para quien lo quiera leer ......
EL CORAJE DE ESTAR SOLO
P : ¿Puedo pedirte algo?
U.G. : Sí, por favor.
P : Este constante cambio que deseamos se dé en nuestro ser interior, sin que necesariamente se tenga que cambiar al mundo, sino más bien el descubrir nuestro ser interior haciendo meditación o yoga o lo que sea,... ¿por qué anhelamos ese cambio?
U.G. : ¿Por qué haces estas cosas?
P : Bien, pues las pruebo, las hago y observo.
U.G. : ¿Para qué? ¿Deseas cambiar algo?
P : Esa es la clave, sí. ¿Por qué deseamos cambiar? ¿Qué hay en nosotros que anhele ese incesante cambio?¿Por qué no podemos sentirnos satisfechos?
U.G. : En primer lugar, estás insatisfecho contigo mismo. ¿Sí?
P : No conscientemente ... es algo gracioso. Me siento muy bien, tengo pocas cosas de las que quejarme y aun así....
U.G. : Y aun así lo haces. ¿Ves la paradoja? No estás tan satisfecho, no estás tan conforme como dices que estás.
P : Cierto.
U.G. : Hay algo allí que determina que no todo está bien. Por eso quieres introducir un cambio. ¿Y quién es el respon-sable de esta exigencia de cambiar? Esto es lo que estoy preguntando. La cultura, la sociedad ha colocado esta exigencia ante ti. O sea, que deberías ser así, que deberías ser asá. ¿Comprendes? De modo que la has de aceptar como modelo para ti mismo.
P : Pero no siento que posea una imagen de una persona o de una cosa hacia la cual tenga que orientarme. Lo que estoy tratando de descubrir es, ¿hay algo más adentro?
U.G. : No, la exigencia de más ...
P : Lo interior...
U.G. : No hay ni interior ni exterior. Lo que estoy tratando de decir es que existe un sentimiento, una demanda de que hay algo más interesante que puedes hacer contigo mismo, algo con un mayor significado, con un mayor propósito que tu existencia actual. Esa es la exigencia. Debido a esto existe esta intranquilidad. Te inquietas debido a esta tendencia que hay en ti, que ha sido puesta por la sociedad o por la cultura y que te hace sentir que hay algo más interesante, con más significado, con un propósito mejor que el que posee tu vida en la actualidad.
P : Y ese estado más natural de tu yo que tratas de encontrar, ¿no existe?
U.G. : No.
P : Son sencillamente palabras que la sociedad ha puesto allí.
U.G. : Exactamente. Tu naturalidad es destruida por esa exigencia que ha sido puesta ahí por la cultura. De modo que, entonces, tu vida aparece como carente de sentido para ti, si esto es todo lo que eres capaz de hacer. Has tratado de llenar de todas las maneras posibles ese aburrimiento. Empleas todos esos truquillos : yoga, meditación y toda la psicología
P : El leer libros.
U.G. : El leer libros, libros religiosos, es algo nuevo que se añade a (la lista) existente de cosas que ya hay, pero no has conseguido liberarte del aburrimiento. Eso es lo que exiges. Te aburres con tu vida, con tu existencia, porque es muy repetitiva. En primer lugar, tus necesidades físicas son ampliamente cubiertas, al menos en esta parte del mundo, ¿ves? Por eso no hay necesidad de que gastes más energía para sobrevivir. Esa parte está cubierta.
Cuando eso está cubierto la pregunta natural que surge es una pregunta muy simple: ¿Es eso todo? El ir a la oficina cada mañana o ser un ama de casa cumpliendo con los deberes caseros, o durmiendo, haciendo sexo, cualquier cosa,¿ves? ¿Es eso todo? Es esa exigencia tuya la que está siendo explotada por todos esos hombres santos. ¿Es eso todo? De modo que esos son algunos de los trucos con los que estás tratando de rellenar el aburrimiento.
