La Persona (en latín, «máscara» del actor) representaría el arquetipo de la máscara dentro de la conceptualización de la Psicología analítica de C. G. Jung.
Constituye aquella parte de nuestra personalidad que lidia con la realidad externa, es la máscara que se antepone en nuestro desenvolvimiento social cotidiano. Siendo esto así, Jung consideraba que la persona era parte necesaria, no patológica, del desarrollo individual, especialmente respecto de la capacidad de asumir un papel social.
La patología deviene ante una identificación rígida con el arquetipo.
En palabras del propio autor:
«La persona...es aquel sistema de adaptación o aquel modo con el cual entramos en relación con el mundo. Así, casi toda profesión tiene una persona característica. El peligro está solo en que se identifique uno con la persona, como por ejemplo el profesor con su manual o el tenor con su voz... Se podrá decir con cierta exageración: la persona es aquello que no es propiamente de uno, sino lo que uno y la demás gente creen que es».
C. G. Jung, Gestaltungen des Unbewussten, 1950, pág. 55
|