Por una pedagogía del deseo
"Hay dos catástrofes en la vida: la primera sucede cuando nuestros deseos no se satisfacen; la segunda cuando se satisfacen." Georges Bernard Shaw
Los hechos confirman la importancia de trabajar en una pedagogía del deseo, dado que si no lo educamos estamos condenados al fracaso. No todo lo que deseamos es necesario y no todo lo que es necesario lo necesitamos. Aprender a diferenciar entre lo necesario y lo superfluo y entre lo que nos conviene, o no, es un acto de responsabilidad y de libertad.
Por ejemplo, una cosa es desear dar lo mejor de uno mismo, y esto recibe el nombre de superación personal, y otra muy distinta es desear ser siempre el mejor en todo, y eso sería una meta imposible, un deseo patológico y un obstáculo para nuestra maduración, que sólo nos conducirá a un estado de constante frustración y descontento.
Competir con uno mismo es superación, competir constantemente con los demás puede ser un camino de autodestrucción. Y no podemos permitirnos este lujo.
(La ecología emocional, Jaume Soler)