Leer, leer y leer. No puedo aconsejarte mucho más. Al mejorar tu comprensión lectora acabas desarrollando una intuición que te permite, la mayoría de las veces, deducir el significado de las palabras por su contexto, sobre todo cuando conoces un sinónimo. Las palabras son como los Pokémon, cuantas más vas atrapando más fácil se vuelve pillarlas. Y si no, siempre te queda la Masterball: el diccionario. Concuerdo con lo dicho más arriba de un tesauro. Además, gracias a internet, las apps, etcétera ni siquiera te tienes que comprar uno.
Ah, y también ten en cuenta que hay autores caaaansiiiiinooooos. De verdad, hay gente que no entiende que escribir un libro no tiene por qué ser un ejercicio de narcisismo. Si puedes expresar una idea de forma concisa y con palabras sencillas (a no ser que hablemos de poesía o algo así donde la forma importa a veces más que el contenido), siempre será mucho mejor que la grandilocuencia y la pedantería. Así que ojo con algunas obras, que no son para todo el mundo, más bien para cuatro gatos. Nunca sientas vergüenza por mandar a tomar viento un libro que te aburre, ya sea por lo que cuenta o por cómo lo cuenta. Siempre hay algo que leer.
En resumen: elige bien tus batallas y no te rindas. Al final lo lograrás.
PD: Si te gustó El sabueso de los Baskerville, ya estás tardando en empezar a leerte todo el canon sherlockiano (o holmesiano, que le llaman otros), esto es, todas las obras de Sherlock Holmes escritas por Conan Doyle. Ahí tienes material para un tiempo.
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