Hace no mucho conocí una chica a través de match.com y al poco tiempo de chatear nos pasamos los teléfonos.
Y charlamos varias veces desde entonces y realmente disfrutábamos hacerlo.
Me había dicho que le gustaba mucho hablar conmigo, y que le gustaban mis ojos además (había visto fotos mías).
Dos días antes de conocernos personalmente le mandé un mensaje a lo noche proponiéndole el encuentro, y entonces me contestó que sí, y luego me llamó, charlamos un rato y me confesó que había tenido un día horrible y que ese mensaje que le mandé y esa charla que tuvimos le habían cambiado el día por completo.
Durante esa charla se puso a leerme pasajes de un libro de rimas de Bécquer que le encanta, y en un momento dado no recuerdo con qué fue que me hizo reír y entonces me dijo “me encanta tu risa”, luego de lo cual me decía que no sabía por qué le surgía decirme esas cosas y las decía, no se las guardaba, y después como que le daba cosa, casi se sonrojaba.
Se mostraba realmente enamoradiza, con un entusiasmo por mí que me hacía sentir que era yo el deseado de la “relación” (siempre en mi relacionarme con chicas me ha sido muy difícil evitar sentir que uno de los dos es más deseado que el otro, que uno como que está re enganchado y el otro todavía no muy convencido, que uno de los dos lleva la ventaja de alguna forma).
En nuestras charlas surgía ella con constantes alusiones a nosotros como eventual pareja (como el preguntarme mi estatura para compararla con la suya), y cuando charlábamos a la noche me contaba cada cosa que hacía mientras hablábamos, como ser ponerse el pijama, o prender unas velas… o incluso ya habiéndose acostado llegó bromear con lo de que “y ahora te tengo en mi cama”…
Bromeábamos bastante, y yo lograba mostrarme realmente maduro, seguro e inteligente en mi conversación…
Llegó a decirme también que le encantaba mi voz, que escucharme era como que la relajaba…
Una noche nos quedamos charlando hasta la una y media de la mañana y entonces se cortó la comunicación, y al ratito recibo un mensaje que decía: «Hola.se me agoto el saldo.Manana si queres te llamo.
Me gusta hablar con vos.. Igual ya es tarde.Vamos a dormir.Besos.»
Y en otra oportunidad en que yo le mandé un mensaje y ella tardó en responderme por falta de crédito, cuando finalmente me respondió me agarró a mí sin credito, y entonces me mandó otro mensaje diciendo: «Estas enojado porque no te respondi?Bueno pero lo hice mas tarde..si dos dias mas tarde pero respondi che..
No te enojes conmigo..»
En otra oportunidad también se cortó la comunicación y nos vimos imposibilitados de seguir charlando, y entonces el mensaje que recibí fue: «Perdon.Bueno otro dia hablamos.perdon otra vez.quizas la proxima te cuento q onda.Besos.suerte
bombon.q estes bien.»
Un día estaba volviendo yo de la facultad en el tren y recibo un mensaje de ella que decía «Hola.Ya estas durmiendo? Te puedo llamar?.Ya?Es solo un ratito..Lo juro.»
Y cuando decidimos conocernos personalmente se interesó por ver qué lugar me quedaba cómodo para luego de nuestra salida volver yo a mi casa (a pesar de que a ella le gusta poco y nada viajar mucho tiempo en un transporte público, estaba dispuesta a trasladarse aquel día). «Estoy mirando el mapa de los trenes..podemos ir a caseros palomar q tenes el tren para tu casa.O a moron y de ahi tenes coles para palomar o caseros par…» me dijo.
Una semana antes de conocernos finalmente en persona habíamos arreglado para vernos pero lo tuvimos que suspender por justo ella estaba enferma. «Maso tengo un poco d temperatura y me duele la gargant . No quiero pero lo dejamos para otro dia si? Si estoy bien la vamos a pasar mejor.Mirar a una chica enferma q t tosa en la cara es feo..jaja.pero es asi.desp hablam»
«Hola.Cuando puedas esta noche llamame a casa.» me escribió al día siguiente.
Y cuando yo hice referencia a que « tal vez lo q necesites sea descansar un poco las cuerdas vocales nomas, asi cuidas d esa hermosa vos q tenes! Y aprovecha para q hoy t mimen mas q nunca, q eso es lo lindo d estar enfermo!», me respondió: «Ah si, re lindo..Siempre me miman en casa.
pero me parece q necesito otra clase d mimos jaja. no mentira,estoy mal hoy ya no aguante.voy a ver q tal el doc..x ahi ta bueno y vengo contenta del hospital jaja.depues te cuento.
besos lindos para vos.»
Después me contaba que «el jarabe es feo y las pastillas caras…»
O me mandaba mensajes a las seis y media de la mañana diciendo: «Hola.Buen dia.No puedo dormir.. Vos ya estas levantado? Mire 2 pelis y lei un poco d nietzsche estoy aburrida.ahora estoy mirando eh increible hule.vos como estas?... De Nietzsche lo unico q no me gusta mucho es q si era tan inteligente tan razonable xq tan machista? Pero en algunas cosas tenia razon con respecto a las mujeres..Jaja..
