A mis 50 tacos mi estómago se ha ensanchado. La imposibilidad de tener un trabajo normal hace que coma demasiado, además creo que el ordenador es un enemigo para mi caso.
Lo que ya no soporto es el reflujo, que creo va unido, en parte, a acomodarme a estar mucho tiempo en posición casi horizontal. Soy un tipo asocial y seguramente no seré muy leído, pero el buscador de la verdad no es forzosamente el más seguido por otros. Me voy a determinar a dejar, progresivamente, las horas que paso con el ordenador, que realmente ahora son muchas, y estoy enganchado, porque es muy fácil quedarse en una rutina para pasar el tiempo. Cuando he intentado hacer hatha-yoga me he visto muy mal, poco dotado, entre otras cosas puesto que tengo las tibias algo "torcidas", de modo que las posturas tradicionales, de estar sentado, del yoga, se me hacen difíciles. Mi determinación es grande (aunque creo que no voy a conseguirlo), racionalmente veo las ventajas del autocontrol por este método. Para quien le interese, mi introducción al yoga va de la mano de Ramiro A. Calle, un tipo prolífico y de repetitiva sabiduría, si lees un libro verás que es un manantial de palabras. Pero las palabras poco sirven sin la práctica. Aquí voy. Si es cuestión de mi salud yo no entiendo de medias tintas.
Siempre me pasa lo mismo. Me apoyo en un esquema racional que me va a hacer progresar y luego sucede que no soy tan listo como creo. Muy pronto esta idea me parecerá imposible de realizar. No conozco suficientes posturas, y tal vez no entiendo del todo la filosofía que permite la realización del yoga de modo continuado. Mi cultura está en las antípodas de la civilizacion india, y sólo tengo una idea que me ha venido por evolución lógica de ideas anteriores. Como fóbico no tengo esperanza de curación, pero también soy un organismo desequilibrado, y la idea es que el yoga, su práctica, puede hacer mucho por mí ahora que la entropía (el universo tiende a la desorganización) se ceba conmigo.