Muchos veces reflexiono acerca del suicidio, pienso que la moral que lo rodea aún sigue fuertemente influenciada por la religión y esa es la razón para que me cueste pensar que sea algo malo... o probablemente sea porque tengo tendencias suicidas.
Desde hace un tiempo la idea del suicidio me viene rondando mucho, no encuentro ningún motivo por el que vivir y tengo la manera perfecta de hacerlo limpio, seguro y sin dolor, realmente deseo hacerlo pero, ¿por qué no lo hago? ¿Es simplemente por miedo? ¿Porque aunque mi día a día sea un caos los pequeños buenos momentos que suceden muy raras veces merecen la pena? Y de ser así, ¿por qué no me esfuerzo un poco más? Por qué no me acabo de decidir por ninguno de los dos? ¿El dolor o la paz eterna? Podría dejarme llevar hasta el día que no pueda más pero esa idea me repugna, quiero decidirme y llevar esa decisión hasta las últimas consecuencias. De primeras lo que más quiero es seguir intentándolo pero, ¿y si estoy haciendo solo el imbécil? Al fin y al cabo y por ironías de la vida, yo debería estar muerto. Recuerdo desear y pedir por una muerte, un accidente o incluso una enfermedad. Y dios o el destino, que le gusta jugar con nosotros, me dio una enfermedad incurable, crónica, letal sin tratamiento pero que no conlleva ninguna minusvalía, genética pero sin ningún antecedente familiar.
Si la vida (o mi vida) es una gran ironía, ¿por qué habría de tomármela en serio? En fin.
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