Otra descripción de Cavendish:
Enrique Cavendish
(1731 - 1810)
Dentro de la categoría de los Científicos más Locos tenemos a Enrique Cavendish. La siguiente es una amena reseña tomada del libro de los "Cien Grandes Científicos", uno de los cuales es Cavendish:
La puerta posterior de la elegante mansión londinense se abrió lentamente. En el umbral asomóse una figura sombría, vestida con prendas pasadas de moda desde hacía ya veinte años. Furtivamente, el susodicho miró a uno y a otro lado de la calle, y una vez que se hubo cerciorado de la soledad en los alrededores, salió a la obscuridad de la noche. Repentinamente, dobló la esquina un carruaje tirado por caballos, y las dos damas que lo tripulaban, al descubrir a la lánguida figura, le saludaron: "Buenas noches, señor Cavendish".
El hombre, aterrado, levantó la cabeza por unos instantes. Después, ocultando el rostro en el gabán, desapareció presurosamente en la obscuridad, dejando a las damas, a la mortificación y a sus saludos en el aire.
¿Acaso se trataba de algún ladrón?, No!, ¿era ese, acaso un espía?, No!!!, ¿o un asesino?, !Por supuesto que no!; entonces, queda solamente una opción: ¿Era acaso un genio anormal que salía a dar un paseo en la soledad de la noche?, !Por supuesto que sí!, esta es la respuesta correcta.
Aquellos estudiosos del comportamiento anormal de las personas podrán pasar un buen rato estudiando a Enrique Cavendish, el cual fue ciertamente uno de los hombres más extraños que jamás hayan existido. Era el principal accionista del Banco de Inglaterra, sin embargo, vivía como con unas cuantas libras esterlinas a la semana, bastante frugalmente. Como se trataba de uno de los más notables científicos del mundo, eran muchos los que buscaban su compañía, pero su carácter sumamente temeroso de tratar con la gente lo manteía alejado del mundo. Su gran riqueza y su noble linaje hacían de él uno de los solterones más codiciados de Inglaterra, pero para Cavendish, el ver a una mujer, lo acobardaba a tal punto de sentirse físicamente enfermo...
Uno de los primeros biógrafos de Cavendish, sin compasión alguna señaló: "En todos los manicomios del mundo hay figuras como la de Enrique Cavendish". Sea cual fuere el nombre que se les ocurra a los psiquiatras darle a la patología de Cavendish, sin embargo, es necesario que reconozcamos que se trató de un químico genial con una muy aguda mente científica...
Su padre le llevó a edad temprana a presenciar los experimentos que se realizaban en la Real Sociedad de Londres... además, ordenó la construcción de un laboratorio privado en el hogar de la familia, en el que su hijo Enrique podría pasar todos sus momentos de vigilia leyendo y experimentando. Allí descubrió el joven la pureza de la ciencia, su gracia matemática y su armonía, su libertad de la hipocresía y la codicia, así como cierta compensación a la esterilidad de su existencia terrenal...
Cavendish descubrió primeramente el "aire inflamable" de llama azul, el cual creyó que era el elusivo "flogisto", tan de moda en su época (1766). Lo que en realidad descubrió fue el hidrógeno (bautizado así por Lavoisier, hidrógeno es: "engendrador de agua"), al vaciar ácidos (sulfúeico y clorhídrico sobre ciertos metales (estaño, zinc, hierro). De ellos se desprendía un gas idéntico que difería del aire porque era más ligero y ardía con esa clara llama azul cuando se le acercaba fuego. Irónicamente, este descubrimiento se aplicó primeramente en los juegos de salón. Una bolsa de papel llena de hidrógeno asombraba a los invitados porque ascendía en el espacio, al inhalar hidrógeno un cantante podía cantar notas una octava más alta de su voz normal, y si lo expulsaba con fuerza frente a una vela encendida, el hidrógeno se inflamaba y salían llamas amenazadoras de su boca...
Lo que luego impresionó a Cavendish era que quedaban gotas de agua en el suelo después de la ignición con fuego de este ligero gas, entonces mezcló este nuevo gas con el oxígeno dentro de un globo de cristal y entonces lo hizo estallar mediante una chispa eléctrica. Para su asombro, vió que las gotas de humedad cubrían la superficie interior del globo. Al hacer estallar más mezclas reunió unos diez centímetros de este líquido... al analizarlo cuidadosamente, observó que no tenía sabor, y que parecía tan puro como el agua, no dejaba sedimento y tenía el mismo peso que el agua...
Realizó Cavendish rigurosas pruebas... nunca aceptaba una conclusión hasta haberla probado unas cincuenta veces... descubrió que cuando se combinaban dos volúmenes de ese "flogisto" con aire "desflogustado" (es decir, oxígeno), lo que se producía era: agua!.
A menudo se dice que el hidrógeno es la base de todos los otros elementos y es el más sencillo de ellos, descubrirlo fue muy importante, y aún si Cavendish no hubiera hecho ninguna otra cosa, con esto, su fama habría quedado garantizada. Pero Cavendish realizó otras proezas, como el cálculo exacto de la densidad de la Tierra, el descubrimiento del ácido nítrico, comentarios muy agudos acerca del calor y de la electricidad...
Conforme crecía la fama de Cavendish, crecía también su deseo de apartarse del género humano. Un escritor intenta explicar esto de la siguiente manera: "...al apartarse de la sociedad... lo hacía cual si tuviera conciencia de su inferioridad, más no por jactarse de su excelencia".
Al morir el padre de Enrique, éste heredó una gran fortuna, pero no por eso alteró su modo de vida. Más tarde un tío le heredó más recursos, los cuales entregó a los banqueros para que se encargaran de ellos, ya que no tenía ningún interés en el dinero. Sus miles se convirtieron en millones y, a principios del Sigo XIX, probablemente Cavendish era el hombre más rico de toda Inglaterra, como dijera un inteligente biógrafo: "Cavendish era el más rico de todos los sabios y el más sabio de todos los ricos"...
Cada vez se le veía menos al tímido científico. Mandó construir una escalera en la parte posterior de su casa a fin de entrar y salir sin ser visto por las doncellas de su servidumbre. Cada mañana, los criados encontraban una tira de papel en la que pedía ciertos platillos para el día. Una vez que preparaban su comida, entonces deberían de llevarla al comedor, dejarla y retirarse antes de que el tímido sabio entrara sigilosamente en la habitación.
Apartado del mundo, de tal manera, murió en 1810 a la edad de 79 años. Una parte de su enorme fortuna se usó para fundar los actualmente famosos laboratorios Cavendish (
http://www.phy.cam.ac.uk/,
http://www.wmin.ac.uk/cavendish/labs.htm) de la Gran Bretaña, a los que acuden científicos jóvenes de talento para trabajar con el equipo más moderno posible e intercambiar ideas.
Los millones que Cavendish no tocó durante toda su vida, se invierten hoy en el incremento de los conocimientos de lo desconocido, indudablemente que Enrique Cavendish, tímidamente hubiera estado de acuerdo con dicha inversión.
Referencias:
Berry, A. J. "Henry Cavendish, His Life and Scientific Work".
Wilson, G. "Life of Henry Cavendish"