Si doy rienda suelta a mis pensamientos negativos y además me encuentro algo deprimido, pienso lo típico: Tantos otros varones como yo divirtiéndose, saliendo con chicas, pasándola bien con sus amigos, llegando tarde a casa teniendo muchas anécdotas que contar al día siguiente. Y yo aquí, pobre desgraciado, triste y solo con miedos, preguntándome porqué la vida es tan injusta, porqué yo no y ellos sí... Bueno toda esa porquería que nos ha pasado a todos.
En otros momentos como hoy por ejemplo, lo llevo con serenidad y tranquilidad, pensando positivamente pero sin autoengañarme. Recordándome de dónde vengo, que mi historia no es la misma que la de aquellos con los que me comparo, y que ésto es así sin ningún motivo y sin ningún culpable. Me recuerdo que el camino a la superación es largo, y que nunca debo impacientarme y despreciar todos los avances que estoy logrando.
Hay más, mucho más. En realidad, la diferencia entre esas dos "mentes" es tan vasta, tan enorme... que me parece casi imposible que puedan haberse dado en el mismo encéfalo. La mente humana es increíble. Puede autodestruirse tanto como autosanarse.
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