(Pero) eso es una taza vacía, sin fondo. No es ni siquiera una taza vacía, es un pozo sin fondo. Puedes estar llenándolo a cada instante con todo lo que puedas imaginar o que los otros te puedan decir, pero aun así el aburrimiento es una realidad, es un hecho. Seguro. Sino, no harías nada. Estás simplemente aburrido. Sencillamente aburrido de hacer las mismas cosas una y otra vez. Y no le ves significado a esto
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P : No eres realmente consciente de ese aburrimiento...
U.G. : No eres realmente consciente de ese aburrimiento porque estás buscando algo que te libere de algo que no existe. Eso es todo lo que he estado recalcando todo el tiempo. El problema no es el aburrimiento en sí. No eres consciente de la existencia del aburrimiento ni en el nivel consciente de tu pensar ni en el nivel consciente de tu existencia.
La atracción de esas cosas (que empleas) para liberarte del aburrimiento que no existe es lo que ha creado realmente al aburrimiento. Y esas cosas no pueden llenar verdaderamente ese aburrimiento (creado por eso). Y así sigue y sigue y sigue; nuevos y más nuevos aún métodos y técnicas. Cada año tenemos a un nuevo gurú viniendo de la India con un nuevo truco, con una nueva técnica o terapia. Lo que sea, ¿sabes?
P : Cuando hablamos de consciencia....
U.G. : Sí, sí, lo sé. Parece que sabes algo sobre la consciencia. ¿Podrías decirme por favor qué es lo que quieres decir exactamente con consciencia?
P : No lo sé. Yo te planteo esa pregunta.
U.G. : ¿Por qué me planteas esa pregunta sobre la consciencia? No te estoy planteando una contra-pregunta. Tú recoges esa palabra, «consciencia», de alguna parte. La tomaste de algún lado y por eso ellos siguen hablando de expandir la consciencia.
P : ... de modo que uno pueda conocerse mejor, tratando de descubrir aquello que es natural.
U.G. : Tu estado natural es algo sobre lo que no tienes nada que saber. Solamente has de dejar que funcione en su modo propio. Tu exigencia de saber es lo que pide un cómo, el cual deseas obtener de alguien. El funcionamiento del corazón es algo natural, el funcionamiento de todos los órganos de tu cuerpo es muy natural. No se plantean ni por un instante la pregunta de «¿Cómo es que funciono?» El organismo vivo al completo posee esta fabulosa inteligencia que hace que funcione en un modo totalmente natural. Habéis separado aquello a lo que llamáis vida de (eso). Lo que llamáis vida es el vivir, el cual no está en relación alguna con el funcionamiento de este organismo vivo.
Por eso naturalmente te planteas la pregunta «¿Cómo hay que vivir?» ¿Ves?, es este «¿Cómo hay que vivir?» el que ha destruido el modo natural en que discurren todas las cosas. Ahí es dónde la cultura interviene y te dice «Esta es la forma en que deberías vivir y actuar. Esto es lo único que es bueno para ti y bueno para la sociedad». ¿Ves?, tú quieres cambiar eso (ese estado de cosas). ¿Qué es eso que quieres cambiar? Eso es todo lo que pregunto.
P : Me gustaría saberlo.
U.G. : Nunca lo sabrás. Así que, ¿qué es eso que tratas de saber? ¿No ves el absurdo de lo que estás haciendo? Toda esa búsqueda es como tratar de dar alcance a algo que no existe.
Siempre empleo mi ejemplo favorito. Damos por sentado que existe un horizonte. Por eso si lo observas y dices que existe un horizonte, suena muy sencillo. Pero te olvidas de la limitación física, la limitación de que son tus ojos físicos los que determinan ese punto al que llamas horizonte. Si te acercas al horizonte, cuanto más rápido te acercas, incluso en un avión supersónico, más te alejas. Aquello con lo que te das de bruces es tu limitación.
