La ansiedad experimentada en los últimos años ante las nuevas situaciones sociales, me llevaron a desarrollar una conducta evitativa. No siempre fui así.
Alguna vez pude durante mis años de adolescencia construir las pocas amistades que aún conservo.
Hasta que algo paso en el camino y fui desarrollando esa conducta evitativa cada vez más obsesiva.
Mis acciones se orientaron a escapar de la gente nueva, de toda actividad que implicará muchas relaciones interpersonales, ya sea de trabajo, de estudio o recreación. Caso patente de esto fue mi repentino abandono de cierta carrera de ciencias sociales (
que tan interesante me resultaba). Había ingresado y todo, pero al ver que esta carrera implicaba discusión de conceptos, participación oral y formación de grupos constantemente, la
termine abandonando antes de empezar las primeras materias
por la ansiedad que esas situaciones me generan.
Al no poder detenerme ya que también me aterra la idea de quedar estancado, opte por estudiar otra carrera. Una frívola carrera terciaria que
constituyo lo ideal para mi conducta. En ella pude insertarme en un
ambiente frio, cuadrado, donde lo expuesto no admite discusión. Lo que significa que uno puede ir ahí, hacer la suya sin necesidad de establecer vínculos con nadie y nadie te pregunta nada.
Y con eso la ansiedad no se desarrolla.
Hoy me queda mi familia (que la quiero mucho) y amigos de antaño. Con estos últimos siento que los lazos son cada vez más distantes pues la vida nos lleva por distintos caminos. Temo seguir así y como una estrella muerta a la deriva, perderme en la inmensidad del universo en
eterna soledad, por esa tonta ansiedad.
Mi mente es carcelero, mi corazón es la fuerza, mi habitación es prisión y la calle es la puerta.
¿Alguien siente lo mismo?