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Antiguo 23-mar-2010  

Hola a todos…
Llevo leyéndonos un tiempo desde que me tropecé con el foro... ,y al fin me animé a presentarme y contar mi historia.
Mi razón de querer estar acá es que necesito y quiero estar bien; poder sobrellevar medianamente mi condición. Obviamente el 80% depende de mí, pero necesito del 20% para que mi voluntad no flaquee... y por eso sería genial encontrar acá un lugarcito donde relajarme y no tener que estar auto compadeciéndome cuando necesito que alguien que pueda ponerse en mi lugar me cachetee o me anime.

Bueno, acá voy... disculpen que va a ser largo...
Soy de una ciudad del interior de Córdoba (Argentina), y toda mi vida he vivido ahí.
Hubo un hecho fundamental en mi vida, el fallecimiento de mi nono, que desató varios de mis conflictos internos. Desde mis 12 años he acumulado una gran cantidad de diagnósticos, a mi pesar y el de mi familia, que pobres tampoco la pasaron nada bien.
Primero que nada, soy bipolar. Tengo mis etapas maníacas y mis etapas depresivas, con sus etapas medias que no son menos incómodas.
Desde que tengo uso de la razón, fui una nena con mucha imaginación y esas ganas de hacer mil y una cosas a la vez. Debo admitir, con vergüenza (mucha) que puedo ser muy manipuladora y caradura cuando me encuentro en mi etapa de manía, sólo por lograr lo que en ese momento se me antoja. Ese extremo de mi absurda personalidad me ha llevado a vivir cosas bastante alocadas, así como incómodas y de las cuales no me siento para nada orgullosa.
Pero a contraste de esa faceta de mi carácter, cuando me deprimo, puedo ser todo lo opuesto. Esto deja perplejo a más de uno, porque resulto muy difícil de entender. De niña no era un problema, porque era manejable, pero inevitablemente crecí, al igual que mi terquedad y mi delirante personalidad.

El hecho de que la muerte de mi nono me afectara tanto, se debió a que fueron mis nonos (abuelos maternos) los que me criaron de chiquita.
Las razones: que mis viejos laburaban 12 horas cada uno y ellos hacían de padres y que compartíamos la casa de mis nonos ya que mi mamá era hija única y ninguna de las partes querían separarse o alejarse demasiado.
Otro factor no menos importante, fue que era la primera y única nena de 4 hermanos. No puedo quejarme de mi infancia para nada, porque mi primera etapa de depresión bipolar la tuve cuando murió mi nono, y eso no pasó hasta mis 12 años. Hasta entonces yo era la princesita, bastante malcriada por cierto, pero feliz y mucho.

Tener familia en la capital y entre ellos mis padrinos, me dio la excusa desde muy chiquita de vacacionar solita con familiares que veía sólo para las fiestas.
Con 8 años apenas me hacía las dos horas a la capital sola en colectivo, y manejaba el dinero que me encargaba de ahorrar a cambio de tareas domésticas o tratos que hacía con mis papás. Siempre tenía planes y cosas por hacer, pero lo que más amaba y amo es viajar, mi búsqueda de la independencia tenía esa ambición.
Gracias a que insistí y mandé mil cupones al gremio de mi mamá, a los 10 años me gané el viaje a una colonia en Bs As (12hs de viaje) y que lo hice sola. Era el orgullo de la familia y en la que depositaban todas sus expectativas.

Dos años después, antes de que cumpliera los 12, terminé la primario con un promedio altísimo, siendo abanderada y me fui de viaje de estudios a Mendoza, (pasando como recorrido turístico por San Juan y San Luis) con el mejor grupo de compañeros que he tenido; tres cursos completos, un total de 100 chicos y chicas, y con los que me hablaba con todos. A esa edad había tenido mi primer novio y fue en el viaje que di mi primer beso. Conocí la nieve, fue lejos mi mejor recuerdo. No tenía idea lo que me esperaba cuando volviera, y estaba tan emocionada con el hecho de que estaba prácticamente tocando el cielo en ese momento, que nada me importaba.
Aunque muchos padres nos acompañaban en ese viaje, y mi vieja era de las que más ganas tenían de ir, para esa fecha estaba a punto de dar a luz a mi hermanito más pequeño y no pudo.

