Cita:
Iniciado por SideOfTheSystem
Mors venit ad quisque.
AD QUISQUE...QUISQUE...
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A todo
quisque, sí.
A. Einstein: "Sólo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera".
Y yo diría más, una tercera: el dolor.
Quien enarbole la bandera del sufrimiento, el que se abrigue con el manto de la tribulación, el que se cobije bajo la cruz del calvario, de ese es el reino de los cielos y también el mundo de los vivos puesto que está lleno de espinas.
Vivir es tratar de buscar la felicidad pero la certidumbre es que, suceda lo que suceda, siempre habrá tropiezos, suplicio y tormento para todos.
Yo creo que ese es uno de los principales mensajes del cristiano. Aceptar la cruz y sublimarla, transformando la crudeza de esos momentos horrendos en algo bonito, dulce y espiritual. No así lo que se acepta generalmente por "cristiano", que es buscar el dolor
per se. No nos preocupemos por hacer méritos con sacrificios artificiosos, pero tampoco neguemos la amenaza de un obstáculo, este siempre llegará. Seamos agua. "Me doblegaré como un junco al viento".
Bueno, ya es hora de dormir. Madre mía, ya me callo... ¡Ni sé de dónde me ha salido de pronto esta vena de predicador! Quien tuvo, retuvo... se dice. Me siento orgulloso de poder contar con esa sabiduría (tan milenaria como la oriental) del místico cristiano, el anciano que se sube a una columna a orar y ayunar una semana entera. Esa es la filosofía de vida que me interesa, la del sabio austero y solitario, a pie de calle, antes que la del sacerdote que pontifica con una mano y con otra sostiene un jugoso muslo de pollo. Los líderes de opinión de masas nunca me gustaron.