Hola amigos,
Llevo mucho tiempo sintiendo que hay algo en mí que no está bien, y a raíz de estar en una relación que no me hacía feliz y la posterior ruptura cosas que consideraba como superadas resulta que no lo están. No sé a quién acudir, ni qué es lo que me pasa, y creo que compartiéndolo aquí de forma anónima no sólo puede suponer un desahogo sino que puedo encontrar guía. He leído los hilos y veo que sois una comunidad de gente que ha pasado por cosas parecidas a las que he pasado yo y que os ayudáis mutuamente.
Me gustaría empezar por el principio, aunque no sé muy bien cuándo comenzó todo. Desde siempre he sido una persona muy cerrada a los demás y que todo lo que me pasaba me lo he ido guardando dentro. También he sido una persona muy obsesiva, y esto último creo que se me ha ido de las manos como os relataré más adelante.
Mi infancia es lo que se podría considerar como una infancia feliz. Sin embargo, en el colegio nunca me sentí aceptada por los demás ni estuve a gusto. Me sentía muy diferente a los demás, algo que los profesores no se cortaron en hacerme notar y que hizo que mi sentimiento de alienación fuera cada vez más profundo. Poco a poco fui perdiendo mi asertividad y en vez de eso intenté de cambiar para que los demás me aceptasen y consentí muchas cosas con tal de contar con la aprobación de los demás.
El punto de inflexión quizá se encuentra con la enfermedad y fallecimiento de mi padre, la depresión que conllevó todo eso y el casi inevitable cambio de estatus económico (que no fue de lo que más me afecto, pero que está ahí). Cuando empezó su enfermedad yo debía de tener 9 ó 10 años, no lo recuerdo con exactitud, y mi mundo se vio puesto patas arriba. Yo intenté ser ajena a todo lo que estaba ocurriendo, pero el tener un enfermo al que a veces hay que ingresar de urgencia en medio de la noche y otros episodios que no viene al caso relatar afectan a las personas y no he sido consciente de todo ello hasta ahora que soy adulta.
Durante su enfermedad creo que empezaron a exagerarse mis obsesiones y a volverse negativas. Durante toda mi infancia tuve muchas "obsesiones" como por ejemplo aprender más sobre los animales o los Antiguos Egipcios y nunca me supusieron una fuente de dolor o de angustia. Sin embargo, en este periodo, en especial mi mente me torturaba con temas apocalípticos, fin del mundo, desastres naturales como terremotos, maremotos, plagas, lo que queráis porque de todo ha habido. Cuando vienen a mi mente esos pensamientos, ya sea de forma espontánea o por haber leído alguna noticia o visto una película, es una oleada tal de angustia que no me puedo mover, puedo llegar a tiritar y a tener el estómago revuelto. A raíz de esa obsesión acabé desarrollando ciertas supersticiones que me acompañan hasta hoy y que pueden ser muy limitantes o que me pueden crear muchas angustia. Por ejemplo, sumo números de matrículas o de fechas para ver si traen "buen suerte" o "mala suerte", hay prendas que en determinados días me puedo poner o no, y tengo miedo a que se acaben las cosas, por ejemplo, si se rompe una taza que me gusta o se me acaba un perfume que me gusta y que ya no se fabrica me afecta en sobremanera.
Tras el fallecimiento de mi padre entré en una etapa autodestructiva, empecé a fumar y a ir de malota, a granjearme la enemistad de mis profesores y de muchos compañeros de clase y a juntarme con gente que no me hacía ningún bien. En casa tenía un comportamiento normal, pero había algo en mí que me invitaba a estar en conflicto y lucha permanente. Durante este período tuve muchos episodios de angustia por temas sobre todo apocalípticos como los descritos anteriormente, sumado al estado de malestar general que yo tenía. Entre muchos de los efectos adversos a mis conductas y pensamientos durante este período fue ganar peso, y perder casi todo el pelo a causa de un tipo de alopecia asociada al estrés.
Hacia el final del bachillerato empecé a tener nuevos amigos, pero me llevé algunos reveses y aquello me dejó un sentimiento de pérdida y de descontento conmigo misma. Sentía que no encajaba no sólo porque era "diferente" sino porque era gorda. Aquello se tradujo en una pérdida de peso, que me llegó a obsesionar. Pasaba los días casi sin comer, contaba calorías de forma obsesiva y me daban ganas de llorar si sentía que había comido de más.
Durante el período en el que se acabó el bachillerato y empezaba la universidad hice un nuevo grupo de amigos y me lo pasaba muy bien. Sin embargo, uno de los del grupo se sintió atraído por mí y al rechazarle empezó a humillarme delante de los demás, sin que a nadie pareciera importarle mucho. Al principio traté de aguantar y ser conciliadora, pero al final decidí que aquello no me estaba haciendo bien y corté de raíz con esa gente.
Durante el primer año de universidad conocí a una persona considerablemente mayor que yo de la que me enamoré. Pensé que había sido correspondida, pero en realidad entré en una relación tóxica en la que básicamente esta persona me utilizar, además de ser infiel, buscar motivos de pelea constantes, pasarse días sin cogerme el teléfono y demás. Estuve sumida en esto alrededor de un año. Durante este año mi obsesión fue esa relación y era incapaz de ver todo lo que ocurría. Desarrollé ciertas supersticiones relacionadas con ello para intentar que funcionara.
Al final, a raíz de conocer a otra persona decidí dejar esta relación y pensé que había empezado mi camino hacia la mejoría. El primer revés fue cuando me obsesioné con la idea de la posibilidad de haber contraído el virus del VIH. Me realicé la prueba y dio negativo, pero aún asi estuve mucho tiempo obsesionadas por los posibles 0,001% de posibilidades de error, etc. Con esta nueva persona me sentía muy querida, respalda y aceptada, que era algo que había estado deseando durante mucho tiempo. Durante esta relación, de la que me hice muy dependiente, tuve episodios de ansiedad relacionados con la duración de la relación - me daba miedo que se terminara -, todas las desgracias que podían ocurrir - desde accidentes de tráfico, pérdida de seres queridos a enfermedades mortales como el cáncer -, además de las de desastres naturales inevitables mencionadas más arriba. Desarrollé algunas otras "superticiones" y mantuve algunas ya existentes.
Finalmente, esta relación también se terminó, y me siento muy liberada y bien. Pero justo cuando parecía que el sol brillaba estas obsesiones vuelven más fuertes que nunca, y estoy sinceramente HARTA de vivir con miedo, de vivir con normas, de vivir con deseos incluso de morir para no tener que vivir posibles horrores futuros.
El que vamos a morir, el que pueden ocurrir desgracias, son posibilidades reales que conlleva la vida misma y no veo racional privarme de hacer cosas, de disfrutar de lo bello de la vida y sobre todo de ser feliz. Pero no sé por qué no lo puedo evitar, y estoy cansada. Necesito ayuda y no sé dónde pedirla, o qué hacer para paliar todo esto y por fin poder ser una persona que vive su vida al 100% sin oleadas de miedo y ansiedad que le paralizan en cualquier momento, sin tener que realizar rituales o tener supersticiones.
¿Qué debo hacer? Ayuda por favor.