Volví del viaje para pasar la última semana de colegio vagueando y festejar con todo mi 12vo cumpleaños, como eran por lo general mis cumpleaños. No por ostentosos, todo lo contrario, eran bastantes relajados, pero entre mis compañeros de colegio, de barrio, primos, hermanos y amigos de la todas las actividades extracurriculares que me tenían que mandar hacer para que mis energías quedaran satisfechas, las fiestas resultaban muy divertidas debido a la variedad.
Y luego como cierre del año (sin contar las fiestas navideñas) mi fiesta de egresados. Estaba a punto de explotar de toda la alegría que tenía en ese momento. Pero llegué de mi estupendo viaje y me encontré con una situación que no estaba para nada en mis planes, y lo peor, nadie preveía.

Mi nono había caído enfermo y tuvieron que internarlo a causa de que había tenido una descompensación en el supermercado y se había partido la cabeza cuando estaba esperando en la cola para pagar en la caja.
No quería entenderlo. De repente me desorienté, porque yo era la princesita de mi nono y teníamos una relación muy especial. Teníamos códigos y secretos entre nosotros, perderlo no era una realidad era una ficción de terror para mí.
Quise verlo, me lavé la cara y practiqué mi mejor sonrisa frente al espejo para él, pero se me cayó al suelo cuando vi que (Dios, no puedo no llorar con sólo recordarlo) ….él no me reconocía. No sabía quién era, y.. yo me quería morir, no había pasado más de 10 días desde que me había ido y él había tenido una íntima conversación de mi vida y mis cosas y cuanto me amaba y yo lo había despedido con un gran abrazo y él me había correspondido y me había dicho que me iba a extrañar mucho. Esa fue la despedida acaso...?

A pesar de la situación me calmaron diciéndome que se iba a recuperar. Yo no era estúpida, pero en ese momento necesitaba creerlo.
Di cierre a la primaria, con pesar, pero pude disfrutarlo. Y a pesar de tener a mi nono internado, festejé mi cumple con todos mis amigos, ya que más tarde también me enteraría que iba a dar la despedida a varios amigos que se iban de la ciudad o se cambiaban de colegio. La fiesta de graduación no fue menos, la disfruté muchísimo.
Mi hermanito nació y nos dio a todos una alegría especial cuando estábamos abatidos por el estado de salud de mi nono.
Pero como era de inevitable, mi nono murió, y yo aún no se si tuve la suerte de ser la que estuvo a su lado los últimos momentos. Estaba hablándole y acomodándole el pelo mientras me miraba perdido y no decía nada. Empezó a respirar cada vez más lento, y por un momento sentí que me reconoció.
Me largué a llorar en silencio, las lágrimas eran pesadas y no paraban de salir. Pero no sabía que hacer, mi mamá era su única hija y mi nona... qué iba a decirle? Estuve paralizada un par de minutos, hasta que por fin reaccioné, me sequé los ojos y fui a decirle a mi papá, para que les dijera él.
Lo siguiente que escuché fue el grito desgarrador de mi nona, que desde entonces empezó a perderse y a no recordar quiénes éramos y con el tiempo olvidó que su marido había muerto.. lo esperaba. Y mi mamá lloró muchísimo y estuvo encerrada por semanas.
Fui difícil para todos, pero aún así mi mamá volvió a trabajar y a cuidar de mi hermanito y de nosotros. Cada uno siguió como pudo, pero yo, mi fortaleza que siempre sacaba a relucir, dónde estaba? Desde ese momento en vez de hacerme más fuerte cada día, me debilitaba.

