Pues qué curioso... Supongo que, además, las hembras perderán todo carácter selectivo una vez en trance, o no se explica el cuento.
Por otra parte, si eso le ocurriera de verdad a alguna infortunada especie de grillo, los ejemplares no cantores serían siempre un colectivo oportunista y heterónomo, porque no podrían reproducirse sin la presencia de un cantor que les haga el juego y que, sin embargo, no se quede sin descendencia a su vez, pues de lo contrario, se extinguiría toda la especie en la siguiente generación.
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