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texto extraido de la pagina :
Llevo 3 años sin salir de mi habitación. Me llamo Diego y tengo 17 años.
A los 14 años mi tio Andrés me violó en su habitación, la noche de reyes. No recuerdo muy bien como ocurrió, solo sé que llegué a casa, callado, y me encerré en mi habitación.
Al principio pensaba que en un par de dias me encontraría mejor. Aun así, no le conté nada a nadie, no quería hacer sufrir a mi familia.
Pasaban los dias y cada dia me sentía mejor en mi soledad, en mi santuario, en mi pequeña carcel. Tenía todo lo que quería, mi ordenador -desde el que os escribo-, mi play, mis juegos, mi ropa, mi música, mis libros, mi móvil y la comida que me traía mi madre, mi santa madre.
Han pasado los años, y sigo aquí. Han intentado sacarme, pero no quiero salir de aquí. Estoy protegido, no recluso, soy dueño de mi pequeño imperio de cojines y bolis. Me siento como el bebé en la tripa de su madre.
En Japón, 1.200.000 niños, aproximadamente son hikikomoris, como yo. Hikikomori significa inhibición, reclusión, aislamiento. Creo que no entienden una mierda de lo que es. No somos suicidas en potencia, ni renegados, ni siquiera somos un grupo, ni una moda.
Antiguamente hikikomori sería ermitaño, y ahora parece que somos una lacra, más aun en un pais como España.
He decidido abrir este diario para que podais conocer mejor mi vida, la vida de un hikikomori español, para romper tabúes, ideas preconcebidas sobre algo que se desconoce.