Siempre teníamos vacaciones familiares de dos semanas a las sierras, a pesar de no tener mucho dinero, mis padres siempre se las arreglaron a través de los gremios para que conozcamos nuestro país en la medida de lo posible.
Pero ese verano no pudimos ni emocional ni económicamente, porque el nuevo miembro de la familia merecía cuidados especiales; al año siguiente tendría su primer viaje. Lo raro fue que yo, que era la primera en crear el ambiente para viajar, no tenía ninguna intención de hacerlo ahora. No estoy segura de si había empezado a cambiar mis intereses o los estaba perdiendo.

En las fiestas no quise ver a nadie, adelanté mi rebeldía adolescente un par de años y me escapé a un boliche donde unas amigas más grandes que yo me hicieron posible entrar.
El año nuevo que empezó me trajo toda una nueva vida y me volví una desconocida para mí misma. Entré al secundario delgadísima, por debajo de mi IMC mínimo, y por dentro estaba llena de tristeza, pero no siempre lo exponía así, el odio también resultó ser un medio.
Mi sonrisa ya no era pícara y alegre, ahora escondía secretos...dolorosos, que no estaba dispuesta a contar a nadie. Porque yo hasta entonces era una persona compasiva, pero no me gustaba la lástima que venía de los demás. Lo último que quería era dar pena, aunque terminé dándola de igual forma, estoy segura.

El hecho de que a los pocos compañeros que veníamos desde el jardín juntos nos separan en divisiones, para probar un nuevo método sociológico dentro del aula, dio pie a que terminara de matar a la que fui y empezara el largo proceso de la que soy ahora.
Abandoné de un día para el otro todas las actividades extracurriculares que hacía, empecé a dejar de estudiar, perdí mi título de abanderada, aunque mis notas seguían dentro de buen promedio.
Empecé a salir con chicos a los que les gustaba, y claro que también me gustaban, pero sin mucho más que eso, salidas de tarde, hobbies comunes, charlas convenientes y si, trances, pero nada más.

