El motivo de este hilo es para contar un poco mi historia, y el cómo acabé desembocando aquí. Según he estado leyendo es muy posible que ni padezca fobia social, y que lo que sufra sea más una crisis personal y una depresión. Pero puestos a que alguien me escuche, he decidido que tal vez este sea el lugar para ver qué saco en claro, y escuchar otras opiniones.
Soy un chico casado de 36 años, casi 37. Trabajo como funcionario, y estudio para profesor de autoescuela. Vivo en casa de mi suegra muy a mi pesar, en espera de poder permitirme acceder a un piso, cosa que no ha podido ser durante años debido a precios, especulaciones y crisis mundial posterior. En esta última década y media sólo he recibido golpes, sufrimiento, lágrimas, introversión, soledad, miedo, desesperación, pérdidas, traiciones entre otras. Tras todo este tiempo he desarrollado una marcada misantropía, ira, asco, hartazgo, tristeza, vacío y ansiedad entre otras cosas que me han convertido en un ser que no se conoce a sí mismo.
Tras la muerte de mi hermano pequeño en 1995, y saliendo de una relación sentimental que me destruyó como persona tanto moral, psiquica y económicamente, me enfrenté al reto de volver a construir mi familia, la cual no se aguantaba de pie. Al cabo de unos meses, me diagnosticaron una enfermedad con la que tendré que vivir toda mi vida. Opté por callar y no decir nada en casa, así que aprendí a convivir con mi miedo y a verle los dientes casi cada noche. Poner buena cara y tirar adelante, me dije. Año y medio después, fallece mi abuela. Tres meses después y con diferencia de semanas, un par de familiares más la siguieron.
No fue hasta al cabo de tres años de la muerte de mi hermano cuando conocí a mi siguiente pareja, la cual, me aportó algo de alegría, que seis meses después, me quitaba de un golpe cuando un asunto de cuernos por su parte, me hicieron ver las cosas claras. Lógicamente, nos separamos. Dos meses más tarde, conocí al verdadero amor de mi vida. La única persona por la que daba y daría mi vida, y fui feliz al menos durante tres años.
El 20 de Noviembre de 2000, nos separábamos queriéndonos con auténtica devoción tras casi tres años de relación. Comenzó un periplo de dolor y soledad extrema que me hundió durante tres años. El psiquiatra y la fuerte medicación que tomaba, hicieron el resto. Pero jamás superé aquella separación, ni su dolor, ni nada. Perdí a mis amigos comunes, y quedé totalmente solo. Poco después conocí amigos nuevos, que años más tarde, acabarían por desaparecer de mi vida. Cuando conseguí levantar un poco el ánimo, habían transcurrido casi tres años desde la separación, y entré en una espiral de sexo en la que estuve inmerso durante casi un año. Realicé todas mis fantasías sexuales, incluyendo las más depravadas. Pero seguía buscando lo que me había sido arrebatado, el amor. Utilicé a las personas que por el camino se iban enamorando de mí como meros pañuelos de papel que tiraba tras el orgasmo. Acabé entendiendo que ese camino no me llevaría a nada, y lo dejé todo.
Tras esa etapa, entré en otra de introversión y soledad buscada. Y acabó por gustarme. Entre todo esto, otro familiar mío, en un accidente de tráfico, pierde la vida con tan sólo 31 años. Ver el dolor en sus padres no hacía sino que me "riera" por dentro sabiendo que tarde o temprano, esas cosas se acaban por superar y, que solo es cuestión de tiempo para que el dolor desaparezca, así que me convertí en un pequeño experto consolando y dando ánimos. La muerte caminaba de mi lado al tiempo que mi soledad. Mi familia poco a poco se iba quedando en algo testimonial de lo que en tiempos fue una grande y unida. Me fui transformando en una persona de hielo, fría y carente de cualquier emoción externa, a pesar que por dentro bullía en un caos que a día de hoy, sacude con más fuerza que nunca.
Ya en el 2005, conocí a mi actual cónyuge.
Volviendo al tema. Cuando nos conocimos, estaba en la fase de introversión y soledad buscada en la que muy a gusto vivía. Mi asco, odio, ira hacia la gente, la sociedad, el sistema, el mundo y yo mismo, estaba plenamente instalado. Lo aceptaba y era feliz. Tardamos tres meses en comenzar a salir en serio pesar que yo no estaba ni por la labor ni por el trabajo de involucrarme sentimentalmente con nadie. Era feliz siendo insensible y habiendo matado al amor. Así que no quería relación alguna con nadie. Ironías del destino, tras cuatro años conviviendo juntos, nos casábamos. A fecha de hoy llevamos un año de matrimonio no exento de problemas externos que han intentado separarnos a costa de lo que fuera. Pero aún y así, seguimos juntos.
En el 2007, otro familiar mío era víctima de un cáncer, muriéndo un mes después de su diagnóstico.
Pero ahora las cosas en mí son diferentes. Hace años que estoy vacío, triste, apático, harto de vivir y de luchar. Todos los días son lo mismo. En mi trabajo estoy rodeado de gente mediocre con vidas mediocres en un trabajo mediocre. Ya no salgo a discotecas ni me divierto simplemente porque no encuentro aliciente alguno para hacerlo como antaño. Cada vez llevo peor el cumplir años. Me asustan cosas a las que antes no daba importancia como mi propia muerte y el hecho que soy mortal. Tardo mucho en tomar decisiones y pienso muchísimo las cosas hasta que creo tener todo cabo atado. Estoy cansado de mí, de mi vida, de lo que me rodea, y noto como poco a poco me he convertido en un ser terriblemente amargado, intolerante, irabundo severo, desconectado y apático.
Por primera vez en mi vida no sé qué hacer con ella, ni conmigo. No sé qué quiero ni qué busco. Sólo sé que busco algo que no sé qué es pero que cuando lo vea lo reconoceré. No encuentro mi camino, ni ilusiones ni alegrías.
Todo es predecible, anodino, aburrido y carente de sentido. Ni siquiera deseo la muerte cuando muchas veces es lo que quiero. Estoy totalmente perdido, triste, vacío, frío, colérico, impotente, sin autoestima y hartísimo de mí y de mi existencia en este puto mundo de mierda del cual no me siento ni parte ni arte.
Estoy metido tan abajo que he caido dentro de mí y no puedo salir. No quiero conocer gente, ni ver a gente, ni nada que tenga que ver con ella. Rehuyo las multitudes, me asquean sobremanera. Sólo deseo estar solo.
Destesto la luz del sol y los cielos azules. Sólo soy feliz cuando llueve o es de noche total.
Me he convertido en algo que no se reconoce en el espejo y al que le asquea verse. Tengo sueños, sí, pero sé que no se cumplirán porque soy realista y piso con los pies en la tierra. No es que sean inalcanzables; es que no tengo fuerzas, ni esperanza ni ganas de luchar por nada. Ni por mi mismo aunque deseo salir adelante. No tengo amigos. Los echo de menos pero no los quiero. Sigo pensando en mi amor verdadero del cual no sé nada desde hace diez años. No lo he buscado ni he tratado nunca de encontrármelo. Vive en mi recuerdo.
Realmente no sé que hacer. Llevo así casi tres años a pesar que exteriormente pareco jovial, alegre, dinámico, seguro de mi mismo y muy feliz. Pero es fachada.
Por eso he decidido vomitarlo hoy que siento que me estoy asfixiando dentro de mi mismo. No pienso ir a psiquiatra o psicólogo alguno para oir las respuestas que ya conozco, no quiero medicación ni efectos secundarios.
Ahora ya conocéis el motivo por el cual aterricé en este foro.