Pienso demasiado en vos y no se bien xq… Queres q te llame a algun lado?.»
O el día anterior a nuestro encuentro un mensaje a la medianoche diciendo «Buenas noches..No quiero molestar..solo quiero saber si nuestro encuentro de manana sigue en pie…»
A lo que yo respondí «Lo q me preocupa es q vamos a tener muy poquito tiempo, porque a las 21 tengo q estar en Olivos. Vos salir antes d tu laburo no podes, no? Sino una alternativa es dejarlo para el jueves, ya q c da q este jueves no tengo facu. Y sino la otra es q hoy después me acompañes hasta Olivos, jeje.» Y entonces ella me dijo: «A las 5.45 ya puedo estar alla. Hoy es hoy. Dale si? Y bueno sera un ratito pero es algo..Y bueno
capaz q en un ratito me convences y voy a donde me lleves.
»
Pero en nuestro encuentro cara a cara arruiné todo ese interés que había generado en ella…
Estuve sin tema de conversación, callado, con la garganta que se me cerraba, hablando tan bajo que le oí decir “¿qué?” infinidad de veces...
Y por qué no tuve el problema de la falta de tema de conversación en nuestras charlas telefónicas y sí ese día realmente no lo sé.
Tal vez el cara a cara en la mesa de un bar no haya sido la mejor de las opciones…
Debo haberle parecido la persona menos interesante del planeta aquella tarde.
No hubo silencios incómodos porque por fortuna ella sí habló y mucho, contándome por ejemplo del buen ambiente que reina en su laburo, y cuánto es que allí se divierte y lo bien que la pasa (es secretaria en una fábrica de carteles), del personaje que es su jefe (“una dandy” según ella), etc.
Una novia que tuve me dijo en una oportunidad que si algo le había gustado de cuando hablábamos por teléfono era la seguridad con que me notaba, y que luego de conocernos personalmente se dio cuenta que yo no era esa persona segura que ella creía después de todo; se dio cuenta de que aquello no era más que una fachada, o al menos de mi incapacidad de sentirme y manifestarme yo así de seguro también en persona, y a esta otra chica debe haberle pasado exactamente lo mismo.
Le debe haber costado horrores reconciliar su idea del Leo que había conocido por teléfono con este Leo insulso que conoció en persona; aunque tal vez no le fue tan difícil, puesto que aquella misma tarde una de las cosas que me dijo fue que ella cuando conoce a alguien se da cuenta en seguida si da como para estar en pareja con una persona así o no.
En un momento de la cita recibió un mensaje en su celular y me lo mostró; “cena y cine?” decía, de un tal Pabliss (un amigo, según ella). Y después recibió otro de otro chico que comenzaba con “Hola bebé”. “Me van a hacer sonrojar” me decía, y se reía.
Me comentó que la mayoría de sus contactos en su celular son hombres, y se reía; y yo le dije que eso no me extrañaba, y entonces ella me pidió que me explique, pero después al final siguió hablando de otra cosa y no lo hice. A lo que yo hacía referencia es que no creo que siendo como es tenga problemas para atraer la atención de los hombres; básicamente quise aprovechar para piropearla, pero me costaba tanto hablar y me sentía tan estúpido que al final desistí de hacerlo.
Ojalá hubiese una receta cuasi-mágica para
mostrarse extrovertido, ¿no?
¿Debería haber ido empastillado con un poco del clonazepam que aún me quedaba?; es probable, aunque nunca me hizo demasiado ese medicamento en particular.
¿Debería haber preparado y memorizado una lista de nuestros posibles temas de conversación?
Por un lado me pone bien el creer (a veces) que estoy haciendo todo lo que está a mi alcance como para revertir mi situación.
Pero por el otro da mucha bronca y lo pone a uno muy mal el hecho de tener que hacer todo ese trabajo, ese esfuerzo, cuando a tantos otros les viene ya en su naturaleza el ser extrovertidos; y esto no me ayuda en nada a quererme a mí mismo.
Es cierto que a su vez uno puede tener ciertas virtudes que alguna de esa gente no tiene, que hay que ver en qué se ha visto uno favorecido por la vida y potenciar eso; pero también es cierto que hay algunas cosas (o algunas ausencias de ciertas cosas) que te complican la existencia mucho más que otras.
Para rematar aquella patética performance mía, con el objetivo de ahora contarle yo algunas cosas no tuve mejor idea que esbozarle mi historia amorosa y mi patética vida social (le dije que en mayor o menor medida siempre fui tímido y retraído, y ella me dijo en broma pero sarcásticamente “¿sí? ¡no me había dado cuenta!”; le comenté también cuán importante había resultado internet para mí en ese sentido).