Mi bipolaridad empezaba ser cada vez más obvia. Antes la diferencia pasaba de la tímida dulzura a la desbordante felicidad. Ahora pasaba de la timidez consentida a la extroversión sin límites.
Salía con el grupo de amigas de barrio que eran mayores que yo, y las cuales se encargaron de deshacerse casi por completo de mi inocencia e ingenuidad.
No adolecía aún y ya me escapaba, salía, y por hacerme ver ruda, fumaba. No tomaba casi nada, porque simplemente no le encontraba el gusto al alcohol; además, para extrovertirme sólo necesitaba estar en el humor adecuado y en ese momento aún podía manipular mis estados de ánimo, o eso creía que hacía y bien.
Casi 3 años estuve así, jugando a llevarme el mundo por delante, a rebelarme contra nadie ni nada. Me olvidé de mis ahorros de la fiesta de 15 que tanto en un momento me había ilusionado. Porque? si la persona que quería que me viese transformada en pequeña mujer, no iba a estar presente; y eso de que me veía desde el cielo, sólo pretendía creérmelo en mis etapas depresivas, que aún eran posibles de sobrellevar.
Fue entonces que otra desgracia o el inicio de muchas otras ocurrió en mi vida, pero sé que esa vez me la busqué yo solita. Con mi estupidez de no importarme nada, algo que resultaba cool para muchos en esa edad, pero no era más que una persona patética, haciendo nada para que su vida deje de ir en picada.
Aún no cumplía los 15, cuando en Navidad toda la ciudad (que no es grande) y pueblos de alrededores, adolescentes y jóvenes adultos, se juntaron a festejar como cada año en un boliche especialmente abierto para la fecha. Bailé mucho y tomé como nunca, dejé que cualquier extraño me invitara con lo que tenía.
Mis amigas me llevaban entre 5 y 8 años, cada una tenía novio o pareja, las amistades de mi edad no tenían el permiso de salir esa noche. De hecho, yo tampoco, pero mi capacidad de mentir sumada a la confianza aún inquebrantable que me tenían mis viejos, me permitió estar esa noche ahí… Cuando un amigo de las parejas de mis amigas, que apenas conocí esa noche, me estimuló lo suficiente con alcohol como para llevarme hasta su casa, y ahí me violó. Esa fue mi primera vez.
Recuerdo que me dolía mucho la cabeza y apenas podía abrir los ojos, y que decía que no, que pare todo el tiempo, hasta que estuvo dentro mío y lo dejé, me callé, porque apenas podía controlar mi cuerpo, a pesar de que me dolía que me lo hiciera.
Cuando terminó, me quedé dormida un rato y al abrir los ojos corrí a buscar el baño porque creía que iba a vomitar, pero no fue así. Me trajo una taza de café al baño, y lo tomé estando toda desnuda.
Al terminarlo me sentí mucho mejor, me hablaba, pero yo no lo escuchaba, pensaba en lo que había pasado y no podía dejarlo así. Mi lado fuerte me reclamaba a través de mi orgullo que tomara el control de la situación. Esa era mi primera vez.
Dejé la taza a un lado y esta vez se lo hice yo a él. Apenas terminamos, me salí de encima y le pedí que llamara a un taxi y que me diera la plata para pagarlo, como mínimo.
El hdp era bastante caradura y fingió llamarlo, cuando el teléfono no tenía tono. Trató de que lo hiciéramos una vez más mientras el taxi venía, porque claro, no había llamado a nadie. Eso empezó a resultar una competencia por ver quién tomaba el control, hasta que llegué al teléfono y vi que no tenía tono. Me reí porque la situación me resultaba cómica, y en el fondo prefería eso a llorar, porque analizándolo fríamente, aún con mi intento de llevar el control, el había ganado desde un principio y seguramente la experiencia en otras guerras igualmente ganadas, dejaban al ridículo mi inexperiencia.
Me abrí camino a la puerta, que hasta ese momento no sabía donde quedaba, y traté de ubicarme. Me dí cuenta en seguida que estaba en la otra punta de la ciudad, pero aún así me eché a caminar. Por suerte, me paró y me ofreció llevarme, a lo que me negué e insistió en llamar a un taxi y pagarlo. Acepté y le exigí que esta vez lo llamara en serio, que ya me estaba cansando de ese juego.

