Normalmente, tanto mujeres como hombres pretenden encontrar a lo largo de su vida al hombre o mujer amado, esa persona que llega una sola vez en la vida, y con la que queremos pasar a su lado el resto de nuestros días. Así es el amor...
Para ello buscamos primeramente relaciones sexuales con otras personas, sobre todo con aquellas personas que encontramos físicamente atractivas. Por esta razón puede ser más difícil para una persona fea el encontrar esa pareja ideal. Pero no es así, la probabilidad juega a nuestro favor (a favor de los feos, me refiero, me incluyo entre ellos...).
Si admitimos las premisas anteriores, entonces, se puede esperar que una chica quiera encontrar al amor de su vida iniciando una relación con alguien que le resulte atractivo físicamente. Es verdad que el factor “físico” es muy importante a la hora de describir las características de esa persona ideal, por lo que es lógico pensar que esa persona haya que buscarla entre aquellas que nos gustan físicamente.
Pero también sabemos que eso no ocurre siempre, ojalá la primera persona que nos gustase físicamente acabase siendo nuestra pareja soñada. Supongamos que la probabilidad de que una persona que nos resulte atractiva acabe siendo nuestra pareja ideal sea de 1 de cada 3, es decir, el 33% más o menos (las cantidades las puede poner uno mismo, más o menos, 1 de cada 3 es una probabilidad más o menos realista que podemos asumir).
También es cierto, y sabemos que se han dado casos, en que se tienen relaciones con personas que no nos resultan de todo atractivas y que, sin embargo, por otros valores, pueden llegar a ser esas personas amadas. Como ya hemos dicho, este caso será mucho menos probable que en el que esa persona te guste, por lo que podemos asumir que el caso de que una persona que no te resulta atractiva (fea) acabe siendo el amor de tu vida puede ser 1 entre 20 más o menos, es decir, un 5% (lo mismo que antes, cada uno puede ajustar sus “datos estadísticos”).
Pero la vida es injusta, y además solemos ser exigentes con respecto a los demás, por lo que no nos gustan TODAS las personas a las que conocemos, al revés, suelen ser las menos. Supongamos que hay 1 de cada 10 personas del sexo opuesto (o del mismo) que nos resultan realmente atractivas (es una norma universal, hay más feos que guapos).
Así pues, llegamos al caso de esa chica que sale un sábado por la noche con la intención pasar un buen rato, y si surge, poder ligar por ver si encuentra ese hombre anhelado (o por otras razones que comentaré más adelante). Lo lógico, como se ha dicho antes, parece ser que haya que comenzar fijándose en aquellos chicos que le gustan, pero la verdad es que está equivocada, y es ahora cuando los feos podemos protestar diciendo que es mejor tener sexo con uno de nosotros que con esos “guapitos”. ¿Por qué?
¿Porqué?
ARGUMENTACIÓN:
Supongamos que en esa discoteca haya 100 hombres (disponibles, habría que añadir...) para esa chica, entre los que puede elegir con quién pasar la noche. Bien pensado, yo no entraría en ese “bosque de nabos” (¡madre mía! ¡cien tíos acechando!), pero es un supuesto, así que pensemos realmente que hay 100 tíos entre los que elegir. Así, de esos 100, y por lo que hemos dicho antes, habrá tan sólo 10 que le gusten y 90 que no.
Si decide liarse con uno de esos 10 chicos que le gustan, la probabilidad de que ese tío acabe siendo el hombre de su vida es, como hemos dicho, 10 x 0,33 = 3,3. Es decir, sólo más o menos 3 de esos 100 tíos puede acabar siendo el hombre de su vida (tiene el 3,3% de probabilidad).
Sin embargo, si decide darle alegría al cuerpo con un feo de los 90 que hay en la discoteca, tendrá una probabilidad de encontrar al hombre de su vida estimada en 90 x 0,05 = 4,5, es decir, 4 o 5 tíos (de los feos) pueden llegar a ser el tío perfecto (el 4,5% de probabilidad), ¡¡¡que es mayor que el 3% que tienen los guapos!!!
Así que, realmente sale mucho más “rentable” liarse con un feo que con un guapo. Además, este resultado no depende del número de tíos, si hubiese 10 en vez de 100, las probabilidades de éxito con un feo seguirían siendo del 4,5%, mayor que el 3,3% de los guapos, lo que pasa es que ahora no podemos hablar de 0,33 o de 0,45 tíos de esos 10, sino de probabilidad, resultaría un poco morboso decir que sólo un el 45% de un tío es el hombre (o medio hombre) ideal de alguien (¿sería la parte de arriba o la de abajo?...)
Y si llegamos al extremo (y esto es lo que verdaderamente podemos aprovechar los feos) en que una tía sólo puede elegir a uno tío feo y sólo a uno (supón que se ha quedado sola contigo), pues aún con todo le sale más rentable liarse contigo que dejarte pasar, ya que tendrá 1x 4,5%=4,5% de probabilidad, mientras que como no tiene delante a ninguno guapo, la probabilidad en esa situación es de 0x3,33% = 0,0%. Cero pa-ta-te-ro.
CONCLUSIÓN:
Así que, si eres feo, acorrala a cualquier chica y dile que no tiene más remedio que liarse contigo por la cuenta que le trae, la probabilidad está de nuestro lado.
Por otra parte, hay que ser realistas, no todas las relaciones sexuales se inician con el ánimo de llegar a conseguir al hombre o mujer amado, de hecho es mucho más común buscar sexo con el simple ánimo de “pasar un buen rato”, pero en este caso entonces no influye el que uno sea feo o guapo, así que las probabilidades de “pasar un buen rato” con un feo o con un guapo son 50%-50%, empate, sin importar el número que haya.
Así que se la llevará el que la tenga más larga...
Texto cortapegado de Esponjiforme.com