Hola a todos amigos muy queridos, les quería compartir una experiencia que tuve hace algún tiempo atrás, ya que se está hablando mucho de la desesperanza y una gran tristeza en general, quise contarles algo que me pasó con la esperanza de que no crean que todo es malo y todo es tristeza y desesperanza, sino que la verdadera felicidad existe, y que todos la podemos descubrir si vemos más allá de todo nuestro sufrimiento.
Una noche estaba yo viendo un programa de TV llamado "Terapia" el cual se trataba de un psicoanalista analizando a famosos, y eso me hizo reflexionar y recordar cosas de mi pasado, los años de mi primera infancia en los cuales fui feliz, ya que no existían presiones en mi vida en ese momento, no sufría, todo era tranquilo y feliz, antes de ir al colegio, época a partir de la cual empezó todo mi sufrimiento.
Pensaba en que ese tiempo ya se había ido y me entristecía por eso, llenándome de nostalgia deseando que volviera, viendo mi vida actual, tan triste y sufrida, me entristeció mucho.
De repente, se me vino una frase a la mente que decía: "cada día es para ser más hermosos a los ojos de Dios". Inmediatamente entendí el mensaje, supe que no debía estancarme en el pasado, ni entristecerme por el presente, fue como si de repente me hubieran hecho entender esto de golpe, y entonces todo fue claro y todo se iluminó. Entonces experimenté una alegría que no conocía, sonreí, luego empecé a llorar de felicidad, descontroladamente, era como si todo mi interior se hubiera liberado de todos sus obstáculos y en vez de eso sentía una inmensa dicha, tanta que me empecé a reír a carcajadas, en medio del llanto. Reía y lloraba al mismo tiempo. Creo que si alguien me hubiera visto hubiera pensado que estaba loca. Pero es que era "demasiada" felicidad. Me sentía como si flotara, me sentía liviana, y pensé que "eso" era el cielo. Tuve la certeza de que por un momento había "visto" un pedacito de cielo. Era como si todos mis sufrimientos en ese momento se hubieran borrado, todo era dicha y felicidad, indescriptibles. Lo que les puedo decir era que superaba todo sufrimiento, por demás. Era hermoso. Tanto me reí y lloré, que al final me sentí exhausta, y me desplomé al lado de mi cama. Y me quedé así un rato. No lo podía creer.
Estoy segura de que fue Dios El que me regaló ese momento para mostrarme que la esperanza podía llenarlo todo, y que su amor y su alegría no tenían fin, y que el futuro estaba lleno de esperanza porque cada día tenía la posibilidad de crecer y de conseguir sacar lo mejor de mi misma, y de mejorar y mejorar cada vez más. Entonces me di cuneta de que no había necesidad de volver al pasado, porque la felicidad venidera con Dios lo supera todo y vale la pena.
Yo creo firmemente en esto porque me parece muy raro que estando en ese estado de tristeza en el que estaba al pensar en mi pasado, así como si nada se me "ocurrieran" estas cosas con un sentido totalmente diferente y me pusiera así en ese estado. Aclaro que no tomé nada, ninguna droga ni nada de eso para que no crean que fueron alucinaciones o cosas por el estilo, nunca tomo nada de eso ni tomé, y no tengo trastorno bipolar tampoco. Además creo que nadie que tome algo o tenga algún problema así como producto de eso llegue a tener pensamientos tan "sanos" y positivos. Siempre, creo, son mas bien para mal, o si se experimenta cierta euforia, no creo que se lleguen a estas "conclusiones", sería raro me parece. Esto lo digo porque probablemente muchos se mostrarán escépticos respecto a esto, o creeran que estoy loca quizás. Además de la fobia social, no tengo ningún otro problema mental.
De todas formas muchas gracias por leer, y simplemente mi intención era compartir con ustedes esto, que nunca lo conté a nadie, y me pareció que sería una buena idea para que consideren mantener siempre la esperanza, si a alguien le sirve. Les mando un abrazo grande a todos y sepan que los tengo mucho en cuenta, realmente quiero que todos alcancen esa felicidad que tanto anhelan, al igual que yo. Los quiero mucho.