Después de algún tiempo, vuelvo a atreverme a escribir algo en este foro. Resulta que en este momento necesito encontrar un medio a través del cual expresarme y exponer mi situación. Entiendo que por aquí hay personas con problemas más graves que los míos. Pero ya que no tengo a quien recurrir para contarle esta situación en la que me encuentro, tomé la decisión de expresarla por acá.
Hace ya más de dos años me inscribí en este foro porque sentía que mi vida era un desastre y no sabía qué hacer con ella. En aquel momento, después de pasar un año y medio sabático en el que mis padres me mantuvieron, finalmente encontré un trabajo. Desde entonces han pasado un año y cinco meses, y actualmente me encuentro en mi segundo empleo. No me va mal en este empleo: me pagan muy bien y durante la jornada me dejan cierta libertad de la cual me aprovecho.
La empresa donde trabajo se está mudando a otro país. Me ofrecieron una transferencia y yo la acepté (aún no he firmado ninguna clase de contrato ni nada por el estilo). En teoría me mudo a este país extranjero en enero (dentro de 45 días).
Algunos se preguntarán: ¿cuál es el problema? Todo parece perfecto: por primera vez en mi vida tengo la oportunidad de independizarme de mis padres; me van a pagar en dólares (un sueldo nada malo para el país al que me voy) y voy a poder ahorrar mientras vivo cómodamente. Todo eso luce mucho mejor que quedarme aquí en Venezuela trabajando en algo similar. Bueno, así pensaba yo hasta hace unas semanas.
Lo cierto es que muy en el fondo detesto mi trabajo y aborrezco mi profesión. La razón por la cual estuve año y medio desempleado es porque no quería ejercer mi carrera. Deseaba dedicarme a algo totalmente diferente, al cine o a la literatura, las cuales han sido mis pasiones desde hace mucho tiempo. He podido aguantar este año y medio trabajando como ingeniero solo porque los sábados estudio cine y me dedico en mi tiempo libre a leer, escribir o filmar. Esas son las únicas cosas a las que puedo aferrarme, pues como fóbico social no tengo ni amigos, ni pareja (ni nunca he tenido).
Mi intención hasta hace unos días era la de mudarme a este país extranjero y luego, después de algunos meses, renunciar. A partir de entonces me dedicaría probablemente a intentar escribir como loco. No estoy seguro de cuántos meses me tomaría ahorrar suficiente dinero como para después vivir por algún tiempo sin tener que trabajar. No tengo ni la menor idea. La única diferencia entre estar allá con respecto a estar acá sería que estaría lejos de mis padres. Nunca me atrevería a renunciar a un empleo, ni tampoco podría dedicarme a escribir, viviendo con ellos.
Ese era mi plan hasta ayer. Resulta que llevo tres semanas terribles en el trabajo. Mis jefes están en el país extranjero y yo, de momento, trabajo aquí en Caracas. Llevo tres semanas en las que no le he dedicado ni un solo minuto al trabajo. Simplemente no puedo. Paso todo el día en mi puesto, frente al ordenador, escribiendo si estoy con los ánimos suficientes para hacerlo o leyendo cosas en internet. Me siento terrible. En lo referente al trabajo, estas tres semanas no me afectarán mucho, pues siempre me las ingenio para hacer parecer que trabajo más de lo que en realidad hago. Mis jefes están ocupados con otras cosas como para darse cuenta de que estoy siendo muy poco productivo o como para que eso les importe. Así que estas semanas no afectarán para nada mi transferencia. Pero me obligan a pensar si permanecer en esta empresa es lo que de verdad me conviene. Llevo un año y medio trabajando como ingeniero, escondiendo, bajo la máscara de satisfacción que presento a los demás, lo terrible que me siento en el fondo. A veces, cuando me dirijo a mi casa conduciendo, grito desesperado como un loco; es el único lugar en el que puedo hacerlo, el único lugar en donde nadie oye mis gritos. Me muestro feliz, pero en realidad me siento miserable, sufriendo una tortura que nunca termina.
