Me estoy convirtiendo en un "cabrón involuntario". O mejor dicho, mi subconsciente es el cabrón y mi parte consciente es la comedida, la que trata de mantenerlo a raya y la que lo pasa mal en determinadas situaciones, como si fuese una señora muy educada que se presenta a cenar en casa de sus consuegros con su marido borracho. Sí, ya sé que no se ha entendido nada, es que últimamente andamos algo espesitos
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Todo esto viene a colación de que hoy pasé algunos apuros por una situación bastante absurda. El asunto es que entré en mi estanco habitual (lo cual no quiere decir que el estanco sea mío, aunque con la pasta que me dejo allí, al menos una parte ya debería pertenecerme) y había una chica de esas que promociona una determinada marca y que además, estaba bastante buena, siendo este último dato totalmente irrelevante pero me apetecía escribirlo.
Pues fíjate tú que me empieza a contar su rollo ("muchacho, cómprate de éste y no del otro, que éste es mucho más bueno y te regalamos un magnífico mechero con el gas ya recargado y bla, bla, bla..") y me percato de que, a pesar de mi ya flagrante pérdida de olfato tan propia del fumador, un hedor pestilente (válgame el epíteto) mana de las fauces de la joven y castiga asimismo mi pituitaria. En esas andábamos cuando mi subconsciente, que es como un Pepito grillo con tridente y cornamenta, me empezó a susurrar al oído cosas como "Pufff...joder tío, yo es que no sé qué es lo que desayunan algunas, ¿y una tipa a la que le canta así el buzón quiere vender tabaco? Pues menos mal que no tiene que vender pasta de dientes".
Total, para resumir porque la cosa no da para tanto rollo, que me entraron unas ganas brutales de descojonarme y las tuve que reprimir como pude llegándome a poner tan nervioso que se me empezaron a disparar síntomas fóbicos por doquier, el más llamativo, un bastante patente temblor de piernas (claqué style), que hacía siglo que no me pasaba. Si cuando yo te digo que cada vez voy a peor..