Llegué a mi casa algo rara, pero extraordinariamente mi energía estaba transformada y mi alma con todos sus secretos se sentía más liviana.
Fui al baño y me di cuenta que estaba sangrando. El período hacía apenas una semana se me había ido, así que deduje que esa era la prueba física de que había perdido mi virginidad.
Nunca me hubiese imaginado que la perdería de aquella forma, pero así fue. En ese momento me imaginé y deseé que hubiese sido con el chico con el salía y jugábamos a gustarnos, pero terminé convenciéndome que lo que me pasó fue lo que en realidad me merecía; ya que los hechos no se pueden cambiar, y lo que pasó fue consecuencia.
De cualquier forma, ese hecho en particular, me adiestró en el ámbito del placer sexual, lo que fue una desgracia, por el rumbo que deliberadamente fue tomando y las compañías que terminé teniendo.
Esa madrugada (mediodía) pasé de largó, ya que tenemos la costumbre familiar de realizar un asado familiar de almuerzo con mis abuelos, tíos y primos paternos con los cuales habíamos brindado en la víspera de Noche Buena.
Apenas pude bañarme, y a pesar de jugar con mis primitos y primitas, resultaba estar cada vez más distante de mis familiares adultos. Había pasado de ser el gran orgullo en el que cada familiar depositaba variadas expectativas, a transformarme en la oveja negra de la familia, el ejemplo de lo que no se debe.
En situaciones de presión como aquellas tediosas reuniones, podían disparar en mí dos estados: el carácter desafiante de una rebelde llena de resentimientos o la timidez extrema llena de vergüenza que no me permitía mirarlos a los ojos y que me lastimaba por dentro cada cosa que percibían mis sentidos.
Y como era de esperarse de mí, no podía controlar o saber qué actitud en mi iba a dar reacción.
Ese nuevo año empezó frenético como si fuera una bomba a punto de explotar, y de hecho, lo hizo. Me abrí paso por todo camino que consideraba digno de explorar, hasta que todas esas emociones encausaron en una terrible depresión que me mantuvo encerrada por meses en mi habitación, quedándome así libre en la escuela.
Mis viejos se preocuparon demasiado y me llevaron a varios psicólogos, pero mi trato para con ellos era desde no querer verlos y esconderme a putearlos y faltarles totalmente el respeto.
No me internaron gracias a que a mis viejos aberraban la idea; pero pensándolo bien, tal vez debieron. No lo sé y me quedará la duda.
Para colmo de males, mi período respondía a mis ciclotimia extrema, suprimiéndose o intensificándose con un dolor insoportable.
Me replanteé muchas cosas durante esa etapa, y como era de esperarse, volví a resurgir en una completa etapa de manía.
Repetí el año que había abandonado en otro colegio, y cursé por completo el siguiente. Conocí nuevas personas, el campo, un novio y tuve una particular experiencia con una amiga. Mi rebeldía seguía manifestándose y los planteos que me había hecho se disolvieron.

Seguí así, sobreviví muchas situaciones que me fueron desgarrando el alma, alimentando miedos y paranoias que rozaban el absurdo.
Mi autoestima variaba y aún varía según mis estados, mis etapas, que con el tiempo se fueron volviendo cada vez más indomables e intensas.
Durante un tiempo las creía tan bajo control, y hasta sentía que estaba encauzándome y hasta volviendo a ser alguien digna de orgullo.
Luego de cursar un segundo año en el nuevo colegio, de la nada decidí volverme al antiguo colegio. Fue durante el verano intermedio, a mis 16, que conocí a un novio con el que iba a estar casi dos años en una relación formal y que era bastante mayor que yo, me llevaba 10 años.
Era cierto que la relación era lo suficientemente sólida como para contener mis emociones extremas. Pero no por eso, dejaban de estar dentro de mí. Fue el miedo a no aguantar sentirme reprimida, lo que terminó convenciéndome que lo mejor era explotar ahora y dejar que las cosas deshicieran para volver a hacer algo, en lo posible, de lo que quedara.
Lamentablemente me encargué de acabar con todo, y luego de un largo período maníaco en el que combiné colegio, trabajo semanal y de fin de semana de moza (nocturno) con salidas alocadas con amigas que estaban en la misma que yo; resultaron en que quedara libre otro año más, en el último de la secundaria.

Otra vez depresión y represión en mi cuarto. Ya no era no querer ver, no podía ver a nadie, mi período de depresión sobrepasaba lo absurdo; me diagnosticaron fobia social como consecuencia de mis etapas de depresión.
Volví a replantearme mi vida, pero todo me resultaba borroso e irreal. Perdí la noción de quien era hacía tanto tiempo, que plantearme a mi misma que era lo que quería resultaba una especie de burla personal.
Acepté la medicación, casi desesperadamente, en mis etapas de depresión; pero en cuanto empezaba la manía, abandonaba todo tratamiento.