También empleo siempre el ejemplo del tratar de alcanzar a tu sombra. Cuando éramos niños empleábamos este juego de querer atrapar nuestras sombras, con todos los niños corriendo tratando de dar alcance a nuestras sombras. Nunca se nos ocurrió que era este cuerpo el que quería atrapar a su sombra, y que el querer atrapar a tu sombra es un juego absurdo. Puedes correr kilómetros y kilómetros.
Conoces el cuento de Alicia en el País de las Maravillas. La Reina Roja ha de seguir corriendo más y más aprisa para poder seguir manteniéndose donde está. ¿Ves? Eso es exactamente lo que estás haciendo. Corriendo más y más deprisa, pero no vais a ninguna parte.
Todo lo que hacéis para descubrir dónde estáis, no es hacer nada. Eso te da el sentimiento de que estás haciendo algo, de que haces algo para alcanzar tu meta, sin saber que eso que estás haciendo no guarda relación alguna con el funcionamiento natural de este cuerpo. No actúas de un modo natural porque el ideal que ha sido colocado delante de ti por la cultura ha falsificado el actuar de forma natural. Temes actuar de un modo natural porque se te ha dicho el modo en que deberías actuar.
La perfección física es otro de los medios. No estoy diciendo nada en contra del yoga. Por favor, no me malentendáis. No estoy diciendo nada en contra de la meditación. Medita, practica el yoga. Son amortiguadores . Si deseas mantener tu cuerpo flexible, practícalo ( el yoga). Un cuerpo flexible es mejor que un cuerpo rígido. Si, en lugar de estar creando tensiones en todo momento, la meditación alivia a tus tensiones, practícala. Pero estoy sugiriendo que es la meditación la que está creando todas las tensiones. Primero creas el problema y luego tratas de resolver el problema. Eso está bien, pero a Dios gracias no te lo tomas totalmente en serio.
Esa es la única esperanza que te queda. Si meditas seriamente, te meterás en problemas. Te volverás loco. O si tratas de mantener este estado de alerta en todo momento, tanto a nivel consciente como a nivel inconsciente, te meterás realmente en problemas. Acabarás en el manicomio cantando tonterías y canciones. Puedes aprender las nuevas canciones de la India, las canciones de los Hare Krishna, y cantarlas y disfrutar. Eso está bien, pero no lo hagas (practicar el mantenerte consciente) porque es algo así como tratar de caminar y observar cada paso que das. Te meterás en problemas y no serás capaz de dar un paso. No lo hagas pues. Es algo mecánico. Lo que existe funciona de un modo suave y mecánico. No tienes que hacer nada con ello. Cuanto más trates de practicarlo (el mantenerte consciente), más resistencia crearás.
El aburrimiento es tu verdadero problema. El aburrimiento que no existe ha sido creado por la exigencia de liberarte a ti mismo del aburrimiento. Eso (esa exigencia) no te va a ayudar de ningún modo a librarte de tu aburrimiento, sino que te va a hacer más y más difícil librarte de ello, y por eso te has de ir a dar vueltas, de compras. Has de buscar todos y cada uno de los trucos que puedas para librarte de ese aburrimiento que no existe. Es eso mismo lo que está haciendo que esta situación se siga manteniendo.
No te voy a dar otro truco o a sugerirte algo . Sólo quiero que eches una ojeada a esto, a lo que te estás haciendo a ti mismo. (Yo no estoy tratando de) librarte de algo y alejarte de ello porque tenga un nuevo producto que venderte. Para nada. No tengo nada nuevo para vender ni estoy interesado en vender nada. Solamente ocurre que estamos aquí, todos nosotros, por una razón u otra. No sé porqué estamos aquí; podríamos estar incluso sin intercambiar ideas . Eso no tiene importancia. No hay aquí nada sobre lo que discutir.
Discutir carece de sentido porque el objeto o el propósito de una discusión o de una conversación es entender algo. Por tanto, eso (el discutir) no es el medio de entender nada. En resumen, todo lo que estoy tratando de recalcar en todo momento es, «Mira, no hay nada que entender». Cuando se entiende eso, que no hay nada que entender, todas esas conversaciones pierden su sentido. Por eso te levantas y te vas de una vez por todas. Por eso te digo, «Encantando de haber estado contigo y adiós». Eso es todo lo que digo todo el tiempo, «Encantado de haber estado contigo y adiós».