Yo sabía muy bien y tenía bien presente de que de mi problemática social no tenía que hablarle; pero ella insistió con que ahora le contase algo de mí y, al no ocurrírseme otra cosa, de eso es que le hablé.
Después llegué a decirle que en realidad no me gusta hablar de eso porque “no me hace buena publicidad”; flor de idiota, ¿no?
Al menos al esbozarle mi problemática aproveché para mencionarle lo poco fieles que son a lo que realmente soy las primeras impresiones que doy.
Ella luego me dijo que le gustaría haber vivido lo que es ser retraído para poder entender qué es lo que se siente; pero ella es y ha sido siempre extrovertida y espontánea, y realmente dudo que le agrade vivir lo que se siente no serlo.
“No entiendo cómo alguien puede ser introvertido” me llegó a decir; y es que pensado fríamente parece que no se gana nada con serlo, sino todo lo contrario, pero bueno, simplemente es algo más fuerte que uno.
“Yo no sé para que podría necesitar hacer terapia” me dijo; “no parece que lo necesites” le conteste.
Sobre el final de la salida entonces, habiéndole contado ya esos detalles de mi historia personal, traté por todos los medios de contenerme de que cualquier intento de remediar aquello me hiciese mostrarme niño o sufrido, como diciendo cosas del tipo “te aburriste mucho, ¿no?”, pues nada ganaría con eso, sino todo lo contrario.
Incluso me contuve de preguntarle cómo la había pasado, puesto que, de haberla pasado realmente mal, ¿me lo diría acaso?; obviamente que no, y yo quedaría además como un inseguro preguntándole eso cuando era evidente que bien conmigo aquella tarde en aquel bar no la pasó.
Y así es como mientras la acompañé a tomar el colectivo retorné a mi silencio, a mi conversación monosilábica.
¿Qué podía decirle o preguntarle acaso que pudiese mejorar mi imagen de aquella tarde? Pensaba en esto incluso luego de despedirnos, mientras le escribía un mensaje en el celular. ¿“Me gustaría que sepas que no soy sólo eso, que no soy sólo ni lo que viste ni lo que te conté hoy”? No; decir cosas como esas me hubiesen hecho quedar aún peor.
Ella es realmente muy bella, y de una contextura física pequeña además, lo cual es ideal para mí.
Es de una belleza del tipo de esas chicas que yo suelo ver en pareja en el tren o en el colectivo y entonces me pregunto “¿como hace esa gente para conocer esas chicas???”.
Es elegante, simpatica y amena en su conversación, alegre y de buen carácter.
Es muy bella, y muy agradable, pero… ¿somos compatibles? Somos muy distintos supongo. ¿Pueden una extrovertida y un introvertido “convivir”?
En muchos de sus gestos, facciones y expresiones me hacía acordar mucho a mi hermana.
Y sí, mi hermana en efecto es una persona extrovertida… ¡cómo me gustaría “haber salido” como ella!
Al volver a casa luego de aquella salida estaba muy molesto conmigo mismo, pero no sé si podría decir que angustiado.
Supongo que a pesar de todo creía que aún tenía chances para con ella; y a su vez se sentía bien el hecho de que ella a mí realmente me hubiese gustado tras conocerla en persona, pues para mí no resulta trivial el hecho de conocer a alguien y entonces poder decir “yo quiero eso”.
Pero luego esa noche le mandé un mensaje que decía:
«Ya estoy en casa, finalmente después d tanto viaje… He d hacerte saber q realmente me gusto mucho conocerte personalmente. Sos aun mas bella en persona q en las fotos; me gusta como t queda el rubio. E insisto con q, por mas q t haya traido algun q otro problema el ser asi, a mi me resultan realmente atractivos la espontaneidad y lo atractivo d tu persona. C nota claramente q, ademas d poseer esa hermosa sonrisa y esos ojitos compradores y demas, sos muy agradable como persona… lo cual no ha sido mas q constatar lo q ya habia percibido d nuestras charlas telefonicas… Creo q he dicho mas en este msj q lo q hable en toda la tarde. :P»
A lo que ella la mañana siguiente me respondió diciendo:
«Buen dia.Gracias x todo lo q decis.Disculp q no conteste anoche estaba muy cansada y antes d las 11 ya dormia. Yo la pase muy bien hablando con vos..Besos.»
Y eso fue todo; el efecto del síndrome de la primera impresión...
Y ahí sí me angustié mal, me maldije a mí mismo un millón de veces y…
En fin… ustedes ya saben cómo es esto…
A veces uno viene con una racha de buen ánimo y de confianza y entonces se siente confiado como para enfrentarse con una situación como ésta, y entonces resulta que llegado el momento se da cuenta de que toda su problemática está más vigente que nunca… Estas cosas golpean muy duro…
Repaso lo que es y ha sido mi vida y me pregunto una y otra vez: ¿vale la pena tanto esfuerzo?