Yo también tengo canas desde los 13 años. Alguna vez hice el mono y se me ocurrió la “lúcida” idea de pintármelas con un rotulador especializado para CD/DVD. Muy guarro y muy triste, vamos. Aunque luego, cuando ya no se podía ocultar el sol con un dedo, me tuve que teñir, sin más remedio… Pero más que nada, por ahorrarme las miraditas subrepticias y los comentarios y/u observaciones que me hacían al respecto. Que no me ofendían, pero que ya me eran un poco cansinos.
Sin embargo, ahora ya, desde hace aproximadamente dos años, dejé de teñirme. No sé si por aceptación y regocijo en mi mala naturaleza o por simple dejadez. Aunque también, de un tiempo a esta parte, estaba pensando en volverme a teñir, pero esta vez el motivo primero es cambiarme de color, que conste
En fin, que dentro de lo malo es un problema con muy fácil y simple solución. Además, también tiene sus ventajas, porque el hecho de peinar canas desde una edad temprana hace que no las relaciones directamente con la vejez, y que por tanto, cuando llegues a los treinta y tantos o a los cuarenta, no te despierten ningún tipo de angustia existencial, ¡jeje!