Drowned, lo que comentas es uno de los síntomas más comunes del tratamiento que indicas que tomas. Al principio, lo más lógico es que el pene vaya por un lado, y la líbido por otro, no poniéndose nunca de acuerdo provocando transtornos transitorios sexuales.
Una vez que el cuerpo se habitúa a la dosis, y dependiendo de cómo reacciones al tratamiento, puede alinearse el binomio líbido-erección, funcionando todo al unísono, pero siempre tendrás el retardo en la eyaculación por el efecto 'sedante' de la medicación. Si esto no te preocupa, en cierto modo es una ventaja, pero si te preocupas, lo único que harás será añadir otro problema más. El sexo, muy al contrario de lo que piensa la gente está en el cerebro, lo demás reacciona por automatismo posterior. A veces puede pasar que ni tengas líbido ni ganas de sexo físicamente, aunque tu mente sí lo desee. Este es otro efecto secundario. Pero dependerá de la dosis, reacción y predisposición que tenga cada persona.
En mi caso, estuve medicándome durante tres años por una depresión que tuve. En la intimidad, y a solas, funcionaba todo a la perfección, pero cuando llegaba la ocasión de hacerlo en pareja, tenía más gatillazos que pelos tenía en la cabeza. Me ponía nervioso y acrecentaba la ansiedad, con lo que el problema, aumentaba en lugar de disminuir. Fue entonces cuando descubrí que no era yo, sino la medicación, y decidí aceptar lo que pasaba.
Tras una larga temporada en la que la líbido viajaba en una dirección y las erecciones por otra, lentamente comencé a sincronizarme. Y todo se arregló por sí solo. Es ahora, y que a veces tengo que echar mano de ansiolíticos, cuando veo que pasa lo mismo, y no me preocupo. De la misma manera que el problema viene, también se va.
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