P : No lo entendemos.
U.G. : No. Eso es exactamente lo que estoy diciendo siempre, «Encantado de haberte conocido y adiós. Que Dios te acompañe y queda con Dios». Eso es en español, «Queda con Dios». Con tu Dios, con tus gurús, quédate con ellos. No te incomodes a ti mismo innecesariamente. Vive en la esperanza y muere en la esperanza. Y espera nacer de nuevo, si es que aceptas la teoría de la reencarnación. El nacer una vez ya es suficiente maldición, ¿por qué deseamos nacer otra vez? Podríamos de una vez resolver todos los problemas ahora y empezar a vivir. ¡Qué poco nos queda! No te preocupes por el mundo y la paz mundial.
Si se abandona la pregunta del ser feliz, entonces empiezas a vivir, ¿ves?, sin preocuparte en absoluto de la felicidad. No existe. La felicidad no existe. Cuanto más la deseas, cuanto más la buscas, más infeliz permaneces. Van de la mano (la felicidad y la infelicidad).
P : ¿Crees que eso va en contra de todo en la religión, en la cultura y en la sociedad?
U.G. :.. la cultura, y todos los sistemas de pensamiento...
P : Estructuras, sistemas, todos los sistemas,...
U.G. : Todas las estructuras del pensar, las estructuras filosóficas, religiosas, materialistas ...
P : ¿Crees que todo eso es negativo? No simplemente porque yo crea que es negativo, sino que la gente dice...
U.G. : ¿Por qué dices que es negativo? Escucha ...
P : Porque la gente dice eso.
U.G. : La gente dice eso porque ésa es una salida fácil para ellos. Te olvidas de una cosa. Todos los enfoques positivistas que el hombre ha inventado y empleado durante siglos, no han resultado útiles para nada. No han producido los resultados que te habían prometido. Y aún así sigues y sigues, esperando que de algún modo, por algún milagro, serás capaz de alcanzar tus metas positivas o las metas que han sido colocadas ante nosotros a través de los enfoques positivos. Sigues con ellas únicamente porque tienes esperanza y es esta esperanza la que te mantiene.
No quedes atrapado en esa estructura de pensamiento que siempre te está sugiriendo lo positivo y lo negativo. Tus metas son siempre positivas. Puesto que tus metas no han resultado útiles para alcanzar tus anhelados resultados, has empezado a observar eso y a considerarlo desde un enfoque negativo. Los enfoques positivos y negativos funcionan solamente en el ámbito del pensar.
Lo que estoy sugiriendo es que tu enfoque positivo no te ha proporcionado hasta ahora los resultados apetecidos. Y te estoy indicando porqué no te ha dado los resultados deseados. Te estoy indicando porqué estás atrancado en donde estás, pero de inmediato tú le das la vuelta y dices, «Tu enfoque es negativo». No es en absoluto negativo. Te estoy presentando la otra cara de la moneda, o la otra cara del cuadro para neutralizar tu argumentación, no para triunfar con mi punto de vista o para resaltar el considerar los problemas de un modo negativo. Tu meta, al ser una meta positiva, no importa qué enfoque adoptes, supone un enfoque positivo. Puedes llamarlo enfoque negativo, pero aun así es un enfoque positivo.
Por esto has de estar muy, muy claro sobre la meta. Lo que te estoy tratando de hacer ver es que la meta ha de desaparecer.
P : ¿Abandonar la meta?
U.G. : Eso carece de sentido. La meta no tiene sentido. La meta que has puesto delante de ti no tiene sentido porque únicamente te ha proporcionado dolor, tristeza y sufrimiento.
