Como estoy conociendo gente en este foro, por supuesto a distancia, hago este tema para aclarar mis problemas y evitar la incomodidad de estar repitiéndolo cada vez que conozco a alguien.
Soy Alejandro, de Argentina, provincia del Chaco y mi historia es la siguiente:
Cuando era niño (7 años) tenía mi grupito de amigos del barrio formado por vecinos de la zona. Como era normal todos tenían un apodo, casi a nadie se llamaba por su nombre, y como era de suponer estaban el gordo, el narigón, el cabezón, el negro, el enano, etc. Había un pequeño problemita en el grupo y era que yo no tenía apodo, entonces mis amigos quisieron que no me saliera con la suya y empezaron a llamarme "tartamudo". Así fue como empecé a ser conocido, como el "tartamudo" del grupo. A mí no me interesaba en lo más mínimo porque me parecía tan ridículo, no le encontraba lógica, era como si a alguien de cabello largo le dijeran pelado, tan ridículo como eso. De todas maneras ese apodo perduro y mi indiferencia hacia ello también… hasta que cierto día, en tercer grado de la primaria (a los 10 años) me toca leer en público delante de todos mis compañeros. Recuerdo que mis notas en lectura eran las más altas, recuerdos los dieces que me ponía la maestra acompañado de unos cuantos elogios, recuerdo mi tranquilidad a la hora de leer, lo recuerdo todo, como también recuerdo ese día en el que inocentemente me trabe cuando leía en público y ahí empezó todo... "si me trabe fue por algo ¿no?" "¿Quiénes son los que se traban?" "¿Por qué mis amigos me llaman tartamudo?" ahora todo tenía lógica y sentido para mí, ahora sabía el porqué del apodo, ahora tenía miedo…
No me juzguen por la idiotez que termine creyendo, era niño, no conocía como eran las cosas, era ingenuo e inocente. Retomando el tema, cuando me trabe y termine de leer, el terror se apodero de mí, una fuerte relevación se había abierto ante mis ojos, "¿Qué hacer para que los demás no se den cuenta de esto?" fácil, si soy tartamudo entonces debo evitar hablar, y fue así como empezó todo. Como un cuento infantil con una moraleja, yo termine siendo lo que mis amigos querían que fuera. Antes no creía en sus burlas y pensaba que lo que me decían era un absurdo, pero después de esa lectura donde me trabe, termine creyendo en sus burlas, creyendo que era tartamudo y todo tenía sentido. Al final termine siendo lo que ellos quisieron que fuera, ¿gracioso, no?
Bueno, así fue como empezó todo. Eludía a la gente con tal de evitar hablar, y cuando no podía "esconderme" sentía palpitaciones, rigidez en las piernas, perdía por completo en control de la mirada (la clavaba directo en el suelo) y la ansiedad se apoderaba de mí, y como era de suponer, con toda esa carga de nervios encima termina trabándome aún más cuando hablaba (recuerdo que iba a ser los mandados de mi mama, como comprar el pan o las verduras, con un terror insoportable). Si antes era una pequeña herida, ahora sangraba de a litros: creía que era tartamudo, creía que no tenía solución, creía que simplemente esconderme de las personas aliviaría este dolor, y todo fue haciéndose una bola de nieve, todo se fue "automatizando" en mí. La ansiedad a la hora de hablar, el descontrol de las reacciones de mi cuerpo, la evasión a la gente, incluso con el solo de pensar en hablar, de mirar a los ojos, etc. Todo se fue haciendo más grande, ya no eran gotas de sangre, era una laguna, un río.
Así fue como las cosas se fueron desarrollando en mí. La ansiedad anticipatoria, el descontrol de mi cuerpo, el trabarme casi con todos, el miedo paralizante, la profunda angustia.
Evite tanto a la gente que me encerré en mi casa. Mi grupito de amigos intento sacarme de mi reclusión, nunca cedí, ellos terminaron por dejarme mientras se disolvían por el cambio de colegios, amigos y esas cosas.
Otra de mis armas defensivas para no leer era el llanto, pues en la primaria las lecturas era algo que no podía eludir, "¿qué podía decirle a la maestra para no leer?, ¿cómo lo justificaba?". En un tira y afloje entre la maestra y yo (me decía que me pondría un 1 si no leía, pero igual no cedía) terminaba con tanta impotencia y rabia, sentía que nadie me entendía y lloraba. Cuando sucedía eso veía que la maestra me dejaba tranquilo... y el llanto se hizo algo automático, incluso lloraba si otros me llamaban tartamudo, solo para que no volvieran a hacerlo al ver el daño que provocaba en mí. Los dieces habían cambiado por unos.
Llegue a la secundaria con todos los trastornos hechos y derechos, y todo siguió su curso, es decir, la bola de nieve creció y creció. La adolescencia la pase olímpicamente en mi casa encerrado: esa etapa donde los chicos y chicas interactúan abiertamente entre sí, esa etapa donde se adquiere cierta rebeldía e independencia, esa etapa donde se desarrollan ciertas habilidades sociales al interactuar con mucha gente, esa etapa donde se vive y se recuerda por mucho tiempo. No tuve nada de eso, simple y llano. Para mí no hubo adolescencia.
Con el tiempo se fueron "añadiendo" a mí otros problemas: depresión y bulimia (superada esta última.
El problema que tengo es tan fuerte que, a pesar de haber avanzado mucho, el camino por recorrer es larguísimo, con piedras, pozos y espinas. A veces subo un escalón y otras veces bajo diez escalones. Es una lucha muy dura, no hay pasos firmes, es como subir por una escalera enjabonada, te podes caer en cualquier momento y la caída resulta ser más dura de lo que fue antes.
La última carrera en la que intente meterme fue en Técnico Superior en Programación, solo porque de esa manera evitaría a la gente. El programador solo interactúa con la computadora como medio principal, con la gente no es importante la interacción. Hace dos meses que deje la carrera por mi TOC que me acompaña desde la adolescencia.
Como no quiero ahondar demasiado porque se haría pesado y abrumador para leer, lo termino aquí.
¿Hay más para contar? Sí, pero creo que esto es suficiente sino yo mismo me enredaría en todo.
Hace poco hable con mi psicóloga, fue una vez donde estaba tan iracundo y visceral en lo que contaba, fue la vez en donde no me trabe. Ella me dijo que mi tono de voz era diferente, y estaba sorprendida que no me trabará en nada. Había sido yo, hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien. Aún no me descubro, pero para eso voy a tener que aceptarme tal cual soy, y esto desde ya es algo complejo que tendré que seguir yo mismo.
Con los días este tema se perderá, pero añadiré este enlace a mi perfil para el que quiera saber de mí, pueda echar una ojeada.
Ahora si me despido, gracias a todos por su espacio y atención.
