Un nervio desconocido (hasta ahora desconocido era sinónimo de amenaza) te agarra con vehemencia y besa todo tu cuerpo. Bálsamo inquietante que te obliga a tirar la casa por la ventana y desear nadar todo el día, comerte la vida, devorar todo el aire, engullir millas a bocanadas. Comprarte ropa nueva, salir y encara al sol, hacerte un corte de pelo agresivo, mirar con sarcasmo a la gente, brillar como un trueno mágico y matarlos a todos ante tu paso. A mí solo me importas tú (yo).
Sentada (tirada) en medio de la especie humana, se desgranaba la contundente calma. Una voz redonda, una paciencia infinita, un contenedor de corazones y voces tímidas.
Quizás te vea mañana, amigo del alma. Bebo lugares de criaturas puras acurrucada en la cama.
Quizás me muera mañana, amigo sin alma. No te molestes, detrás de las palabras no hay nada.
Soporto mi estructura con columnas de nada, huecos vacíos en mi cabeza. Me deshago de los zombis de personalidad y sentidos, la idiotez y el atraso mental en los seres humanos es algo de lo que me harté hace ya tiempo, ahora solo busco llenar mis huecos. Tan difícil es contener la arena con una mano y con la otra seguir viviendo (soñando).
Súbete a mi costado, pájaro pintado, vuela por mi sombra que lleva tu color. Visítame fuera de la noche en la que brillo y me resguardo del día, en la noche no tengo sombra. Entra y sal por mis ojos, cómete mis sueños y escúpemelos luego a los píes.
Agárrame de la mano hermana de alma y no te olvides de no soltarme, estaremos solas acosadas por la manada, a caso no es horrendo lo desconocido.
Holita