La razón por la cual trabajo como ingeniero es que soy un cobarde. Es la misma razón por la cual acepté la transferencia para enero. Soy incapaz de decidir nada por mí mismo y prefiero dejarme llevar por los demás. Me preguntaron si me podía mudar en enero. Me presionaron porque me necesitan en ese lugar para esa fecha. Al final dije que sí porque soy un cobarde. No puedo decirle no a nadie; siempre prefiero satisfacer a los demás antes que a mí mismo. Y esto lo hago porque temo intensamente la opinión que los demás pudieran tener de mí. Por eso no he logrado dedicarme a las cosas que me gustan y por eso nunca he tenido pareja y ni siquiera he conocido lo que es besar a una mujer. Tengo 25 años, y a pesar de que tengo un trabajo estable, me siento un fracasado. Soy incapaz de dedicarme a proyectos a largo plazo: empiezo a escribir una novela y a las dos semanas la dejo porque empiezo a filmar las escenas de mi próximo documental; luego dejo el documental y me dedico a diseñar un videojuego. Así no lograré nada.
Ayer, mitigando un poco la depresión navegando en Internet, me di cuenta de que actualmente he amasado suficiente dinero como para irme por algún tiempo a algún país extranjero. Durante el año y medio que estuve desempleado, tuve la oportunidad de vivir en París por tres meses. Mi intención era quedarme a vivir allí, encontrar un trabajo y empezar a estudiar cine. A los tres meses volví a Venezuela sin haber hecho nada de lo que me había propuesto. Nunca tuve la motivación necesaria como para salir y buscar empleo. Terminé volviendo a mis padres, de quienes he dependido toda mi vida. Aquel viaje lo realicé a través de una agencia que se encarga de gestionarle a uno los cursos de idioma en una escuela y el alojamiento. Ayer se me ocurrió visitar la página web de esta agencia.
Resulta que en este momento, si no ocurre una devaluación de la moneda (cosa que es muy probable y que acabaría con mis planes), puedo irme a vivir por 6 meses a París. Pagaría con mis ahorros el curso de idioma (ya tengo un nivel medio de francés) y el alojamiento. El alojamiento incluye dos comidas diarias. Así que con lo que tengo puedo sobrevivir en París por 6 meses. En teoría, tiempo suficiente para establecerme allí, y como tengo pasaporte europeo podría quedarme todo lo que quisiera. En 6 meses, si no he logrado quedarme (cosa muy probable), regresaría a Venezuela sin empleo, sin dinero y sin saber nuevamente qué hacer con mi vida. Este escenario solo es posible si no ocurre una devaluación de la moneda, tras la cual no me alcanzaría el dinero para irme a París por 6 meses.
¿Por qué me iría a Francia con una agencia y un curso de idiomas? En Venezuela el mercado cambiario no es libre. Si me voy con esta agencia, voy a poder pagar el alojamiento (que incluye dos comidas diarias) en bolívares, al precio del mercado oficial. Al final me saldría más costoso irme por mis propios medios y pagar allá el alojamiento (600 euros semanales como mínimo en París), porque el valor del bolívar es mucho menor en el mercado negro, el mercado real.
Lo que realmente deseo es irme a Francia. Mi problema es que soy un cobarde y me aflige que esta decisión afecte a otras personas. ¿Cómo encaro a mi jefe y le digo que no me encuentro interesado en mudarme en enero, a pesar de que anteriormente le dije que sí podía? ¿Cómo le digo a mis padres que quiero echar por la borda mi empleo actual y volver a aventurarme en mis fantasías que no tienen sentido? Mis padres parecen emocionados por lo bien que me va en mi empleo y la posibilidad de que con esta empresa me mude a otro país. No me veo hablándoles, diciéndoles que voy a renunciar, destruyendo cualquier esperanza que se hubieran construido en torno a mí.
Tengo pocos días para decidir qué hacer. Me arriesgo a gastarme todos mis ahorros y ejercer más control sobre mi vida. O me dejo arrastrar por los demás y me voy en enero a Panamá (sí, no lo había mencionado anteriormente). Estoy seguro de que en Panamá seguiré siendo un despreciable ingeniero, cada vez más comprometido con la empresa en la que trabajo, y nunca me atreveré a renunciar para dedicarme a tiempo completo a mis intereses.
¿Alguien podría decirme si hago mal en dejar atrás aquello que he logrado tras año y medio de trabajo? Corro el riesgo de volver a ser ese chico desempleado que vive con sus padres, sin nada que hacer con su vida, pero esta vez con 26 años.