Lo que más lamento yo de este tipo particular de prejuicios arcaicos y estúpidos (como todo prejuicio), es la presión negativa que ejercen ante la sensibilidad y su expresión por parte de los hombres.
Yo la verdad no estoy muy al tanto de estos prejuicios, pero para mi sorpresa descubrí que el solo hecho de
sentir y
expresarlo activamente aún en un
contexto de intimidad, por algunas personas es visto como algo "afeminado". ¿Debo suponer entonces que para este tipo de gente, todo hombre poeta, actor, artista o cualquiera que posea la sensibilidad suficiente para emocionarse ya sea porque esté enamorado, porque se encuentre triste o conmovido por una pieza de música, película, etc., ya es "medio mujercita"?
Sinceramente me supera tal estupidez. Es sabido que la fortaleza es una gran virtud "masculina" (como si las mujeres fuertes fuesen necesariamente machonas), y que no condice estar mostrando vulnerabilidad ante la mínima dificultad. Está mal visto que un hombre llore o exprese públicamente su dolor emocional, eso lo comprendo y hasta lo consiento. Pero esto va más allá, hasta una especie de
prohibición de la sensibilidad masculina. Ya no es un simple "los hombres no lloran [publicamente]", sino más bien "los hombres no sienten". El hombre "macho" es aquel que no se inmuta ante nada, que no es capaz de enamorarse, ni de emocionarse, ni de conmoverse. Sí es (y mucho) capaz de odiar y enfurecerse; pero ah, es que esas son emociones "bien masculinas".
No creo que haga falta aclarar que esas ideas tan absurdas son por supuesto una gran mentira. Los hombres que parecen corresponder perfectamente a ese "ideal" de masculinidad sólo presentan una incapacidad para expresar emociones; posiblemente porque hayan sido dañados psicológicamente por sucesos traumáticos en su vida que les hagan reprimir su lado afectivo. Deben haber padres "muy machos" que ni siquiera abracen a sus hijos...
Cita:
Iniciado por javierb
Digo yo que hombre masculino es el que no tiene miedo a hacer cosas que pongan en duda su hombría ya que se siente seguro de sí mismo.
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Estar todo el tiempo pendiente de demostrar que se posee un atributo determinado, no es más que una evidencia de que se está inseguro de poseer ese atributo. Así pasa por ejemplo con alguien que se esfuerza por verse muy culto e ilustrado; en el fondo es claro que teme ser un ignorante.