Pasaron ya dos etapas de manías intercaladas con dos de depresión, un literal me levanto y me caigo y me levanto… y me caigo.
En las etapas de manía que me hacen extremadamente sociable, se puede presumir que me permite llevar una vida normal; pero muy lejos está de ser eso cierto. La intensidad con la que actualmente las vivo es bastante más potenciada que en un principio, al igual que las depresiones.
Empiezo a terminar mis estudios, viajo, establezco relaciones superficiales pero confiables que me satisfacen mientras las mantengo cerca y cuando decaigo las alejo, porque la fobia, el aislamiento, bueno, ustedes ya saben los porque…

Toda mi situación me asusta y mucho, porque hoy con 21 años, estoy queriendo volver a ser alguien digna. Como explicarlo… ser lo que soy en predominio, bajo mis condiciones enfermas, no me permiten sentirme humana. Sé que dentro de mí hay cordura, un equilibrio, pero dejar de perder el tiempo y concentrarme en resurgirla me está costando horrores, cuesta a todos lo sé.

Esta es mi historia, y la cuento como símbolo de lo que fui y no quiero ser más.
Ya hice lo primero, pedir ayuda a mi familia y juntos buscar ayuda profesional, hasta dar con alguien que realmente pueda hacerme avanzar. Estoy desesperada por llevar una vida sin extremos, pero tengo que tomármelo con calma, y evitar las emociones exageradas que me aterran a diario.

No me voy a dar por vencida, porque tengo padres que me aman y tres hermanos de los que estoy tan orgullosa. Me cuidan y me aman esté en la situación en la que esté. Por el lazo que tengo con ellos es que tengo que mejorar; ya no quiero quedarme atrás y deseo fuertemente compartirlo todo con ellos.

Al valiente que me haya leído, gracias; porque siempre que me descargo lo hago anónimamente.
Gracias por escuchar mis secretos de algunos momentos o sentimientos difíciles de compartir.
Espero entrar seguido al foro con el fin de hacernos bien y lograr ir superando lo que nos hace mal.

Un abrazo a todos, Cheza.
 
Antiguo 23-mar-2010  

Cita:
Iniciado por Cheza Ver Mensaje
Ya hice lo primero, pedir ayuda a mi familia y juntos buscar ayuda profesional, hasta dar con alguien que realmente pueda hacerme avanzar. Estoy desesperada por llevar una vida sin extremos, pero tengo que tomármelo con calma, y evitar las emociones exageradas que me aterran a diario.

No me voy a dar por vencida, porque tengo padres que me aman y tres hermanos de los que estoy tan orgullosa. Me cuidan y me aman esté en la situación en la que esté. Por el lazo que tengo con ellos es que tengo que mejorar; ya no quiero quedarme atrás y deseo fuertemente compartirlo todo con ellos.
Bienvenida Cheza, pienso que has dado un gran paso confiando en tu familia, quien por lo visto te puede dar un apoyo importante y por otro lado, es una sabia decisión solicitar ayuda profesional. Si te diagnostican bipolaridad eso se puede controlar muy bien con ciertos medicamentos, como por ejemplo el litio, que es un estabilizador del estado de ánimo y también mejorarás por el conocimiento que vayas adquiriendo de ti misma. Mucho éxito en tu búsqueda, estás dando los pasos correctos. Sobretodo tu deseo de mejorar, eso es lo más importante.
 
Antiguo 23-mar-2010  

Cita:
Iniciado por Xavier G Ver Mensaje
Bienvenida Cheza, pienso que has dado un gran paso confiando en tu familia, quien por lo visto te puede dar un apoyo importante y por otro lado, es una sabia decisión solicitar ayuda profesional. Si te diagnostican bipolaridad eso se puede controlar muy bien con ciertos medicamentos, como por ejemplo el litio, que es un estabilizador del estado de ánimo y también mejorarás por el conocimiento que vayas adquiriendo de ti misma. Mucho éxito en tu búsqueda, estás dando los pasos correctos. Sobretodo tu deseo de mejorar, eso es lo más importante.
Gracias Xavi por la bienvenida...
Conozco y tengo experiencia con el litio y varias otras drogas, pero el problema radica en que la ayuda farmacológica tiene que ir de la mano con un buen seguimiento profesional, y por el momento resulta que eso es lo que falla.
O soy un caso demasiado complicado prácticamente perdido o hay demasiada incompetencia detrás de un título... como que la mayoría de las veces me inclino por lo segundo... :P
Y aunque el factor económico no ayudo mucho tampoco, espero estar pronto dando noticias de que conseguí un buen profesional que me respalde, por lo menos hasta que desentorpezca mis capacidades de salir adelante.
Otra vez gracias, no conozco tu situación, pero también te deseo éxito.
 