Estás empleando la voluntad, como dije hace un rato, y la voluntad posee ciertas limitaciones. No puedes emplearla más allá de cierto límite. El empleo de tu voluntad y el empleo de tu esfuerzo te proporciona un tipo de energía adicional para tratar con y encarar esos problemas, pero, en realidad, está limitada en su actuación. La energía que se produce es tan sólo una energía fricativa . La voluntad crea fricción y esa fricción te da una clase de energía, pero esa energía no puede durar mucho y por eso retrocedes de nuevo al punto de partida
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P : Pienso que sabes que toda la civilización occidental, cristiana, se ha construido sobre esa meta.
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U.G. : ¿Por qué (solamente) la civilización occidental? Todas las culturas, todas las civilizaciones colocan delante de ti una meta, tanto si es una meta material como espiritual. Siempre existen métodos para alcanzar tus metas materiales, pero aun así se origina mucho dolor y mucho sufrimiento. Y tú has sobreimpuesto sobre eso, aquello que se denominan “metas espirituales”.
El cristianismo, por ejemplo, se basa en la creencia de que el sufrimiento es el método para llegar a tu meta. Solamente se te deja con el sufrimiento y tú lo conviertes en algo grande y aun así no te acercas a la meta, sea cual sea la naturaleza de tu meta.
En el mundo material, la meta es algo tangible. El instrumento con el que estás tratando de alcanzar tus metas materiales produce algunos resultados. Al emplearlo más y más puedes llegar a los resultados deseados, pero no hay una garantía. El instrumento que estás empleando está limitado en su acción. Es aplicable tan sólo en esta área material.
Así pues, el instrumento que empleas para tratar de alcanzar tus metas espirituales es el mismo instrumento. No te das cuenta de que todas las metas espirituales que se hallan sobreimpresionadas sobre tus metas materiales, nacen de tu fantasía porque has dividido la vida en material y espiritual. Esto no quiere decir que ,sea cual sea el instrumento que debas emplear para alcanzar tu meta, tanto si es material como espiritual, dé igual.
P : ¿Pero no es verdad que como seres humanos somos activos, que incluso las plantas son activas, seres vivos? No somos pasivos. Debemos de tener algún tipo de meta. ¿Estás diciendo que es malo que tengamos ...?
U.G. : Quiero que lo tengáis muy claro respecto a la meta. ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué es lo que quieres? No es el querer lo que está mal, sino que el único modo que tienes de alcanzar tus metas, sean espirituales o materiales, es mediante un instrumento. Lo que estoy sugiriendo es que el único instrumento que posees es el pensar.
Mira, quiero ser un millonario. Un millonario desea ser un bi-llonario y un bi-llonario desea ser un multimillonario. Esa es la meta. Un hombre feliz nunca deseará ser feliz. El quiere ser más y más feliz, o quiere ser permanentemente feliz. Seguro. Tú eres feliz unas veces e infeliz otras. Deseas placeres y quieres que esos placeres se conviertan en permanentes. Y al mismo tiempo sabes que esa mal llamada demanda de placeres, temporal o lo que sea, te provoca también dolor. La meta de toda persona en este mundo, tanto si es occidental como oriental o incluso en un país comunista, es exactamente la misma. Lo que desea es tener placer sin que exista dolor y ser feliz sin un solo momento de infelicidad. Lo que está tratando de alcanzar por todos los medios es esta meta imposible del tener lo uno (felicidad) sin lo otro (infelicidad).
P : Pero eso no es cierto para los más viejos.
U.G. : Lo es para todo el mundo.
P : Pero la gente mayor sabe que no hay placer sin dolor. No hay buena suerte sin que haya mala suerte porque no puedes hablar de buena suerte si no sabes qué es la mala suerte. Los mayores saben que todo el mundo tiene su porción de mala suerte y de sufrimiento. Y esa gente no piensa en obtener placer sin dolor. Saben que (a veces) obtienen dolor.
U.G. : ¿Ves?, y aún así quieren que sea posible permanecer sin dolor. Seguro. Eso es todo lo que estoy diciendo. Tanto si lo están haciendo conscientemente como si no, eso es lo que todos persiguen. Tú sabes qué es lo que te aportará felicidad.
