1. Reconoce tu miedo y acéptalo como algo propio y personal. No intentes sacarlo de ti. No lo conseguirás. Lo mejor es asimilar que te ocurre.
2. Habla sobre tu miedo y compártelo con los demás, es la forma de habituarte a que es una característica tuya y a tratarla con normalidad.
3. Descodifícalo y defínelo: ¿de qué sentimientos se compone ese miedo? Angustia, pena, decepción, culpa, indefensión. Identifica cada uno de los sentimientos y llega al fondo de la cuestión, tal vez descubras que el miedo es una coraza que oculta algo más profundo y a lo que tienes que dedicarle tiempo.