Os voy a exponer mi caso, paso por paso, a ver qué opináis:
- Hace dos meses conocí en el trabajo a Javier, un hispanoafricano que comparte algunas aficiones conmigo (los videojuegos, por ejemplo). De ahí que empezó a haver
feeling - en plan amistad - entre nosotros.
- El segundo día de conocerle me presté a invitarle a pizza (7 euros). El cuarto o quinto día - no me acuerdo - también le invité (otros 7 euros).
- La primera vez que vino a mí casa, el poco tiempo de conocerme, le dejé dos juegos.
- Han pasado dos meses desde entonces, y Javier viene a menudo a mi casa a bajarse música de internet. Hablamos de diversos temas mientras, pero se ve su intención de "gorrenear" a mil leguas.
El otro día, para colmo, llamó a las 22.30 a mi casa con la intención de subir para bajarse música. ¿Lo véis normal?
- El Domingo pasado, fuimos de compras y me pidió 40 euros (sí, habéis leído bien: 40) para comprarse un videojuego. Según él, se había dejado la cartera en casa y ya me lo "devolvería".
Obviamente, no se los dejé con la excusa de que no tenía tanto dinero (en realidad sí los tenía, pero no me fío ni un pelo, que aún me debe 14 euros y dos videojuegos).
Más o menos os hacéis una idea de como es el Javier este, ¿no? Yo no lo conozco en profundidad, no he intimado con él, pero vamos... Tiene toda la pinta de buscar mi amistad sólo por interés (prestarle el dinero que le venga en gana, bajarse música, etc), así que quiero cortar el bacalao.
¿Debería prohibirle la entrada a mi casa hasta que me devuelva el dinero o - al menos - los juegos? (esta opción sería un poco brusca de un día para otro).
No sé, muchas cosas me vienen a la cabeza...