Envidiable. Eso es trabajar el problema.
Desgraciadamente, no tengo mucho que aportar en este asunto, ya este tipo de gente siempre me ha puesto demasiado nervioso para pensar con lógica y tranquilidad.
Hace ya muchos años que mandé a la m. a los pocos "amigos" que frecuentaba, precisamente por considerarlos demasiado "imbéciles" (criticones, burlones, chabacanos, zafios, irreflexivos) para mi gusto.
Ahí empezó mi soledad social, por lo que mi capacidad para bregar con ese tipo de actitudes no ha mejorado mucho; y es que evito* a esa gente como a la peste, quizá por la sensación de que no hay manera de ganarles ningún pulso. En plan "si discutes con un imbécil terminarás poniéndote a su altura, y después él te ganará por experiencia".
Testimonios como el tuyo son interesantes para contradecir ciertas ideas asentadas.
Quizá sea un buen consejo: "ponga un imbécil en su vida".
En serio, enhorabuena por tus avances.
Y gracias por compartir tus experiencias, que tienen un buen componente didáctico.
* palabra muy conocida para los afectados por el T.P.E.