No es una enfermedad...¡¡¡Es mucho peor!!!
Vivimos en una sociedad donde impera el darwinismo, por tanto, si eres un hombre débil o sumiso estarás condenado a ser un monigote con quien pueden jugar y a quien irremediablemente aplastarán (en el trabajo, en la vida social, en las relaciones entre sexos, en cualquier iniciativa que te plantees...). Eres carne de cañón.
Y aquí hago un inciso porque no es lo mismo ser hombre que mujer con estas características. Por nuestro devenir histórico y su derecho consuetudinario, las féminas sumisas son bien vistas, incluso, deseadas como tal. La debilidad en la mujer siempre encontrará justificaciones - no pongo en duda que veraces -, siendo percibida con candor. Para el hombre eso no es posible (si repasamos el hilo comprobaremos ciertas bromas de dudoso gusto sobre el varón débil o sumiso) porque elimina lo que algunos atribuyen como ínsito en su concepción. No hay piedad con él, es casi un ser imperfecto.
Por ello, pese a nuestra debilidad, es necesario armarse y rebelarse contra todo aquel que trate, aunque fuera de soslayo, minar nuestra moral. Ni una broma, ni una palabra, ni un gesto,
Tolerancia 0 .