Antiguo 23-mar-2010  

Hola Cheza!
Te comprendo muy bien y dejame decirte que me siento muy orgullosa de tí al ver que has sabido afrontar los problemas de la vida valientemnente, me siento orgullosa de tí, has aceptado tus errores y estás enfrentando la vida exelentemente, se que con esto de los cambios de humor es dificil porque pasas de sentirte fracasada a lo maximo pero estoy segura de que la fortaleza que tienes te ayudará a salir adelante, de verdad, ya quisiera yo la mitad de fuerza de la que tú tienes.
Tienes mi apoyo y mi cariño y bienvenida!
 
Antiguo 23-mar-2010  

Tienes una buena vida, aunque no lo creas es así. No eres el primer caso que conozco de violación a la hora de perder la virginidad y parece que has vivido suficientes experiencias como para sentirte realizada. Eso es importante porque quizás es lo que te permite empezar esta nueva etapa.

Creo que te pasa eso de dividir el mundo con bipolaridad, a parte de tu enfermedad, me refiero a verlo todo luminoso o a verlo todo oscuro. A mi me pasa algo parecido, la herramienta que uso es adoptar tres personalidades:

- La racional, luchadora, seria, modélica... (Azul)
- La equilibrada, medida, y diplomática... (marron)
- La emocional, rebelde, vengativa, desinhibida y viciosa... (roja)

En base a estas tres personalidades disfruto de las distintas cosas de la vida: sexo, estudios, etc.

Lo que pretendo decir es que yo de ti no trataría de ser quien no soy. No trataría de ser equilibrado, ni dejar de ser la oveja negra. Yo de ti, trataría de vivir el drama y la tragedia. Trataría de hacer de la bipolaridad un modo de vida. Le daría sentido a esa realidad psicológica que vives. Justificaría mis actos para así moldear mi personalidad. Y poco a poco conseguir que tu pasión y tu razón coincidan en el modo de ver la vida. Que seas capaz de conjuntar esa dualidad de tu vida en una especie de trinidad cristiana, abanderada por un dios único. O sea, algo parecido a lo que sería Abraxas, el dios del bien y el mal.

Por otro lado, si eres bipolar, me dedicaría vocacionalmente o como hobby al arte, porque es sabido que los bipolares son buenos artistas ya que así canalizan toda su emocionalidad. Miraría de mantenerme ocupado, para tener más etapas maníacas. Miraría de estar en sociedad sin involucrarme.

Y como bien dices, quizás solo tomaría medicación cuando estés en fase depresiva, pues dicen que las maníacas se disfrutan...

Un texto muy largo, sobretodo interesante lo del mono. Para mi los bipolares sois los más neuróticos de todos, así que es normal lo del mono. El texto me recuerda a la "lluvia de ideas".
Luego puedo ver, ya puestos a analizar, tintes historicistas o dialécticos en tu texto: "Yo era buena, me volví mala, y ahora seré buena". olvídate de eso- en mi opinión-. Porque todo acto historicista parte de una lucha, y en este caso estás luchando contigo misma. Yo digo, se tu misma, atrévete a ser la mala.

Bienvenida y perdona si molesta, se que no suelen gustar estos comentarios, la gente prefiere un golpe en el hombro. Y felicidades! Creo que eres muy madura.

Saludos.
 
