WakingLife, creo que ya te metiste en el adoctinamiento de tus propias creencias, y no en la búsqueda de la verdad.
A ver. El término de Fobia Social puede parecerte en principio lo que yo llamé "antisocial"... pero es el término que se tiene establecido, es una convención, vamos. A mi me gustaría que los perros se llamaran
wuauwuaus, pero a ver quién me iba a entender si le dijera que me viene correteando un wuauwuau. Es simplemente que así se ha convenido llamarle y punto... creo que ya lo que dices cae en tu muy personal disgusto por el término en sí. Me parece que lo expliqué claramente: la confusión de términos científicos con su interpretación coloquial literal es bastante común. Si te gusta o no, bueno, es entendible, pero así se llama. Tal vez, tienes razón, debiera haber sido mejor un término más poderoso y docto, como
Trastorno de ansiedad por evitación de situaciones sociales causado por causas internas, pero imagínate!!! En vez de decir que soy un
FS sería una persona con
TAESSCCI (que viéndolo bien, no suena ni se lee tan mal el apodito).
Como dice weirdman, otra característica importante que tiene la Fobia Social (al menos en mi caso y en el de otros más graves aún) es que
uno no la controla: cuando te da el
telele, pues te da... y la sensación es la de ir manejando tu coche y que de repente se te rompa la dirección y los frenos: das volantazos, pisas el pedal, pero el coche no responde. se lo he tratado de hacer entender mil y una veces a mi siquiatra pero tendría que vivirlo para saberlo... por eso me extraña tu posición.
Y la sensación física que da en esos momentos es terrible... de hecho, yo creo que (desde mi propia experiencia, claro)
no se le teme a la situación social en sí, sino a la sensación física tan desagradable que te da en un ataque de ansiedad, y ya posteriormente a la vergüenza que te hace pasar un espectáculo de es tipo. Y pues cuando llegas a asociar esa sensación con la situación: bienvenido a la fobia social.
Tal vez tu caso no sea tan intenso como el de otros, y todavía tienes algún control sobre él (de hecho, al principio de la FS yo podía controlar un poco mi reacción física, pero poco a poco, y contradictoriamente entre más me esforzaba por hacerlo, fui perdiendo la capacidad... aunque la angustia nunca la he podido desaparecer).
Ahora, lo del efecto placebo es cierto. Yo te digo más: hay quien incluso se llegó a curar de cáncer (muchos de los que van a Fátima o a Lourdes deben ser de estos casos) y de una enfermedad genética de la piel (vía hipnosis). No es de extrañarse: si el crebro es el que controla todas las funciones del organismo: ¿por qué no habría de aumentar los glóbulos blancos, o producir más de alguna encima, etc.? La mala noticia es que, si dicho efecto estuviera completamente desarrolado por la evolución en todos los humanos, pues sería cosa común asistir al cumpleaños 250 de tu papá, o al 520 de casados de tus abuelitos; o bien, nos crecerían los miembros perdidos como a las lagartijas con la pura voluntad. No obstante, se está investigando fuertemente al respecto, no para obtener una cura a todo mal, sino más bien para acelerar la recuperación después de las operaciones o aumentar el efecto de los fármacos.
Además, tu posturo creo que ya está más bien en la cuestión filosófica de la dualidad cerebro/mente. Sin meternos en filosofías, la cruda realidad es que los humanos somos máquinas bioquímicas, ni más ni menos: algún proceso físico-químico (aún desconocido) hay que nos permite tener conciencia. La cuestión sicológica de temas como el inconciente, el conciente, el efecto de los estímulos ambientales en la conducta, puede en principio explicarse como un estado determinado de la red neuronal y su (auto) programación (las redes neuronales son sistemas complejos capaces de autoorganización).
Así pues, tus comentarios acerca del efecto placebo son consistentes con una imagen bioquímica de la autoayuda. Y la baja autoestima también: ¿o acaso no podría asociarse la baja estima con un cierto estado cerebral o con la disminución de un cierto químico en el organismo? ¿no lo crees? Pues si un día tienes un shock metabólico, seguramente perderás la conciencia, y en tu recuperación estarás con una sensación de desgano y abatimeinto muy similar a la que dicen sentir quienes padecen depresión, y quienes padecen Fobia Social (o como quieras llamarle, vamos, que el nombre es lo de menos). Eso es más fácil ver también con los niños: juguetones siempre, pero si se deshidratan, mira cómo les cambia el caracter y se retraen y desganan y apenas y lloran.
La fobia social, junto con varias enfermedades de ansiedad, deben ser pues una mezcla de predisposición genética, mala programación neuronal debida a los factores externos (la familia, los amigos, la misma sociedad, etc.), y una retroalimentación de este mal funcionamiento en el
software y hardware cerebral, que hacen que nuestra conducta esté estancada en esta lindura de pesadilla.
No creo pues que esta enfermedad sea un mero capricho o mecanismo de defensa (al menos, no completamente) ante el ambiente externo. Si bien en algunos casos el autocontrol y el ejercicio de elevar la propia estima puedan ser (debido al efecto placebo bioquímico o a la autoprogramación neuronal) suficientes para poner en orden ese
status off-line de la propia cabeza... pero en muchos otros no, aunque por supuesto por lo ya comentado siempre será de gran ayuda el tratar por medios propios de elevar la autoestima.
Finalmente: creo que todos nosotros somos quienes a fin de cuentas
sabemos si tenemos la fobia social (o el
TAESSCCI si te gusta más
) o no, den el diagnóstico que den los médicos. Tal vez la necesidad de ir a buscar un diagnóstico, aparte de buscar ayuda, es en realidad la necesidad de darle un nombre al enemigo, de ponerle rostro... porque no negarás que uno sabe perfectamente que tiene un problema mental con el cuál hay que luchar, pero es mejor luchar contra algo más concreto y no contra un fantasma sin nombre ni cuerpo.
Sale pues... hasta aquí lo dejo, porque ya estoy pasando mi etapa de insomnio de hoy.
Hasta pronto.