Yo
Sobre todo de niño. Fantaseaba mucho con ser un caballero romano, que luchaba contra seres imaginarios y contra otros guerreros... Lo peor es que mi vieja pensaba que tenía "delirios" o alucinaciones, pero tá, nada que ver, siempre fui consciente de qué es real y que no.
De grande ya no fantaseo tanto, suele ser cuando estoy desocupado y más bien con cosas "realistas" (tener un perro, una novia adolescente, tener casa propia, doctorarme...), o sino me pongo a pensar en las cosas que tengo que hacer.
También me cuesta mucho prestar atención, por ejemplo en una clase, entonces me pierdo y me pongo a pensar en cualquier otra cosa... De hecho nunca pude seguir bien una clase.