Antiguo 23-mar-2010  

Cita:
Iniciado por belladona Ver Mensaje
Hola Cheza!
Te comprendo muy bien y dejame decirte que me siento muy orgullosa de tí al ver que has sabido afrontar los problemas de la vida valientemnente, me siento orgullosa de tí, has aceptado tus errores y estás enfrentando la vida exelentemente, se que con esto de los cambios de humor es dificil porque pasas de sentirte fracasada a lo maximo pero estoy segura de que la fortaleza que tienes te ayudará a salir adelante, de verdad, ya quisiera yo la mitad de fuerza de la que tú tienes.
Tienes mi apoyo y mi cariño y bienvenida!
Gracias Bella, espero seguir haciéndote sentir orgullosa

Cita:
Iniciado por starman Ver Mensaje
Tienes una buena vida, aunque no lo creas es así. No eres el primer caso que conozco de violación a la hora de perder la virginidad y parece que has vivido suficientes experiencias como para sentirte realizada. Eso es importante porque quizás es lo que te permite empezar esta nueva etapa.
Seguramente tenés razón y resulto algo caprichosa.

Cita:
Iniciado por starman Ver Mensaje
Creo que te pasa eso de dividir el mundo con bipolaridad, a parte de tu enfermedad, me refiero a verlo todo luminoso o a verlo todo oscuro. A mi me pasa algo parecido, la herramienta que uso es adoptar tres personalidades:

- La racional, luchadora, seria, modélica... (Azul)
- La equilibrada, medida, y diplomática... (marron)
- La emocional, rebelde, vengativa, desinhibida y viciosa... (roja)

En base a estas tres personalidades disfruto de las distintas cosas de la vida: sexo, estudios, etc.
Me gusta mucho lo de adoptar personalidades, creo que sin saberlo a mi manera lo hice, aunque últimamente no es algo que controle, por así decirlo.

Cita:
Iniciado por starman Ver Mensaje
Lo que pretendo decir es que yo de ti no trataría de ser quien no soy. No trataría de ser equilibrado, ni dejar de ser la oveja negra. Yo de ti, trataría de vivir el drama y la tragedia. Trataría de hacer de la bipolaridad un modo de vida. Le daría sentido a esa realidad psicológica que vives. Justificaría mis actos para así moldear mi personalidad. Y poco a poco conseguir que tu pasión y tu razón coincidan en el modo de ver la vida. Que seas capaz de conjuntar esa dualidad de tu vida en una especie de trinidad cristiana, abanderada por un dios único. O sea, algo parecido a lo que sería Abraxas, el dios del bien y el mal.
Darle sentido a mi realidad psicológica, eso es lo que persigo, sin duda.

Cita:
Iniciado por starman Ver Mensaje
Un texto muy largo, sobretodo interesante lo del mono. Para mi los bipolares sois los más neuróticos de todos, así que es normal lo del mono. El texto me recuerda a la "lluvia de ideas".
Luego puedo ver, ya puestos a analizar, tintes historicistas o dialécticos en tu texto: "Yo era buena, me volví mala, y ahora seré buena". olvídate de eso- en mi opinión-. Porque todo acto historicista parte de una lucha, y en este caso estás luchando contigo misma. Yo digo, se tu misma, atrévete a ser la mala.
Me atrevo a ser mala, y ese es el problema, que no me importa… hasta que desilusiono o lastimo en cierta medida a los que amo con locura. Mi familia es mi espejo a través del cual me juzgo; sólo que no siempre soy objetiva.
No pretendo perfección o nunca más salir lastimada, sólo un poco de paz interna para proyectar afuera…


Cita:
Iniciado por starman Ver Mensaje
Bienvenida y perdona si molesta, se que no suelen gustar estos comentarios, la gente prefiere un golpe en el hombro. Y felicidades! Creo que eres muy madura.

Saludos.
Descuidá, me gustan estos mensajes, porque son los que realmente me llegan. Gracias
 
Antiguo 04-abr-2010  

que postazo tan largo
 
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