidez temer que otros os increpen o ridiculicen. Y para entenderlo "fisiológicamente"... ¿qué hay que hacer?
Pues muy fácil : Salir de casa y relacionarse con el mayor número de personas posibles, por mucho que os cueste. Ya sabemos que lo que lo que opinen los demás de nosotros rara vez importa considerablemente y también sabemos que aunque no nos comportemos como nos gustaría (nos quedemos en blanco, temblemos, nos pongamos rojos, etc) no pasa nada especialmente malo (de hecho puede ser muy divertido).
Yo recomiendo ver las interacciones sociales de esta manera:
-Si empezáis a hablar con alguien y os sigue el rollo: Genial, tenéis alguien con quien practicar vuestra terapia. Seguid hablando.
-Si esa persona no quiere hablar con vosotros: Genial, cuantas más veces te rechacen menos sensible te haces al rechazo. Y algunas veces las situaciones pueden tornarse muy divertidas y se convertirán en anécdotas que os gustará rememorar en un futuro.
Como véis, en ambos casos salís ganando: Si le decís algo a una persona y os sigue el rollo practicaréis vuestras habilidades sociales y a corto o medio plazo rebajaréis vuestra ansiedad; si le decís algo y pasan de vosotros os haréis más inmunes al rechazo y a corto o medio plazo rebajaréis vuestra ansiedad.
Resumen para el que no quiera leer mucho: Salid de casa y hablad con el mayor número de personas siendo conscientes de que el rechazo no es algo tan malo (de hecho en vuestro estado es muy positivo que os rechacen)
y tratad de ser vosotros mismos (aunque, como es obvio, los primeros días no seréis capaces de ser naturales)
. No importa de qué habléis. Salid de casa y hablad con cualquier persona. Y repetid. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir. Repetir...