P : El Paraíso.
U.G. : Si alcanzas todas las metas que has puesto ante ti : el éxito, el dinero, el nombre y la fama, la posición y el poder, eres feliz. En este proceso te empeñas a fondo. Le pones mucho esfuerzo y voluntad. Mientras tengas éxito no surgirán los problemas. (Pero) no puedes tener éxito siempre. Sabes eso.
Pero existe, en algún modo, la esperanza de que te será posible triunfar siempre. Te frustras porque descubres que no te es posible triunfar siempre. Aun ahí hay esperanza. Tanto en las metas materiales como en las espirituales existe la exigencia de triunfar en tus esfuerzos para lograr, para alcanzar o conseguir las metas que te has emplazado ante ti, sean las que sean.
Tenéis que ayudarme. No estoy aquí para daros una charla. Por eso pregunto a la gente repetidamente, cuando acuden a verme, que sean claros con respecto a lo que desean. «Quiero esto» o «No quiero esto». Así está bien. Cuando sabes exactamente qué es lo que deseas eres capaz de descubrir los medios y las maneras para colmar tus anhelos. Por desgracia la gente quiere demasiadas cosas al mismo tiempo.
Has de cristalizar todos tus deseos en un solo deseo fundamental porque todos tus otros deseos son solamente variaciones del mismo deseo. Rechazas mi sugerencia de que el hombre desea ser permanentemente feliz sin ni un solo instante de infelicidad o que desea placer sin dolor, lo cual, como ya dije, es una imposibilidad física.
El cuerpo no puede mantener una sensación, sea placentera o dolorosa, durante mucho tiempo. (Si lo hace) destruirá la sensibilidad de la percepción sensoria y la sensibilidad del sistema nervioso. En el instante en que reconoces una sensación como placentera surge una exigencia de hacer que esa sensación placentera se prolongue. De modo que, toda sensación, dependiendo de la intensidad de esa sensación, que es interferida por ti para hacerla más intensa o menos intensa (dependiendo de lo que estés persiguiendo), tiene una duración limitada que le es propia.
La exigencia surge únicamente cuando te separas de esa sensación de placer y empiezas a pensar en cómo extender los límites de la sensación placentera o de los momentos de felicidad. Tu pensar ha convertido en un problema esa sensación placentera al exigir que se prolongue más de lo que es su duración natural. Eso se ha convertido en un problema para el funcionamiento de este cuerpo, y al hacerlo así ha creado un problema neurológico. (El cuerpo) hace lo imposible por absorberlo mientras que tu pensar imposibilita el que tu cuerpo pueda manejarlo como él sabe por la sencilla razón de que estás tratando de resolver esos problemas dentro del campo de tus consideraciones religiosas o psicológicas.
En realidad, esos problemas son problemas neurológicos y si se le permite al cuerpo que los maneje a su manera, lo hará mejor que tú tratando de resolverlos en tus niveles religiosos o psicológicos. Todas las soluciones que se nos han ofrecido y todas las soluciones que se han ido adoptando durante siglos no han aportado nada bueno excepto el proporcionarnos un poco más de confort; un sedante para ayudarte a soportar el dolor. Y por eso aún no nos hemos liberado de ese dolor debido a la esperanza que tenemos de que el mismo instrumento que está convirtiendo todo eso en problemas sirva de algún modo como solución a través de sí mismo. Lo único que este mecanismo del pensar puede hacer es crear un problema, pero nunca, nunca puede resolver el problema.
Si el pensar no es el instrumento para resolver los problemas, ¿existe algún otro instrumento? Te digo que no. Solamente puede crear problemas. No puede solucionar los problemas. Cuando entiendes eso comprendes que esa energía que existe en el cuerpo, la cual es la manifestación o la expresión de la vida, lo maneja todo de un modo asombrosamente más sencillo que el pensamiento fricativo que generas con tus ideas sobre cómo manejar esos problemas.