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¡Hola a todos! ¿Cómo están? Soy Álvaro y les envío un afectuoso saludo desde Ciudad de México... Llevo ya varios meses leyendo sobre el temo y viendo todo este hilo, me resulta por demás interesante (y por qué no decirlo, esperanzador también) ya que, como muchos de los que han hecho sus comentarios a lo largo de toda esta conversación, muchos de nosotros hemos padecido o, estamos padeciendo, una crisis de ansiedad relacionada al TOC.
Quisiera compartirles (juro que brevemente) mi historia, ya que nunca lo he hecho y mucho menos en un foro abierto como este y creo que me vendrá muy bien hacerlo...
Soy un hombre que "en teoría" ha alcanzado todas sus mentas y que por ende, debería estar feliz... Cuento con un muy buen nivel académico y educativo, cuento con un muy buen trabajo, experiencia de vida en el extranjero y demás cosas que, según los cánones actuales de estilos de vida, indicarían yo cubriría con el perfil de un hombre feliz... Pero hay un aspecto que hasta hace poco decidí enfrentar y que durante casi 28 años tenía 100% oprimido y que durante toda mi vida he mantenido al margen; Ese aspecto es que soy un hombre gay. Tengo ahora 33 años y, aunque si tengo experiencia, ésta es muy poca y nunca he tenido una pareja o nunca he compartido mi espacio o mi vida con nadie más.
Durante toda mi vida he sido ansioso (lo tengo muy consciente que siempre lo he sido) pero el momento en que me sentí que me volvería loco y que prácticamente cambio mi vida, fue a los 26... Comenzaron los pensamientos intrusivos y mis miedos, junto con cargas máximas de ansiedad que se hicieron presente. Acudí a diversos profesionales en psicología y en psiquiatría sin que nadie, absolutamente nadie, lograra decirme qué tenía o que padecía y, mucho menos, lograr darme tranquilidad (que era lo que más deseaba en ese momento).
Fue hasta que, después de investigar, consultar, leer e indagar, descubrí que padecía (o padezco) el trastorno obsesivo pero sin compulsiones. Nunca opté, por muy ansioso o por muchos ataques de pánico o ansiedad que tuviera, por la alternativa de los ansiolíticos porque soy de los que creé en la fuerza con la que cada ser humano tenemos para controlar nuestras emociones aunque, por momentos, pedía a gritos algo que lograra calmarme.
De pronto un día, los miedos se fueron y mi vida tomó un giro “normal” y llegué a pensar ya todo está resuelto y había quedado en el pasado, pero en los últimos meses han sucedido nuevos episodios en donde ésta ansiedad vuelve (con mayor o menor intensidad) y de pronto se va... La “ventaja” con la que ahora cuento, es que tengo perfectamente bien identificado qué es lo que lo "reactiva" estos ataques de ansiedad y/o pánico y, como es de suponerse, está 100% relacionado al tema de mi orientación sexual.
En México (como en muchas partes del mundo, creo) el estereotipo y concepto del hombre gay tiene mucha carga negativa, mitos y tabúes de carácter religioso, social y de salud... Y yo al crecer en un contexto 100% religioso y tradicional absorbí toda esta serie de conceptos que ahora es lo que me ocasionan todos estos conflictos internos (o al menos yo a eso lo atribuyo). Para ser muy específico (Y es aquí de donde viene mi obsesión y es el “reactor” de mi ansiedad recargada) es de contraer VIH / SIDA (Esta es mi idea intrusiva)... Aun cuando yo nunca he tenido ninguna relación de alto riesgo... Siempre ha sido con uso de condón y siempre evitando por completo el contacto con algún fluido... Pero mi culpabilidad, mi ansiedad y mi nerviosismo extremo viene por el choque interno entre lo que es real y lo que es ficticio, entre lo que es posible y lo que no… He leído todo sobre enfermedades venéreas, he acudido a especialistas y toda la información con la que cuento me da la certeza de que he sido responsable, pero aun así las dudas vienen y siempre encuentro un recoveco que pueda dar cabida a más dudas y por lo tanto, a más ataques de ansiedad. En mis momentos de lucidez, se perfectamente que todo es irreal y que solo es producto de mi ansiedad, pero cuando el nerviosismo se presenta nuevamente, toman fuerza y credibilidad de nueva cuenta.
En fin, a lo que voy con todo esto, es que entiendo perfecto qué me sucede y entiendo perfectamente de donde viene todo mi problema relacionado con el TOC. Para mí, desde mi muy humilde punto de vista, todo esto tiene que ver 100% con tus miedos y con toda la información, conceptos, percepciones, ideas y paradigmas con los que en tu contexto social y familiar, en la infancia, hayas crecido con ellos. Es una hipótesis mía y creo no estoy tan equivocado.
Actualmente estoy en una crisis (no tan fuerte pero no deja de ser fea) de ansiedad precisamente por el mismo “disparador” que comenté párrafos arriba. Lo importante aquí es recordar que así como se presentan las crisis, también se van. Cuesta trabajo (lo digo yo, que ahora estoy en un episodio de gran ansiedad) seguir con tu vida y con tu día a día, pero el saber qué padecimiento es el que uno tiene, da muchas respuestas. Recordemos que la información es poder y, por lo tanto, se cuenta entonces con alternativas conscientes de solución a este padecimiento (como el que pepe2 y ciclista nos ha dado en este hilo) que, por lo que he leído, lo padecemos muchos en todo el mundo.
Como conclusión, sin antes dar las gracias a todos los que se tomen su tiempo para leer mi experiencia, quisiera preguntar algo… Cuando uno tiene claras las situaciones que generan o “disparan” nuestros episodios de ansiedad… ¿Qué es mejor hacer? ¿Simplemente evitarlas, huir de ellas y tratar lo más posible de no presentarse ante esto el resto de tu vida? O ¿Simplemente, seguir adelante e ir trabajando y enfrentando día a día esos miedos ya que pronto desaparecerán aunque el camino se presente difícil? ¿Realmente desaparecerán?
Un saludo a todos y gracias por esta gran herramienta que permite saber más de esto y que nos brinda gran tranquilidad a todos los que de una u otra forma padecemos de esto.
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