El título del post me recuerda a un tema que trata Bernabé Tierno en uno de sus libros. Habla de las perosnas tóxicas y las tónicas. Y hace una clasificación de de los dos tipos.
Las tóxicas son las que, cada una a su manera, te envenenan con sus palabras, y las tónicas las que nos hacen sentir bien. Una misma persona puede ser tóxica para alguien y tónica para otra. Ésto me ha pasado hace poco con una conocida. Con alguien es super tóxica, la critica, le hace daño, sin embargo conmigo tiene el efecto contrario, me anima, me hace sentir bien conmigo misma. Es de esas personas que verlas y hablar con ellas te alegra, son tan positivas que lo trasmiten a los demás.
Luego están los tóxicos, los que sólo hablan de desgracias, de cosas negativas, de lo dura que es la vida, de los desgraciados que son, sólo buscan defectos en los demás. Es el caso de mi padre, por ejemplo. Y en parte, se me ha pegado mucho de él en ese sentido, cosa que estoy intentando cambiar, ya me veo como una vieja de 90 amargada, quejándome por todo.
Luego está la gente que vive desgracias (enfermedades, muerte de familiares...) a los que conozco y tb. tienen un efecto bueno en los demás. Se sobreponen a la adversidad, en lugar de sentarse a llorar, salen de eso, y estar con este tipo de perosnas te ayuda mucho, rebozan tanta esperanza, ilusión, fortaleza, que algo se te pega. Son como dice BErnabé: una medicina.
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